Acusan a una forense de mentir a un juzgado tras ocultar un corazón en Zaragoza

Dictaminó que la víctima de un fallecimiento había muerto por un golpe en la cabeza
Otros dos forenses negaron sus conclusiones y dijeron que no había rastro de ese golpe
Los dos peritos consideraron que la causa de la muerte fue en realidad un ataque al corazón
Visto para sentencia. La Justicia sentó en el banquillo la pasada semana a una forense, acusada de ocultar presuntamente el corazón de un fallecido en una investigación en curso y de mentir al juzgado sobre la causa de la muerte. El rocambolesco procedimiento, según ha podido confirmar NIUS, se sigue desde 2016 en los juzgados de Zaragoza, donde la Fiscalía pedía para la facultativa una multa de diez meses y dos años de suspensión de empleo y sueldo por un presunto delito de falso testimonio. Desde el comienzo de las diligencias, ella ha mantenido en todo momento que la acusación es falsa, que su peritaje fue correcto y que nunca tuvo intención de ocultar la existencia de las vísceras al juzgado.
El caso arrancó ese mismo 2016, tras la muerte de una persona en una pelea a causa de una riña vecinal. El suceso recuerda mucho al del llamado “crimen de los tirantes”, por el que se ha vuelto a juzgar estos días al principal acusado, Rodrigo Lanza y se centra en el fallecimiento de una persona tras una riña vecinal. En un primer momento, la forense encargada del caso dictaminó que el fallecido había muerto a causa de un golpe en la cabeza pero que ya estaba predispuesto por “iatrogenia”. Por eso, según su dictamen, el fallecimiento se debió presuntamente a “una muerte entre la natural y la violenta”. Así, según la misma forense, la causa inmediata de la muerte era un “hematoma subdural” en un traumatismo craneal.
Sin embargo, la defensa del principal acusado en ese caso solicitó una aclaración de ese informe y un nuevo peritaje, por lo que la jueza preguntó expresamente a la forense si había tomado más muestras de las vísceras u otros órganos para este segundo análisis, a lo que ella contestó por escrito que no. Sin embargo, hubo dos agentes que contradijeron su versión. Dos guardias civiles que estuvieron presentes durante la autopsia y que aseguraron a la jueza encargada de la causa que en su presencia, la forense había extraído el corazón del afectado y lo había guardado en formol.
Una denuncia anterior
Finalmente, el corazón del difunto fue encontrado, tal y como dijeron los agentes, en un bote en formol dentro del Instituto de Medicina Legal. Fue entonces cuando la forense enjuiciada explicó que en un primer momento sacó el corazón para que fuera enviado al instituto de toxicología para su análisis, pero que tras dictaminar que la causa de la muerte fue el traumatismo en la cabeza, esa prueba se hizo innecesaria, por lo que el corazón quedó sin archivar como una víscera sin interés para la investigación. De hecho, en su defensa la forense ha mantenido siempre que actuó con la máxima profesionalidad y ha enmarcado estas investigaciones a una persecución contra ella tras denunciar a uno de sus superiores por acoso.
En cualquier caso, el cuerpo del fallecido fue sometido a un segundo informe por otros dos forenses, que esta vez coincidieron en que las patologías coronarias previas fueron determinantes para el fallecimiento de aquel hombre. Nunca encontraron rastro del supuesto hematoma que la víctima tendría en la cabeza. El golpe que según el anterior peritaje fue tan importante como para causarle la muerte. De hecho, el principal acusado de su muerte en aquella pelea vecinal quedó absuelto, mientras que la fiscalía abrió diligencias contra la forense que firmó la primera autopsia. Cuatro años después, se ha sentado en el banquillo acusada de un presunto delito de falso testimonio.