Corinna achaca a los correos de Noos la investigación sobre su dinero y el del rey en Suiza

La empresaria considera que los correos presentados por Diego Torres en 2013 la pusieron en el foco de los fiscales helvéticos
En ellos, la expareja del rey trataba de conseguir un trabajo a Iñaki Urdangarín en una fundación benéfica internacional apadrinada por Nelson Mandela
Fue en 2013 cuando el empresario Diego Torres, socio del exduque de Palma Iñaki Urdangarin, presentó en la investigación del caso Noos una serie de correos en los que el yerno del rey emérito se comunicaba con la empresaria Corinna Larsen. La expareja del rey, a la que la prensa se refería en aquella época con eufemismos como “amiga personal” o circunloquios similares, trataba en esos correos de conseguir un trabajo para Urdangarín en una fundación benéfica. Una red internacional de apoyo al deporte llamada Laureus, con sede en Inglaterra y en la que Corinna Larsen participaba.
Sin embargo, siete años después, esos correos siguen dando quebraderos de cabeza legales. Tanto que la empresaria alemana está convencida de que esos emails, esas comunicaciones que se hicieron públicas al llegar al juzgado de instrucción número 3 de Pama de Mallorca, fueron parte detonante de la investigación que en 2018 se abrió contra ella en Suiza y que investiga además las finanzas del rey emérito ocultas en la banca local al menos hasta 2012. “La campaña de informaciones falsas en la prensa y en particular la falsa implicación de nuestra cliente en el caso Noos incitaron como era de esperar una investigación criminal en Suiza sobre los negocios del rey emérito y la estructura empresarial de nuestra cliente”, escribían los abogados de la empresaria en una carta enviada a la Casa Real el 5 de marzo de 2019, adelantada por el diario El Mundo.
En la carta, los representantes de Corinna Larsen alertaban a la Casa Real de que las oficinas de los dos principales asesores financieros en Suiza del rey emérito, Arturo Fasana y Dante Canónica, habían sido registradas y que la fiscalía local tenía ya abundante documentación sobre dos fundaciones en Panamá, llamadas Zagatka y Lucum. La primera estaba controlada por un primo del rey emérito, llamado Álvaro de Orleans. La segunda fue abierta según los documentos oficiales para el propio Juan Carlos I y llegó a tener en Suiza una cuenta con 70 millones de euros.
Una maniobra para tapar a la infanta
La investigación en Suiza, controlada por el fiscal Ives Bertossa, se abrió después de la publicación en España de las grabaciones entre la empresaria alemana y el excomisario José Villarejo, en las que Larsen aportaba información relevante sobre los supuestos negocios ocultos del monarca. Detalles concretos que se han confirmado en parte según los documentos remitidos desde Suiza en una comisión rogatoria internacional. Sin embargo, para la expareja del rey esa no fue la única motivación para que la Justicia local llamara a su puerta ya que los correos aportados en el caso Noos la vinculaban “falsamente” a las finanzas de la entonces Casa Real. Trascendió entonces una imagen que se ha reproducido durante años: la del rey emérito junto a Corinna Larsen, Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina en la alfombra roja de un acto organizado por la fundación Laureus
En su escrito remitido el año pasado, los abogados de la empresaria consideran incluso que su defendida fue implicada en el caso por “miembros de la Casa Real [...] aparentemente con la intención de proteger a la infanta Cristina”. Sin embargo, los hechos reflejan que esta frase no es cierta.

No fue ningún miembro de la Casa Real quien aportó el nombre de Corinna Larsen en el juzgado, si no el principal socio de Urdangarin, llamado Diego Torres y que fue condenado finalmente junto al duque de Palma y cumple condena desde 2018 en la prisión de Can Brians. De hecho, la defensa del entonces duque de Palma intentó en varias ocasiones que esos correos, en los que se hablaba directamente de conseguir un puesto de trabajo para el marido de la Infanta Cristina con una remuneración de 250.000 euros al año, no fueran incorporados a la causa. Así, lo que la defensa de Torres quería conseguir con la presentación de esos documentos era que las comunicaciones y los servidores de correo del Instituto Noos estaban siempre monitorizados por personal de seguridad de la Casa Real. De hecho, en varios de esos correos remitidos desde el correo de la secretaria de Urdangarin a Larsen, se pone en copia al propio rey emérito, conocedor de las negociaciones de su yerno y su entonces pareja.
Sin embargo, los abogados de la empresaria consideran que tanto Urdangarin como el secretario personal de las infantas, Carlos García Revenga, patrono del Instituto Noos, “fallaron” a la hora de desvincular a la empresaria de los negocios investigados. “generando una falsa impresión de que nuestra cliente estaba relacionada en delitos financieros”.