Exclusiva: Nius accede a las grabaciones del capo más mítico del narcotráfico gallego

Sito Miñanco coordinaba las operaciones desde un coche en movimiento para evitar a la Policía
Micros ocultos grabaron todas sus conversaciones mientras trataba de meter más de una tonelada de coca en España
Un coche en marcha. Teléfonos encriptados. Y Sito Miñanco dentro del vehículo junto a dos colaboradores, enviando mensajes cifrados y organizando así una entrega de varias toneladas de cocaína. Lo que el mítico narco gallego no sabía es que en el vehículo que convirtió en oficina había una chicharra. Un micro camuflado, colocado por la Policía. No era el único. Los agentes pincharon con orden judicial casi 50 teléfonos y colocaron grabadores de ambiente en nueve coches y remolques, un chalet en Vilagarcía de Arousa y dos barcos, que fueron balizados para conocer su situación en todo momento.
Ahora, este diario ha accedido a las conversaciones del narco con sus colaboradores, a las cintas que demuestran sus maniobras para introducir fuertes cantidades de cocaína en España. A meses de escuchas entre Sito Miñanco y sus lugartenientes que van desde la fabricación y preparación de las lanchas, hasta su último gran golpe, localizado por la Policía Nacional en aguas internacionales antes de ser detenido. Un decálogo completo de cómo trabajan los clanes gallegos en colaboración con los colombianos y que será la principal prueba contra José Ramón Prado Bugallo, nombre real del narco gallego, cuya vida fue llevada a la ficción en la serie Fariña, tras el libro del mismo nombre. Por su parte, anular estas escuchas es el principal objetivo de su defensa, que las considera ilegales al ser "indiscriminadas" y "prospectivas".
En cualquier caso, las escuchas a las que ha accedido este diario demuestran que Sito Miñanco preparaba un importante alijo de drogas antes de ser detenido. Los informes policiales relacionan directamente estas conversaciones con un importante cargamento que procedería de Colombia: 3.800 kilos que fueron apresados a 400 millas de Canarias en un carguero de nombre Torán, en octubre de 2017. Por otro lado la defensa del narco siempre ha mantenido que ese cargamento no era suyo. El acusado por pilotar presuntamente la lancha ha argumentado incluso que en el momento de la supuesta descarga, estaba en jugando un partido de fútbol de federados.
Obsesión por la privacidad
Si algo demuestra Sito Miñanco en sus constantes conversaciones es su obsesión por la privacidad. El narco gallego intentó incluso comprar inhibidores para localizar los micros policiales "encontramos uno así", llega a decir a sus colaboradores en una de las conversaciones "El problema es que ellos (la Policía) lo llevan apagado. Solamente lo encienden cuando quieren". Lo que no sabía en ese momento el narco es que el coche que utilizaba principalmente como despacho, un Saab 93, llevaba ya un micro oculto. Nunca lo detectó.

"Si no tienes comunicaciones te matas"
"Lo más importante en este trabajo ¿sabes qué es? tener comunicaciones". Sito Miñanco se lo explicaba así a uno de sus subordinados, de origen colombiano. "Si no tienes comunicaciones te matas. Cómo avisas de dónde quieres ir o si hay que cambiar". En ese momento, la red había gastado 750.000 euros en teléfonos encriptados para todos los integrantes del grupo. Los teléfonos habían sido securizados y solo tenían un contacto: el teléfono cifrado del coche de Sito que centralizaba la operación, manejado siempre por un colaborador. El narco desactivaba desactivaba incluso el texto predictivo para evitar errores e incomprensiones en mitad de los alijos.

"Le metemos 9.000 litros abajo y cuatro motores"
Si en algo era meticuloso el narco gallego era en la preparación de las travesías por el mar. En las grabaciones de la operación Mito aparecen numerosas conversaciones con sus colaboradores preparando tanto la gasolina necesaria como las dimensiones de las lanchas para alijar. "Que vienen cinco, pues cinco. Que vienen siete, pues siete", llega a decir en algunas ocasiones en referencia a la posible carga de la embarcación. "le metemos 9.000 litros abajo, cuatro motores solo y va a pesar esa lancha menos que la de 12. Tenemos el material para hacerlo, el molde lo tenemos. Solo es ponerse a hacerla".

"En los momentos difíciles hay quien le echa cojones"
"Lo que yo quiero es encontrar gente honesta y trabajar", decía en marzo de 2017 el capo gallego dentro de su coche. Meses después, el 3 de octubre de 2017, arranca la operación por la que la Policía Nacional le vincula con el envío de 3.800 kilos de coca. "El helicóptero ha salido todos los días a la una", explica el capo, mientras se queja de que el día que sus hombres tenían que salir al mar para hacer el envío, la rutina de los agentes de seguridad cambió. "Ayer salió a las tres. Pues nosotros en la ría a las dos y media de la mañana".

Comienzan los problemas
Sito ordenó a sus hombres que sacaran la lancha y esperaran en el punto de encuentro al barco nodriza que debía entregar la droga. El capo nunca dice abiertamente que el pesquero que espera es el Torán, pero tiene un problema. Las comunicaciones comienzan a fallar y pierde contacto con los pilotos que están en la lancha. Sus contactos le informan de que la Policía Nacional ha entrado en el barco "¿Sigue pensando que eso se salva? Ojalá. Nosotros a la noche intentaremos subir", llega a decir a sus colaboradores. "Tenemos 5.000 litros de combustible a bordo y estamos a cien millas. cargamos y nos venimos". Sin embargo, Miñanco sabe que los agentes localizarán la droga. "Te empiezan a romper y la encuentran".

"Estoy jodido"
Con el paso de las horas, Sito Miñanco se dio cuenta de que la Policía Nacional tenía todos los datos sobre el envío de drogas y pensó que lo único salvable de la operación era la propia lancha. "Yo personalmente la hubiese hundido", le llega a decir una de sus colaboradoras, ante la sospecha de que la Policía estaba esperando movimientos del capo para localizar a sus hombres. "La gente del barco está arrestada. Están rompiendo el barco".

En ese momento el narco pide que sus hombres monten controles en la costa gallega para poder recuperar su planeadora. "También en Vilagarcía", ordena, indicando que su intención es que la lancha vuelva a un puerto franco en Galicia. Finalmente la Policía Nacional localizó en la zona los 3.8000 kilos que escondía el Torán, pero no la lancha de la que se habla en las conversaciones. Algo que sirve al narco para esgrimir que nada tiene que ver con ese alijo, mientras su defensa trata de invalidar las pruebas por un posible defecto de forma.
