El supuesto enlace entre Puigdemont y el Kremlin es un empresario que suplantó a Gas Natural en Ucrania


El empresario catalán que ofrecía sus contactos con Putin suplantó a Gas Natural en un contrato millonario en Ucrania
Puigdemont llegó a recibirle dos días antes de declarar la independencia, pero terminó echándolo del despacho
Sus colaboradores buscaban una declaración de Gobachov en favor de una Cataluña independiente
Jueves, 26 de octubre de 2017. Diez de la mañana. Faltan 48 horas para que Carles Puigdemont declare de forma unilateral la independencia de Cataluña cuando dos personas de su confianza le escriben por Telegram para darle una noticia: ambos están a las puertas de la Casa dels Canonges, la residencia oficial del presidente de la Generalitat. Con ellos espera un supuesto contacto del gobierno ruso. Un hombre que promete lazos con el presidente Vladimir Putin y una declaración oficial del expresidente Mijail Gorbachov, Premio Nobel de la Paz, apoyando la creación del supuesto nuevo estado.
El mensaje a Puigdemont quedó grabado en el teléfono móvil de Víctor Terradellas, director de la Fundación Catmon, exresponsable de política internacional de Convergència e investigado ahora por desviar presuntamente fondos públicos a gastos personales. Con esos mensajes, los agentes de la Guardia Civil investigan los posibles contactos de Puigdemont con el gobierno ruso. Sin embargo y en este caso, las relaciones entre Puigdemont y el Kremlin son nulas ¿El motivo? el hombre que se presentó ante él aquel día -según las fuentes consultadas por NIUS- es en realidad un empresario catalán llamado Jordi Sardá, un exmonitor de esquí que saltó a los medios en 2012 tras suplantar a Gas Natural en la firma de un contrato de más de 800 millones con el gobierno de Ucrania.
Para contrastar esta versión, NIUS ha contactado -entre la veintena de fuentes- con tres personas del círculo más cercano de Carles Puigdemont. Los tres han confirmado que la persona que se reunió ese día con Puigdemont (una de ellas al menos, ya que otra era un empresario italiano sin identificar) se identificó como Jordi Sardá, natural de Sant Vicenç de Castellet (Barcelona) y que llegó al presidente catalán de la mano de Víctor Terradellas. "Subir por Canonges" les dice Puigdemont momentos antes de la reunión. Según las mismas fuentes, la reunión entre ambos duró menos de dos minutos, ya que el presidente catalán se negó a ceder a sus exigencias.
La reunión entre Puigdemont y el supuesto enlace con el gobierno ruso se produjo en una de las salas de la residencia oficial del presidente catalán. En un primer momento y según fuentes presentes en la misma, el empresario que se identificó como Jordi Sardá expresó su voluntad de hacer de enlace entre el gobierno catalán y el ruso, de cara a una posible declaración de independencia. Según fuentes presentes en la reunión, Puigdemont expresó desde el primer momento su filosofía europeista y agradeció el supuesto apoyo ruso, aunque se negó a realizar contrapartidas a cambio. "Puigdemont no quería que Rusia fuera el padrino de una Cataluña independiente", explican las mismas fuentes. Fue entonces cuando los supuestos emisarios habrían insinuado que, como pago del favor, bastaría con ciertas facilidades para invertir en Cataluña. En ese momento y según coinciden varios testimonios recogidos por este diario, Puigdemont dio por terminada la reunión y pidió a los intermediarios que se marcharan.
Un empresario en paradero desconocido en Andorra
NIUS ha intentado sin éxito recabar la versión del empresario Jordi Sardá, que se definía en 2012 como agente comercial y que en la actualidad ha cerrado todas sus empresas en España. Hace siete años, su nombre se convirtió en escándalo cuando saltó a la prensa que un "falso agente" español se había hecho pasar por representante de Gas Natural para firmar un contrato millonario en Ucrania.
Aquel día, Sardá -con una hermana concejala por el PdCat y una pareja ucraniana- apareció frente a las cámaras de televisión, los responsables del gobierno ucraniano y la prensa internacional para firmar un contrato sobre el que no tenía autorización alguna. El empresario catalán firmó sin tapujos un acuerdo para construir una fábrica de gas licuado por más de 800 millones de dólares. Cuando Gas Natural se enteró, negó cualquier relación con él y anunció medidas legales contra el presunto estafador. Sin embargo, la mulltinacional decidió finalmente retirar la denuncia, al considerar que pese al posible engaño, la empresa no había sufrido daño económico alguno. Ante la prensa ucraniana y según recogen las crónicas de la época, Sardá se excusó con estas palabras: "Pensé que podía firmar y después acordarlo con la compañía".
Según ha podido confirmar este diario, el empresario nacido en 1969 residió en Andorra hasta 2005, donde fue monitor de ski y regentó después un restaurante en Ansalonga, en la parroquia de Ordino. En España, su nombre aparece vinculado a dos sociedades ya cerradas: Ukrainvest Spain Promociones y Karelia Bonvehí. Aunque su última aventura empresaria, de nombre Eurasia Group Limited, abierta en Reino Unido en 2004 y disuelta en 2016. La mitad de las acciones de esta compañía estaban en manos de Jordi Sardá y la otra mitad, a nombre de otra empresa inglesa llamada Overseas Petroleum Corporation LTD. Esta segunda firma estaba controlada por Nadya Kramskaya, residente en España pero con nacionalidad británica. Otro de los accionistas de esta segunda empresa es Andrey Golovenko, kazajo de nacimiento y que aparece en LinkedIn como director comercial de una empresa italiana llamada Zenit. El tercer accionista es un hombre llamado Askar Zhaparov, que coincide con el de un empresario petrolífero moldavo.
Aquí desaparece el rastro empresarial de Jordi Sardá, pero no el de Nadya Kramskaya, que en febrero de este año abrió una nueva sociedad en Reino Unido llamada Bitcenter UK. En esta ocasión, la empresaria ya no se declara residente en España, si no en Reino Unido. Fue ella quien en un primer momento adquirió la mayoría de las acciones, pero un mes después, hay una apliación de capital que da acceso a la empresa a seis nuevos empresarios rusos. Uno de ellos, Vladimir Sackovich, aparece en las declaraciones del financiero Antoni Mas, considerado el "Madoff catalán". Según publicó El País en junio de 2017, el financiero catalán reconoció ante el juez que recibió dinero del empresario ruso, pero que los fondos fueron bloqueados "porque su origen no estaba claro", según reza el reporateje. El resto de los accionistas son Vadim Tarasov, cuyo nombre coincide con el de un jugador profesional de hockey cazajo que tras abandonar el deporte se dedica a la inversión en materias primas, Vladimir Ufnarovski, empresario de San Petersburgo, Alexander Drosdovskiy y Mikhail Smirnov.
Este diario se ha puesto en contacto también con el cuerpo diplomático ruso en España para tratar de confirmar si el empresario Jordi Sardá actuaba en algún momento bajo conocimiento del Kremlin o con el consentimiento expreso del gobierno ruso, pero tampoco ha obtenido respuesta.