El asesino de Marta Calvo, un “depredador letal” que “seguirá matando si tiene libertad para hacerlo”


Los peritos de la acusación concluyen que el acusado de terminar con la vida de la joven valenciana y de otras dos mujeres es un “asesino en serie” sexual sádico
El próximo día 26, la Justicia debe decidir si prorroga su prisión preventiva por encima de los dos años
“A mí me ha hundido en la puta miseria. Me da miedo que salga de la cárcel y tome represalias contra mí”, explica una de sus víctimas
Su nombre es Jorge Ignacio Palma, pero para los expertos en criminalística, este colombiano nacido en 1981 y acusado de matar a la joven valenciana Marta Calvo es un “depredador letal” con una “compulsión por matar”. Un “asesino en serie” de corte “sádico sexual” que disfruta llevando a las mujeres hasta la muerte por medio de la sumisión química. En la actualidad, se le investiga por perpetrar presuntamente 33 delitos sobre diez víctimas distintas. Diez mujeres con un grado importante de vulnerabilidad. Tres de ellas resultaron muertas, en tres feminicidios perpetrados de manera calculada pero ocultados presuntamente como accidentes.
El próximo día 26, será el Juzgado de Instrucción número 20 de Valencia el que decida si pone en libertad al acusado o si, por el contrario, amplía el plazo de prisión preventiva por encima de los dos años para que sigua en prisión. Sobre la mesa, el juez tiene el informe de parte elaborado por dos peritos, el investigador y criminólogo Juan de Dios Vargas y Vicente Garrido Genovés, catedrático de la Universidad de Valencia. En sus conclusiones, el informe describe al acusado como “un asesino serial, caracterizado por la investigación criminológica como depredador letal” definido por la “compulsión para matar”.
MÁS
Teresa Jiménez Becerril nueva adjunta al Defensor del Pueblo, diputada del PP y hermana de un concejal asesinado por ETA
La jueza del caso Alcàsser ordena el análisis de pelos y la inspección del coche de Ricart y Anglés
Dolores Vázquez, 20 años después del caso Wanninkhof, habla en HBO Max: "Debo la vida a Sonia Carabantes"

Para llegar a esta conclusión, los especialistas han analizado los testimonios de seis mujeres. Seis personas que tuvieron encuentros sexuales con él y que describen un modo de actuar común: todas quedaron con él previo pago, sufrieron presiones para que consumieran cocaína, sintieron miedo por el comportamiento de Jorge Ignacio y sufieron su ira y su desprecio cuando finalmente se negaron a sus deseos. “Yo no soy de pegarte, te voy a balacear”, le espetó por ejemplo a la pareja de una de ellas cuando la mujer se negó a consumir cocaína.
“Era un comportamiento más allá de la agresividad. Que daba miedo”, confirma otra de las mujeres entrevistadas. “Sabía que eso no era normal y sabía que iba a hacerme algo malo”. “Si me muero usted va detrás de mi, y agarré y me fui a por el cuchillo”, explica otra de las víctimas a la que trató presuntamente de anular con cocaína en la bebida. “A mi me ha hundido en la puta miseria. Me da miedo que salga de la cárcel y tome represalias contra mí”, mantiene una de las seis afectadas.
Un "desprecio total" hacia sus víctimas
Una de las mujeres, explica incluso que perdió el conocimiento tras estar únicamente hora y media con él. “Al despertar le dice que se siente mareada, que algo le está pasando. le pide que pare de trocarla con las manos impregnadas en cocaína, a lo que él le da la razón pero insiste en impregnarla, especialmente en las zonas íntimas. Le propone hacerle un masaje en los pies para que se relaje, igualmente con las manos impregnadas”, explicó la afectada. “En un momento se da cuenta de que le ha impregnado de cocaína el cuero cabelludo, los pechos [...] También notó la cocaína esparcida por las sábanas de la cama”.

Los síntomas en su cuerpo fueron tales que la mujer se marchó al día siguiente y por su propio pie al hospital, ante la sospecha de que había sufrido una sumisión química previa. Algo que el acusado le había echado en la bebida. Ese encuentro fue a principios de 2019. Casi un año después, el siete de noviembre de 2019, esta misma mujer recibió de nuevo la llamada de Jorge Ignacio. Tras la experiencia anterior, decidió rechazar el servicio. Esa misma noche, el acusado quedó con Marta Calvo, la joven a la que ha reconocido descuartizar para hacer desaparecer después su cadáver. La Guardia Civil lleva desde entonces tratando de dar con su paradero.
Así, los expertos que firman el informe reflejan una pauta común de comportamiento compatible con un “móvil homicida”, donde el acusado toma la llamada “fiesta blanca”, la práctica de consumir cocaína durante las relaciones sexuales, como excusa para acercarse a las posibles víctimas de su “fantasía homicida”. Su objetivo según el informe era tratar de aislarlas, bien llevándolas a su casa o bien “suprimiendo posibles obstáculos o interferencias”. Además, portaba siempre una gran cantidad de cocaína, más que suficiente como para acabar con la vida de una persona y de gran pureza.
En este punto, los peritos alertan además de que elegía prostitutas ante la menor alarma social que causa su fallecimiento. De hecho, el acusado se había visto implicado en dos supuestos accidentes antes de la muerte y desaparición de Marta Calvo.
Una vez a solas, el presunto asesino en serie mostraba “un desprecio total hacia ellas [Sus víctimas] y trata de manejarlas con cocaína”. “Maneja el sexo con el fin de poder introducir la cocaína. El interés radica por tanto en la introducción de las misma, por lo que utiliza el sexo como medio”, concluyen los especialistas, que dibujan en su informe al acusado como un “depredador letal” que “seguirá matando si tiene libertad para hacerlo”.