Deliberar por Zoom o declarar por WhatsApp, el confinamiento moderniza los tribunales

Durante el estado de alarma muchas asistencias de abogados en comisarías y declaraciones judiciales se han hecho por videoconferencia
Los tribunales han deliberado sobre sentencias a través de aplicaciones móviles
Los juicios por videollamada tienen sus problemas, pero cada vez están más cerca
Domingo de confinamiento, suena el teléfono del abogado Juan Gonzalo Ospina, para que asista de forma particular a un detenido por violencia de género, uno de los pocos tipos de procedimiento que se han seguido tramitando por considerarse de urgencia por su carácter esencial. En época normal, el letrado se trasladaría a la comisaría, se sentaría junto a su cliente y le atendería ante el policía. En tiempo de COVID-19, todo cambia.
Ese domingo, el caso es real, Ospina se puso en contacto con el colegio de abogados de Madrid para poner en marcha el protocolo de asistencia telemática, que integra a jueces, fiscales, funcionarios, policías, guardias civiles y letrados.
A partir de ahí, tira y afloja mediante, se produce lo siguiente: el policía en cuestión habla con el abogado, que le da su número de colegiado y una vez se verifica su identidad, le pasan un teléfono al detenido para que pueda hablar con su letrado de forma confidencial. En Cataluña, aún van más allá. Según Ospina en esa comunidad la asistencia al detenido en comisaría se hace por videollamada, con un sistema análogo a Skype.
En Madrid, la videollamada llega a la hora de la declaración judicial. En el caso que nos ocupa, se hizo de la siguiente manera: en el despacho de la juez, se reunieron ella, el fiscal y el abogado, con guantes, mascarillas y distancia de seguridad; el detenido prestó su declaración desde la zona de calabozos.
Desde el juzgado, las partes fueron preguntando a través del ordenador con cámara y micro, el acusado respondía desde una la sala habilitada para la grabación y conexión, que existe desde hace muchos años. En la sala, junto a él, un policía y un agente judicial también con guantes y mascarillas.
No ha sido el único asunto que Ospina ha tenido que defender de forma telemática, el otro, en Toledo, se hizo de principio a fin por teléfono y con el manos libres activado. Todavía hay mucho que mejorar, pero en opinión de este abogado, la COVID-19 puede acabar suponiendo un paso de gigante en la modernización de la justicia.

Los juicios telemáticos y sus complicaciones
La jueza Natalia Velilla también está tirando de videoconferencia durante la pandemia, en su caso en la Audiencia Provincial de Madrid, donde ha puesto junto a sus compañeras más de cuarenta sentencias en lo que llevamos de estado de alarma. Son algo menos de lo habitual, porque la primera semana pilló a todo el mundo por sorpresa, pero después, las deliberaciones han ido funcionando a un ritmo normal.
Las deliberaciones se hacen por Zoom o Skype, la responsable de redactar el fallo lo escribe, sus compañeras lo firman telemáticamente y así queda registrada la sentencia, que en ese tribunal siempre es sobre asuntos de familia: pensiones de alimentos, decisiones sobre custodias de niños, etc.
La fórmula es cómoda, explica Velilla, aunque el problema es la "conectividad" de los funcionarios, sin acceso a la "VPN" que les permite acceder desde casa al sistema.
A la pregunta de si los sistemas que están probando pueden ser válidos para juicios, Velilla tiene sus dudas, porque "la gente no está digitalizada".
Uno de los principales problemas que encuentra esta jueza es el de los testigos: "En un juicio penal, donde alguien se juega ir a la cárcel, hay que tener muy garantizado que, por ejemplo, el testigo que declara no tiene a nadie al lado intentando influirle".
Además, por ejemplo, cada ámbito de la justicia tiene sus "particularidades", por ejemplo, en los juzgados de lo social (que se ocupan de los conflictos entre trabajadores y empresas): "Hasta el día del juicio, no sabes cuántos testigos te van a llegar", explica Velilla y eso hace mucho más complicada la preparación de esas vistas "a distancia".
Claro, que tampoco va a ser mucho más fácil hacerlas en las sedes judiciales, garantizando las medidas de protección e higiene. Por ejemplo, en el juzgado de Velilla se celebran 13 vistas en un día, muchas de ellas con un acto de conciliación previo en el que finalmente se llega a un acuerdo. Si eso ocurre, el juicio no se celebra y los testigos se van amontonando fuera.
La prioridad, además de los "aforos", señala la jueza, serán los refuerzos: "lo ideal sería que cada ciudadano tuviera un DNI con clave pin, y que se pudieran garantizar todos los derechos en un juicio telemático", pero en su opinión, todavía hay mucho que avanzar.
Además, en cada sitio es distinto. En Madrid, la cantidad de procedimientos, "la litigiosidad", es tremenda. En otros sitios es más fácil. De hecho, en Cantabria ya está señalado un juicio por videollamada y en Canarias se preparan para hacerlo y ya han probado sistemas.
Canarias se prepara para juicios vía tablet, móvil u ordenador
Como en buena parte de España, en Canarias también han hecho juicios rápidos y declaraciones policiales de forma más o menos telemática durante el confinamiento, pero no sólo eso, la Viceconsejería de Justicia ha probado sistemas para poder extenderlo a los juicios del futuro, según ha explicado a NIUS la viceconsejera y jueza Carla Vallejo.
Las pruebas técnicas han consistido en asegurar que las videollamadas se puedan grabar y quedar en el sistema judicial. "La tecnología ya existía", señala Vallejo, pero se han integrado distintas aplicaciones de forma conjunta para dar más garantías y eficiencia. Además, el último decreto del Ministerio de Justicia, que recomienda el uso de las tecnologías, también da cobertura legal.
El objetivo es que a través de una tablet, un teléfono móvil o un ordenador, las personas puedan declarar desde sus casas u oficinas, siempre que sea posible y el juez o jueza lo considere conveniente. Por ejemplo, eso nunca podría ocurrir con un acusado por delito grave, que siempre tiene que estar presente en sala.
En los casos menores, será decisión de los tribunales. Según la viceconsejera, "las posibilidades son muchas", el declarante o el testigo también pueden comparecer desde una comisaría o un juzgado más cercano a su domicilio y evitar el desplazamiento, no siempre tiene que ser en el domicilio.
Sobre las dudas a la hora de acreditar identidades, etc. Vallejo cree que se pueden salvar, porque el vídeo permite ver la sala, o que la persona enseñe su DNI a través del vídeo.
El caso es que la tecnología abre posibilidades que pueden ir mucho más allá del final del confinamiento y "que ya se está viendo que el sistema funciona", defiende la viceconsejera que ha decidido darle la vuelta a la situación para modernizar la Justicia canaria.
Falta llevarlo a la vida real, esa en la que se caen las conexiones o en la que no todo el mundo sabe manejar los dispositivos. Se verá lo que ocurre cuando se restablezcan los plazos procesales y la vida judicial se reactive.