Los audios del careo en Kitchen: "Estamos aquí por ti", Fernández Díaz y Martínez se tenían ganas

El juez tuvo que emplearse para cortar el careo por el enfado de los dos
Manuel García Castellón, el juez del caso Kitchen, no es nuevo en lo suyo y dejó claro, desde el primer momento del careo entre el exministro Jorge Fernández Díaz y el ex secretario de Estado de Seguridad, que sabía lo que podía pasar. "No es una diligencia agradable y por eso la practico poco", explicó el magistrado a los dos investigados, a los que pidió tranquilidad y un comportamiento civilizado. Pero Fernández Díaz y Martínez, tenían demasiado que echarse a la cara y los reproches, la tensión y el tono agresivo acabaron imponiéndose en el juzgado nº 6 de la Audiencia Nacional.
Durante tres años la confianza fue máxima. Uno era el hombre al frente del Ministerio del Interior, el otro el segundo de esa cartera. Después compartieron bancada en el Congreso de los Diputados, pero el 13 de noviembre, eso era pasado. Todo aquello servía sólo artillería para lanzarse reproches y tirarse los trapos sucios a la cara.
Kitchen ha acabado con todo lo que hubo entre ellos. Los dos se sentaron como investigados ante el juez, por su papel en la trama presuntamente montada para robar documentos a Luis Bárcenas. El juez quiere saber quién fue el máximo responsable de Interior de la trama y por eso los llamó, primero por separado y después para este careo. En las dos ocasiones se contradijeron continuamente.
"Estamos aquí como investigados por ti", le decía con rencor Fernández Díaz a Francisco Martínez, imputado tras las declaraciones del ex secretario de Estado asegurando que el exministro fue el primero que le habló del operativo de espionaje
"Parece que el Ministerio del Interior era yo", respondía Francisco Martínez, que ha dejado claro que no quiere ser el "cabeza de turco" de esta historia.
Un "perdón" imposible
Más de cuatro intentos tuvo que hacer el juez en la última media hora para cortar el enfrentamiento y dar por terminado el cara a cara, pero ellos insistían cada vez en responder al otro y lo seguían alargando.
Al exministro, claramente, le molestó conocer los whatsapps que Martínez se había cruzado con otras personas. De hecho, le sacó dos veces aquello de "me has llamado idiota integral, bobo, cabrón, hijo de puta"... ante eso, el ex secretario de Estado le pedía perdón por los comentarios ofensivos, pero en cuestión de segundos volvían a enzarzarse.
Los mensajes con descalificativos eran consecuencia del despecho, intentaba explicar Martínez recordando sin cesar el abandono que sintió. Además, recordó a su exjefe que siempre estuvo para él, y que en 2017, con los dos fuera del Ministerio, le siguió ayudando hasta el punto de escribirle una comparecencia en la comisión de interior sobre la llamada policía patriótica.
Y a cada acusación de uno, el otro saltaba como un resorte ante un juez que tras una hora de careo intentaba zanjar la discusión, pero que tardó media hora más en conseguirlo.
Ninguno de los dos, según señalaron, esperaba que esto acabara así. Al exministro le habría gustado que Martínez se hubiera arrepentido y le hubiera llamado como testigo para que dijera la verdad; el ex secretario de Estado le instaba a decirla.
Al final, todo roto. Ni siquiera se ponían de acuerdo en lo estrecho de su antigua relación: "Me llamabas todos los días, yo era tu hombre de confianza, y a mucha honra en aquel momento", espetó Martínez; "Déjame que decida yo quién es mi hombre de confianza", respondió el exministro.