Escribano, la empresa de defensa que nació en una mercería de Coslada y terminó comprando el 3% de Indra


Creada en 1989 por un matrimonio. Él era tornero en paro; ella regentaba una mercería. Ahora son el segundo socio industrial de Indra
Escribano M&E, empresa familiar española del sector de la defensa, tiene previsto adquirir hasta el 10% de Indra en un año
La empresa ha fabricado el último lanzacohetes SILAM para el Ejército de Tierra
El éxito de Escribano Mechanicals & Engineering tiene nombre de mujer, Constancia. Es su lema y así se llamaba la madre de los actuales dueños de esta empresa familiar española del sector de la defensa que acaba de adquirir el 3% de Indra por 65 millones de euros. Pretenden llegar al 10% en un año, por 200 millones de euros.
El camino hasta aquí empieza en 1989. Constancia regentaba una mercería en Coslada (Madrid). Entre calcetines y medias crecían sus dos hijos Ángel y Javier. Su marido, Ángel Escribano, tornero de profesión estaba en paro. Sin trabajo, pero con un sueño: tener su propio taller.
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Constancia vendió su tienda y cambió el metal de los corchetes e imperdibles por el de las piezas que diseñaba su esposo. Con ese dinero compraron su primer torno. El taller terminó siendo el germen de una empresa que a día de hoy factura 140 millones de euros y vende en una veintena de países por todo el mundo.
De vender piezas en bicicleta a diseñar sistemas virtuales de armas
En la empresa recuerdan cómo Ángel, el padre, cogía su bicicleta e iba a la actual Airbus -entonces llamada CASA- a pedirles que "por favor le dejaran fabricar alguna pieza". Insistió tanto que "lo consiguió", cuentan divertidos a NIUS. A partir de ahí comenzaron los encargos y la especialización.

Tres décadas, la última meteórica. En los últimos 10 años Escribano M&S ha pasado de tener 80 empleados a contar con más de 700. En sus planes, adquirir en un año el 10 % de Indra. Escribano es un David que "quiere hablar de tú a tú con los Goliat de la industria militar", aseguran en la empresa.
De las iniciales piezas para Airbus y los "toros" para camiones, han llegado al lanzacohetes SILAM (Sistema Lanzacohetes de Alta Movilidad) para el Ejército de Tierra, que este mismo miércoles presentan en la FEINDEF (Feria Internacional de Defensa y Seguridad de España), el mayor escaparate para la industria militar patria que se celebra del 17 al 19 de mayo en Madrid.

La suya es una historia de emprendimiento y Ángel y Javier Escribano, presidente y CEO, respectivamente -con el 100% del capital de la empresa- lo tienen grabado a fuego. El busto de sus padres preside una zona principal de su sede en Alcalá de Henares (Madrid), compuesta por cinco naves y un amplio terreno para pruebas en el que te tienen que guiar para no perderte.
Fabrican desde sistemas de munición guiada, lanzacohetes o sensores electroópticos. El 90% de la plantilla está formada por ingenieros
El edificio moderno y acristalado nada tiene que ver con el primer taller de mecanizados de Coslada. Algunas plantas están más cerca de Silicon Valley que de un taller al uso. Jóvenes con gafas virtuales, tanto chicos como chicas -las mujeres son el 40% de la compañía- prueban y diseñan los últimos sistemas de munición guiada que sirven para ahorrar proyectiles y no errar en el blanco. Muchos vienen de la Universidad de Alcalá de Henares donde tiene hasta una cátedra. La cátedra Escribano.

En los impolutos talleres de la planta baja, una joven maneja con un joystick una máquina de precisión de último modelo. Estudia Formación Profesional y está de prácticas. La empresa tiene un convenio desde hace años con la Comunidad de Madrid para colaborar con Institutos y Centros de FP.
Munición guiada, lanzacohetes y sistemas de electroóptica
El abanico de productos que fabrica y diseña Escribano es amplio, y a pesar de la compra de Indra, ellos insisten en que solo "invierten en aquello que conocen" y en lo que se manejan desde hace años: el sector de la defensa. Su secreto, afirman, es "una potente inversión en I+D+i" y una alta cualificación. "El motor de nuestro crecimiento es nuestro personal" insisten. El 90% de sus contratados son ingenieros.
Diseñan desde cámaras infrarrojas hasta sistemas de armas pasando por tarjetas electrónicas. Todo, de principio a fin, sale de sus talleres. Entre sus últimas novedades, el 'Guardian 30', una torre de armas con doble sistema electroóptico y ametralladora diseñada para instalarse en vehículos como el VCR 8x8 Dragón, el último blindado adquirido por España y fruto de un consorcio entre varias empresas españolas, entre ellas Indra.

También realizan material para la Armada como el 'SENTINEL 30', otra estación de armas de control remoto con un cañón de 30 mm para buques de tamaño grande y medio como los 'Serviola' y las futuras fragatas F110 de la Armada.

La Guardia Civil ha adquirido sus sensores OTEOS-S para integrarlos en el Sistema de Vigilancia Exterior (SIVE), con el que se controla la frontera sur de Europa. Son sensores infrarrojos de alta resolución que permiten identificar y seguir objetivos de manera automática. Útiles en la lucha contra el narcotráfico y la inmigración ilegal.

Durante los años de crisis económica, Escribano, al igual que otras empresas buscó mercado fuera de España. Perú, Argelia, Corea del Sur y así hasta más de una veintena de países figuran entre sus clientes. La empresa es 100% española. "Hemos trabajado como cosacos", reconocen. Los 65 millones de euros que han invertido en la compra de Indra salen de su propio capital. "Hacemos las cosas como siempre". Con sus padres, recuerdan, los consejos de dirección "eran en la cocina", ahora los hermanos Escribano cocinan sus negocios en una sala de reuniones. Eso sí, con muy pocos directivos, "los indispensables" y con los bustos de Constancia y Ángel presidiendo y recordando de dónde vienen.