‘Operación Farinelli’: el bulo sobre la castración química del rey emérito que alimentó Corinna

Las reuniones entre el comisario José Manuel Villarejo y la empresaria Corinna Larsen dieron para mucho. Tanto que en una de ellas y según reflejan los informes de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional, la expareja del rey Juan Carlos aseguró de que el monarca daba muestras de estar sometido a algún tipo de castración química. Que estaba medicado supuestamente con algún tipo de hormona que le impedía “estar con una mujer”. Según estas versión, adelantada por Eldiario.es, Juan Carlos I se habría hecho unas pruebas de sangre para confirmar que estaba siendo medicado sin su consentimiento. Sin embargo, no ha trascendido desde las reuniones entre empresaria y comisario en 2015 documento alguno que avale estas acusaciones.

Pese a ello y según ha podido confirmar NIUS, la supuesta castración química del rey emérito, se convirtió en uno de los temas que la red de Villarejo trató de poner en circulación mientras el comisario estaba en prisión. Para ello, llegaron a ponerle un nombre comercial: la operación Farinelli, en referencia al famoso castrati italiano Carlos Broschi. Detrás, se relataba el presunto intento del entorno más próximo al monarca de medicarle sin su consentimiento para que conseguir de él mayor docilidad en un momento clave para la monarquía española: la época en la que Juan Carlos I habría expresado su voluntad de divorciarse de la reina Sofía para entablar una relación oficial con Corinna Larsen.

De hecho, la empresaria de origen germán expuso públicamente esta misma teoría en una entrevista en la revista Paris Match el pasado mes de septiembre. En ella, Corinna Larsen llegó a afirmar que Juan Carlos I habría sufrido “un golpe de estado” por parte “de la reina Sofía” y de "Mariano Rajoy” y ponía como ejemplo los problemas que el monarca tuvo en 2014 para terminar su discurso de menos de cinco minutos durante la celebración de la Pascua Militar. En sus declaraciones al semanario, Larsen mantenía incluso que el propio rey le había mostrado su inquietud de que el Gobierno quería “castrarle” y que tenía como intención colocar en su puesto a su hijo, al que consideraban una persona más manejable.

Ahora, el relato de esa supuesta Operación Farinelli ha visto la luz tras los informes policiales de la llamada pieza Carol. En ella, el juez Manuel García-Castellón investigaba la presunta contratación de Villarejo por parte de la empresaria de origen danés, que ha quedado archivada al no apreciar delito alguno. Sin embargo, los informes policiales sobre los encuentros entre empresaria y comisario arrojan una versión muy similar a la expresada ya en público por Larsen sobre la medicación sin su consentimiento al rey emérito: que fue un plan premeditado para forzar su abdicación.