Sánchez prescinde de su gurú, Iván Redondo


Óscar López, un veterano del PSOE, le sustituirá al frente del gabinete del presidente
Además de saber ganar, saber perder, hay que hacer algo mucho más importante: Saber parar" ha comentado Redondo a modo de despedida
"Me tiraría por un barranco por el presidente y voy a estar con él hasta el final", decía en una de sus recientes y escasas comparecencias Iván Redondo (San Sebastián, 1981). No será así, al menos en el cargo de Jefe de Gabinete del presidente que ha ocupado en lo que llevamos de legislatura.
La sustitución de Redondo no se puede contar de manera estricta como uno de los cambios del Ejecutivo, puesto que no es ministro, pero es sin duda la mayor sorpresa de la remodelación del poder gubernamental con la que Sánchez quiere acometer una nueva fase de la legislatura.
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Redondo deja su cargo al frente del gabinete del presidente después de tres años en los que ha ido ganando cada vez más poder en Moncloa, y también influencia en el diseño de las estrategias electorales del PSOE.
Tras su salida del cargo, Redondo ha manifestado en un mensaje enviado a varios medios de comunicación: "A veces en la política, en la empresa, como en la vida, además de saber ganar, saber perder, hay que hacer algo mucho más importante: Saber parar Muchas gracias por todo nos volveremos a ver".
El todopoderoso gurú de Pedro Sánchez
En su primer mandato, Sánchez le nombró director del Gabinete de la Presidencia, y también Secretario del Consejo de Seguridad Nacional, y en enero de 2020, tras conformarse el Gobierno de coalición de Unidas Podemos, el primer secretario de Estado amplió aún más sus funciones.
Entonces Sánchez le encargó asumir bajo su mando todos los departamentos de asistencia al presidente, como asuntos nacionales, institucionales, internacionales, comunicación con los ciudadanos, la secretaría general de Presidencia, la Dirección General de Asuntos Económicos, el Departamento de Seguridad Nacional y las diferentes unidades de análisis.
En concreto, le encomendó la creación de la llamada Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia de País a Largo Plazo, que en mayo presentó la estrategia 'España 2050', un estudio elaborado por un centenar de investigadores para visionar el país de dentro de 30 años y diseñar una hoja de ruta a largo plazo.
La influencia de Redondo en el día a día de Moncloa era, según diferentes fuentes, prácticamente absoluta. Además, también se hizo cargo del diseño de las campañas electorales del candidato del PSC a la Generalitat, Salvador Illa, en las catalanas de febrero, y de Ángel Gabilondo para las autonómicas de Madrid del 4 de mayo.
Su importante rol en estas citas electorales generó recelos en algunos sectores del PSOE, sobre todo en el caso madrileño, donde las elecciones acabaron para los socialistas con su peor resultado histórico en esta comunidad.
No obstante, en aquel momento Ferraz rechazó pedir cuentas a Redondo y su equipo de Moncloa, y la catástrofe electoral solo se llevó por delante al hasta entonces secretario general del PSOE de Madrid, José Manuel Franco, ahora presidente del Consejo Superior de Deportes; y al candidato Gabilondo.
Más que un ministro
Redondo no era ni miembro del PSOE ni ministro, pero muchos le atribuyen un poder y una influencia sobre Sánchez que le convertía en un auténtico vicepresidente en la sombra. Nunca una persona ajena a la militancia de un partido había llegado tan lejos en la estructura del poder presidencial en España.
Ha representado en España la figura del consultor político a la americana, no en vano es conocida su afición por El ala oeste de la Casa Blanca, una serie clásica sobre los engranajes de la política presidencial de Estados Unidos.
Consultor del PP al PSOE
Redondo no sólo no era militante socialista, es que además sus inicios como asesor político los dio con políticos del PP como Xabier García Albiol o José Antonio Monago, a quien ayudó a arrebatar a los socialistas la presidencia de Extremadura. Ya entonces ejerció un poder en la sombra que le valió el sobrenombre de "octavo consejero".
Iván Redondo comenzó a colaborar con Pedro Sánchez en la agria batalla de las primarias del PSOE, cuando el líder socialista fue abandonado por la mayoría de los dirigentes históricos y territoriales socialistas, que apostaron fuerte por la andaluza Susana Díaz. Sánchez ganó y después vendrían la triunfante moción de censura contra Rajoy en junio de 2018 y el acceso al Gobierno, donde ha ocupado desde entonces un puesto clave en el círculo de poder de Pedro Sánchez.
Las escasas comparecencias de Redondo han creado una leyenda en torno al asesor. Se le ha querido ver detrás de toda decisión, cálculo político y comunicación de la estrategia de Sánchez. Una especie de cerebro gris de la Moncloa sin apenas control político fuera de la confianza presidencial. Por eso su sustitución es una de las mayores sorpresas, si no la mayor, de la remodelación del poder gubernamental.
Le sustituye un hombre de partido
A Redondo le sustituye un hombre de partido, Óscar López (Madrid, 1973), actual presidente de Paradores. Fue candidato socialista a la presidencia de Castilla y León y ha ocupado puestos muy relevantes en el cuartel general del partido en la calle Ferraz donde ha llegado a ser secretario de Organización, número tres del partido, cuando lo lideraba el fallecido Alfredo Pérez Rubalcaba. En esos tiempos, López fue la mano derecha de José Blanco, portavoz socialista en el Senado y en las primarias que disputaron Pedro Sánchez, Susana Díaz y Patxi López, Óscar López apostó por este último.