Álvaro de Orleans justifica con negocios en México los fondos para pagar los vuelos de Juan Carlos I

El empresario niega que los ocho millones abonados de su bolsillo fueran una donación si no una “ayuda”
Justifica los ingresos en esa cuenta por la herencia familiar, negocios inmobiliarios en México e inversiones en tecnología
Negocios inmobiliarios en México, inversiones en empresas tecnológicas y un importante legado financiero familiar. Esta es, según el empresario Álvaro de Orleans, la procedencia de gran parte de los fondos con los que se abonaron hasta ocho millones de euros en viajes del rey Juan Carlos I. El dinero salió desde una cuenta en Suiza a nombre de una fundación en Liechtenstein. Ingeniería fiscal al servicio del monarca. Ahora y ante la Fiscalía del Tribunal Supremo, el benefactor del rey emérito ha explicado estos extremos como testigo en una declaración realizada el pasado lunes por videoconferencia desde Mónaco.
La declaración del empresario se enmarca dentro de las diligencias de investigación abiertas por la Fiscalía española para decidir si presenta finalmente una denuncia que inicie una investigación penal contra el monarca, mucho más profunda que la actual y bajo la tutela judicial. De hecho, los fiscales de Supremo, con el jurista Juan Ignacio Campos a la cabeza, llevan más de cinco meses con el caso encima de la mesa sin tomar una decisión concreta. Y eso sin contar el tiempo que la información estuvo antes en manos de la Fiscalía Anticorrupción.
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De hecho, tal y como informó este diario, la citación de Álvaro de Orleans estaba prevista para el pasado día 1 de marzo, fecha en la que los fiscales españoles tenían la agenda ocupada. Unos días antes de que la videoconferencia se cerrara o se aplazara como finalmente sucedió, la defensa del rey emérito se presentó ante Hacienda y presentó una regularización “voluntaria” de 4,4 millones de euros. Un repentino arrepentimiento tras años de disfrute a espaldas de Hacienda que puede impedir la investigación judicial al frenar el posible delito fiscal.
Dinero de procedencia comprobada
Con estos elementos sobre la mesa, el fiscal Juan Ignacio Campos, experto en delincuencia financiera, tomó declaración el pasado lunes al empresario y presunto benefactor del rey emérito. El uso de los viajes por parte del rey emérito estaba más que acreditado, reconocido incluso por él mismo en su declaración ante Hacienda. Por ello, uno de los elementos importantes para los investigadores era la procedencia del dinero ¿De dónde salieron los fondos para pagar hasta ocho millones en vuelos durante años? La pregunta esconde en realidad una cuestión judicial más profunda ¿Es Álvaro de Orleans solo un benefactor o un testaferro del rey emérito?
De Orleans, que no tiene calificación de investigado ni en las pesquisas que se siguen en Suiza ni en las diligencias abiertas hasta el momento en España, ha mantenido siempre que abonó desde una cuenta bajo su control los viajes del rey emérito como una cuestión de compromiso familiar en apoyo a la familia real española. Ante los fiscales y según fuentes conocedoras del procedimiento, se ratificó en esta misma versión y aseguró que pagó los viajes del rey Juan Carlos con una cuenta en Suiza a nombre de una fundación para garantizar la confidencialidad de sus viajes personales.
Sin embargo, hay un elemento disonante en ese argumento, ya que los protocolos de seguridad internacional dictan que las compañías aéreas, también las de vuelos privados, deben informar de forma puntual de la identidad de todos los pasajeros que transporten en sus viajes. Así, era necesario que la identidad del usuario fuera conocido por parte de las autoridades siempre que Juan Carlos I se subía a un avión. Con ese dato sobre la mesa, la única confidencialidad con la estrategia de Álvaro de Orleans y el rey emérito se conseguía a la hora de mover los fondos entre la cuenta en Suiza y las empresas de viaje que prestaban los distintos servicios.
Como ha mantenido en diversas ocasiones, Orleans negó de plano ser el testaferro del rey emérito. Y llega aquí la importancia de la procedencia de los fondos. Si el dinero parte de negocios lícitos declarados, no cabe hueco para la duda. Ante los fiscales españoles el empresario afincado en Mónaco explicó que parte de los fondos, ingresados en la cuenta de la fundación entre 2008 y 2009, proceden de inversiones inmobiliarias en México o la fabricación de conductores eléctricos, tal como adelantó El Español.