Cospedal admite cuatro reuniones en Génova con Villarejo pero dice que Kitchen "no tiene nada que ver con el PP"

Mantiene que son falsas las anotaciones de la agenda de Villarejo que la vinculan con el caso
La exsecretaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, ha negado ante el juez Manuel García-Castellón cualquier vinculación con el espionaje “parapolicial” al extesorero del partido, Luis Bárcenas, que la Audiencia Nacional investiga en el seno del llamado caso Kitchen.
Cospedal ha negado sus propios vínculos y los de su partido, aunque admite que mantuvo cuatro reuniones con él en su despacho de la sede de Génova y otra en una cafetería. En la primera estuvo también su marido, pero en las otras tres estuvieron solos. Villarejo entró por el garaje y se reunió con ella en su despacho y le recibió porque "él tenía información sobre distintos asuntos".
Eso sí, dice que nunca le hizo ningún encargo y que la operación Kitchen no es una trama creada por su partido. Según la versión que ha dado ante el juez, sus encuentros con el comisario jubilado y encausado eran para saber más sobre algunos casos que afectaban al partido, como el de Rita Barberá, que era su amiga.
Vigilancia a Génova
Cospedal ha contado que fue Villarejo quien se puso en contacto con ella a través de su marido y que ella se accedió interesada por si tenía información sobre las filtraciones que había en el caso de la fallecida Rita Barbberá.
No sólo eso, también asegura que lo hizo porque "era público y notorio" que el PP estaba siendo espiado desde un edificio cercano a la sede de la calle Génova "por alguien del ministerio del Interior".
Tal y como se lo presentaron, afirma que pensaba que era alguien que trabajaba en el mundo privado y que él estaba de excedencia. Pero nunca le pagó por ningún servicio -ha insistido varias veces- a pesar de que hay anotaciones en las que se dice que ella está "preocupada" por los pagos.
El magistrado titular del Juzgado de Instrucción 6 citó a declarar a Cospedal ante la sospecha de que la exministra de Defensa tuvo conocimiento previo de la existencia de un plan para captar como confidente al chófer de Bárcenas mientras el extesorero se encontraba en prisión y su mujer se reunía con varios periodistas. El objetivo, según las investigaciones, sería localizar información comprometedora que Bárcenas podría guardar sobre la financiación ilegal del PP y el conocimiento que de ella tendrían líderes como el entonces presidente del Gobierno Mariano Rajoy.
Ante el juez, Cospedal ha negado tener conocimiento previo de la llamada operación Kitchen, o haber mantenido una participación activa en la captación del chófer de Bárcenas por medio de su jefe de seguridad, el inspector Andrés Gómez Gordo, que entonces ocupaba un cargo de confianza en su Gobierno como presidenta de Castilla-La Mancha.
La que fuera mano derecha de Mariano Rajoy en el partido ha presentado un escrito ante el juez antes de sentarse a declarar. En el texto, ha cargado contra el extesorero del PP y ha cuestionado su credibilidad apuntando sus "4 versiones".
De hecho, Gómez Gordo es uno de los principales investigados en este caso, en el que el juez García-Castellón ha citado también a declarar al marido de la responsable del PP, el empresario Ignacio López del Hierro. Las agendas del comisario José Manuel Villarejo confieren al matrimonio un supuesto papel importante en dos planos: las presiones para que la Policía Nacional rebajara la investigación contra Bárcenas en el caso Gürtel, reconocidas incluso por el responsable policial del caso que declaró como testigo, y el plan posterior de robo de documentación a la familia de Luis Bárcenas.
Ante estas acusaciones, Cospedal ha mantenido en todo momento que su relación con el comisario Villarejo era completamente tangencial y que no son ciertas las anotaciones que aparecen en su agenda.
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