El emérito no declaró a Hacienda otros vuelos y cacerías pagados por terceros porque los consideró invitaciones

El fisco español le ha reclamado un listado de los traslados y cacerías que haya disfrutado entre 2014 y 2018
Juan Carlos ha explicado a la Agencia Tributaria que no lo puso en su conocimiento al considerar que eran atenciones protocolarias o donaciones
El monarca tendrá que identificar ahora ante los inspectores fiscales a todos los supuestos donantes de esos traslados y la cuantía concreta de cada gasto
El pulso entre el rey emérito y Hacienda a cuenta de los viajes y las cacerías disfrutadas por Juan Carlos de Borbón pero pagadas por terceros todavía no ha terminado. Primero fue la regularización fiscal que el monarca realizó de forma “voluntaria” y “espontánea” en enero de 2021 para evitar ser imputado por la Fiscalía del Tribunal Supremo. En ese momento, los gastos millonarios del monarca, hasta siete millones de euros, fueron abonados desde una fundación opaca con cuentas en Suiza.
Ahora, tal y como avanzó El Mundo, el fisco español busca información sobre los viajes y las cacerías disfrutadas por el rey emérito durante el período que todavía no habría prescrito desde que perdió la inviolabilidad con su abdicación en 2014. Según ha podido confirmar NIUS, Juan Carlos de Borbón ha ratificado ya ante Hacienda que disfrutó de nuevos vuelos y cacerías pagados por terceros entre esa fecha y 2018, y en un escrito remitido ya a la Agencia Tributaria, los justifica como invitaciones o atenciones abonadas por terceros.
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Ahora, según las mismas fuentes, la pelota está de nuevo en el tejado del rey emérito, que deberá identificar tanto los viajes y las cacerías disfrutadas durante esos años como las personas que las costearon. Si esos terceros reconocen que fue una donación, Juan Carlos de Borbón podría hacer una declaración complementaria ante el fisco de la Comunidad de Madrid, que es la encargada de gestionar el impuesto de donaciones mientras su residencia estaba ubicada en Zarzuela.
Comprobación sobre donaciones
Fuentes conocedoras del caso matizan además que, mientras los impuestos de renta o patrimonio se calculan de forma conjunta cada ejercicio, el de donaciones es independiente por cada una de las supuestas donaciones que una persona recibe. Por tanto, es mucho más complicado alcanzar una cuota de posible fraude superior a los 120.000 euros, que es la cuantía necesaria para que un asunto pase de las manos de Hacienda a la Justicia ordinaria convertido en delito fiscal.
Según fuentes conocedoras del proceso, es improbable además que una posible multa de Hacienda deje sin efecto la protección que el rey emérito consiguió con su regularización fiscal sobre el dinero investigado por la Fiscalía española en Suiza ¿El motivo? que aquella regularización se hizo por una cuestión de incremento de renta y las donaciones tributan de una manera distinta.
Por eso y según los especialistas consultados por este diario, el problema podría venir en una situación tan concreta como remota: si Hacienda tuviera información de viajes o cacerías que han sido abonadas con cuentas de terceros pero en las que el rey emérito no pueda identificar a los donantes o esos donantes no reconozcan el regalo. Entonces, la Agencia Tributaria podría entender esos gastos disfrutados, de nuevo como un incremento patrimonial o un incremento de renta, lo que supondría que su regularización fiscal de ese ejercicio no sería completa. Sin embargo, las fuentes consultadas por NIUS consideran esta posibilidad una carambola judicial poco probable, y más cuando esos fondos no tuvieran relación directa con los ya investigados por la Fiscalía en sus diligencias informativas, ya archivadas.
Fuentes fiscales consultadas por NIUS consideran casi inviable que esto vuelva a poner a Juan Carlos I en aprietos ante el Ministerio Público, que archivó todas las vías de investigación. El cierre se debió a varios motivos: que la Agencia Tributaria dio por buenas las regularizaciones; que algunos indicios pertenecían a hechos de su época de "inviolabilidad" como rey; que otros estarían prescritos; y que para otros no había indicios suficientes de delito.
La regularización por donaciones
Juan Carlos I ya ha presentado dos regularizaciones. A la de enero de 2021, por los vuelos pagados por Zagatka, hay que añadir la primera que hizo, en diciembre, de 2020, por el uso de tarjetas opacas cargadas con fondos de su amigo Allen Sanginés-Krause. Si presenta una tercera, por impago de donaciones, tendrá que hacerlo en la Comunidad de Madrid.
- Al tratarse de dinero recibido entre 2014 y 2018, cuando Juan Carlos I residía en Madrid, el impuesto de donaciones se tributa en la Hacienda madrileña.
- Si fuera posterior, de su época en Abu Dabi, sí tendría que pagarlo ante la AEAT, que es donde lo abonan los residentes en el exterior.
- Según explicaba a NIUS Javier Lucas, socio del área tributaria de Ceca-Magán Abogados, no hay límite legal a las donaciones, aunque al ser un impuesto progresivo se puede llegar a pagar hasta un 81% de lo que se ha percibido.
- Cuanto más se recibe, más se paga.
- Hay varios coeficientes que van corrigiendo el impuesto original, y eso es lo que va aumentado el pago final.
- Entre esos cocientes, el grado de parentesco. Cuanto más estrecho es, menos se paga. Es otro factor que incrementa la importancia de saber quién le ha prestado el dinero.
- Los donantes no tienen por qué preocuparse si han entregado el dinero a cambio de nada. No hay ninguna irregularidad o delito en hacer un regalo.
De momento, Juan Carlos I ha anulado la visita que anunció a nuestro país para este fin de semana y que habría sido el segundo desde que puso tierra de por medio y se trasladó a Abu Dabi mientras la Fiscalía y la Agencia Tributaria investigaban sus negocios y sus cuentas.