Defensa arranca su futuro avión caza con un contrato de 31 millones con Indra y Airbus


Se trata del nuevo avión de combate que sustituirá al Eurofighter y que estrenará el Ejército del Aire
Se invertirán 2.500 millones hasta 2027 y se llevará parte del aumento de presupuesto comprometido con la OTAN
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El ministerio de Defensa ha aprobado cuatro nuevos contratos con Indra y Airbus por un valor de 31 millones de euros para dar los primeros pasos en la construcción del nuevo avión de combate del Ejército del Aire. Se comienza así la fase de desarrollo del FCAS (Futuro Sistema Aéreo de Combate) que se desarrolla junto con Francia y Alemania.
Dicho programa se llevará gran parte del aumento de presupuesto de Defensa que España ha comprometido con la OTAN. Los contratos son para comenzar a diseñar un Sistema de Armas de Nueva Generación. En los que se contempla el avión- caza (NGF), un nuevo motor, un sistema de drones compatibles con la nave, una nube de combate (Combat Cloud) y un sistema de simulación (SIMLAB) para integrar y comprobar todos los sistemas anteriores.
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La Dirección General de Armamento y Material (DGAM) del Ministerio de Defensa es la que ha hecho públicos los contratos. Dos de ellos se los lleva Indra por un valor de 17 millones de euros, y que será el encargado de desarrollar los sistemas de combate y los simuladores. Los otros 14 millones de euros son para Airbus que desarrollará la arquitectura del futuro caza.
El avión de combate que se está diseñando sustituirá a los actuales Eurofighter del Ejército del Aire. Se estima que el avión de combate de sexta generación esté en el aire en 2040. Los programas de Defensa se realizan siempre a largo plazo, incluso a más de 20 años vista.
El programa denominado Sistema de Combate Aéreo del Futuro (NGWS) lo firmó en 2019 la ministra Margarita Robles con sus homólogas francesa y alemana. La pandemia, el cambio de gobierno en Alemania y problemas con la empresa francesa Dassault por la carga de trabajo lo ralentizaron y el proyecto lleva retraso.
Robles confirmó que España asumía la tercera parte de los proyectos tecnológicos del "al igual que sus socios". El ministerio de Defensa se puso entonces a negociar los distintos contratos de trabajo para incluir a la industria española en el proyecto. Se buscaban empresas para desarrollar los demostradores tecnológicos del nuevo caza. Indra y Airbus han sido las elegidas.