Carlos Ibáñez, el hombre que controla desde Uruguay el holding de desinformación usado por el Barça

El administrador de I3 Venture, abrió en enero de 2019 una sociedad en Panamá para trabajar en la campaña del PDR
Otra de sus filiales pidió la demostración de un programa espía desvelado por Wikileaks y fabricado por hackers italianos
Sus empresas no presentan cuentas en los registros mercantiles españoles desde hace tres años
Su nombre es Carlos Rafael Ibáñez Constantino. Nacido el 11 de junio de 1961 en Uruguay. Divorciado, y sobre todo la persona detrás de la sociedad I3 Venture, la firma contratada con un millón de euros por el Fútbol Club Barcelona para controlar las redes sociales y en cuyos informes se refleja una presunta vinculación con una red de perfiles y portales destinados a atacar a rivales de la actual presidencia o incluso a jugadores del propio club. Algo que la propia compañía ha negado en un comunicado oficial y que ha puesto al presidente de la entidad, Josep María Bartomeu en el ojo del huracán.
En España, en nombre del empresario uruguayo aparece vinculado al de dos sociedades concretas. La primera es I3 Venture, abierta en abril de 2015 y que presentó sus últimas cuentas en el Registro Mercantil en 2017. El año en el que la empresa comenzó a trabajar para el Barcelona. A partir de ahí nada. No hay datos económicos, pese a que la legislación española obliga a declarar los rendimientos de cada ejercicio. Pese a ello. muchos empresarios prefieren omitir los datos, evitar así el riesgo de que sean conocidos por la competencia o publicados por la prensa, y pagar la multa que la Administración impone por ello solo en ocasiones. En el último ejercicio presentado, I3 Venture facturaba 1,5 millones de euros al año. Ahora es imposible saberlo.
Según ha podido conocer este diario, Ibáñez Constantino era conocido en el mercado de la información online por su "sistema de escucha" de la red, un software de análisis de noticias, portales y redes sociales capaz de identificar si la actividad de comunicación es positiva o negativa, en función de la palabra que se busque. "Este tipo de sistemas es capaz de enviar casi en tiempo real información sobre, por ejemplo, las diez personas, perfiles o páginas que peor hablan de una persona o institución, las diez que mejor lo hacen, analizar los resultados históricos, las noticias que más se comparten, quién lo hace y desde dónde... lo tienes todo". Un sistema de Big Data que parece pensado para instituciones como el F.C. Barcelona, incapaces de controlar todo lo que se publica sobre ellos. Una simple búsqueda de su nombre en Google arroja más de 73 millones de resultados.
Sin embargo, según denunció la Cadena Ser, los trabajos de I3 Venture fueron más allá, pasando presuntamente a la "generación activa de comentarios" por medio de una red de perfiles falsos. "Esta es una herramienta todavía más potente porque puedes decidir si quieres que se hable bien o mal de una persona en momentos clave, como por ejemplo intentar reducir el precio de un fichaje o de la renovación de uj jugador con comentarios negativos sobre su rendimiento en redes sociales", explica un experto en este tipo de campañas consultado por NIUS. En un comunicado público, la empresa ha negado relación alguna con los perfiles que publicaban informaciones intencionadas dentro de la red.
— i3ventures.españa (@I3venturesE) 17 de febrero de 2020
La segunda empresa administrada por Ibáñez Constantino en España es NSG Social Science Ventures SL, abierta en Madrid el 12 de diciembre de 2018 según los datos aportados por la herramienta Insight View y que tampoco ha presentado cuentas en el Registro Mercantil. Las dos primeras siglas del nombre se corresponden con otra de las firmas comerciales abiertas por el empresario uruguayo en España, llamada NiceStream y que según su propia web tiene como clientes a firmas como Telefónica o Coca-Cola. Esta segunda marca es la que firma los informes de seguimiento en redes sociales publicados por la cadena Ser. Según la documentación registral, la empresa fue creada como un contenedor para la gestión de sociedades "no residentes en el territorio español". Y poco después, se creó una nueva compañía, esta vez en Panamá.
La empresa, llamada NSG Panamá, fue abierta en febrero de este año y tienen en su consejo de administración a dos figuras políticas del país: la viceministra de Presidencia hasta 2012 María Fabregas y la máxima responsable de campaña del Partido Revolucionario Democrático, Michelle Sitton. En esta ocasión, Ibáñez Constantino aparece como director y aporta para la inscripción un domicilio en su Uruguay natal.

Política, polémica y un software espía de wikileaks
De hecho, el nombre de Ibáñez Constantino y sus sociedades han ido unidos al de la polémica en varias campañas electorales en América Latina. En Ecuador, la prensa del país publicó que el holding de información online cobró más de seis millones de dólares del servicio secreto del país por crear un centro de control de redes sociales que contemplaba la "siembra" de perfiles falsos y para vincular a un opositor de Rafael Correa con el asesinato de tres personas gracias a dos sicarios por un asunto sentimental. Según la prensa local, el dinero fue a parar a dos sociedades radicadas en México y Ecuador, llamadas Emerging MC de México y Ximah Digital SA.
Finalmente, el diputado que sufrió esta campaña fue condenado por encargar presuntamente el crimen, tras ser detenido en Panamá. Poco después, el diario El Universo desveló que la empresa había recibido autorización de los servicios secretos de Ecuador para recibir la demostración de un software espía fabricado por una firma italiana llamada Hacking Team. Poco después, esos correos fueron publicados por el portal Wikileaks, que acusó a varios gobiernos de todo el planeta, con Estados Unidos a la cabeza, de comprar este sistema para espiar a sus ciudadanos.
En aquellas fechas, la prensa internacional colocaba a Illuminati Lab como una empresa abierta en Argentina. Pero no es cierto. O al menos en parte. La firma abierta en Buenos Aires en 2012 se llamó Tantra Soft, y estaba participada por un empresario argentino llamado Alberto Matías Pietra, por el también Argentino Gastón Alejandro Douek y por el uruguayo Ibáñez Constantino. De ellas pendían las marcas comerciales conocidas ahora en España, además de otras como Eye Watch o Illuminati Lab.