El ajuste de cuentas de Francisco Martínez con el PP para no caer solo: "No soy el muñidor de Kitchen"


El ex secretario de Estado ha lanzado un dardo a Casado: "si no sabe cuidar de la gente que ha trabajado para él, difícilmente va a cuidar a los españoles"
Martínez tiene tres ideas recurrentes: No va a caer solo, está dolido, y se ha visto envuelto en esto por "lealtad"
El careo, sus mensajes a distintos conocidos, y una nota que dejó escrita en su móvil insisten todo el tiempo en el mismo discurso
"Si este PP de Casado no sabe cuidar a la gente que ha trabajado para él y que ha trabajado bien, difícilmente va a cuidar de los españoles". fue el dardo que el ex secretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez lanzó desde la sede la Audiencia Nacional, que está en la madrileña calle Génova, a la del PP, situada casi enfrente. El ex secretario de Estado se la tenía guardada al partido que lo arrinconó y ha aprovechado todos los medios posibles para devolvérsela, el último, su careo con Jorge Fernández Díaz, su antiguo jefe.
El exministro le volvió a acusar de ser el que le habló por primera vez del operativo para espiar a Bárcenas -niega que se llamara Kitchen- y al que reprochó haberle abandonado, igual que el resto del partido.
Mientras Fernández Díaz negaba haberle hablado de ningún operativo policial -legal o ilegal- para adentrarse en el mundo Bárcenas o robarle documentos que pudieran perjudicar al PP; Martínez insistía una y otra vez en que él no fue el "muñidor" de Kitchen.
Ni su amargura por el abandono de todos, especialmente el del exministro; ni su intento de salvarse, negando ser el hombre al frente de la trama son nuevos. Las ideas en las que insistió durante el careo, ya las había deslizado en su declaración en solitario, en sus mensajes a múltiples conocidos y en una nota, de reflexión y estrategia, que dejó guardada en su teléfono móvil en octubre de 2019, poco después de ser imputado.
"No voy a permitir absolutamente ningún perjuicio más para mí o para mí familia, por esta historia. ABSOLUTAMENTE NINGUNO", escribió en u nota en su teléfono Francisco Martínez hace ya un año. Además de su estrategia a seguir, esa nota reflejaba una profunda amargura con el PP, que a su juicio le había "abandonado", y que este viernes volvió a poner sobre la mesa en el careo con su antiguo jefe, Jorge Fernández Díaz, exministro del Interior.
Al Fernádez Díaz le reprocha que nunca le defendiera en sus declaraciones a los medios y que se limitara a ponerse de perfil y a "quitarse de en medio". Su abandono fue "el que más le dolió -aseguró en la sala- pero no el único".
Ideas aparentemente obsesivas
Una a una, Francisco Martínez insistió durante el careo en las ideas que parecen obsesionarle, que ya dejó traslucir en su declaración en solitario, que transmitió a distintos amigos y conocidos por teléfono y que quedaron registradas en la nota de su teléfono:
- Abandonado En el careo: Reprochó a Fernández Díaz haberle arrojado "a las fauces de la prensa" y aseguró que se había sentido abandonado por él, a quien tenía "la mayor de las estimas y agradecimientos". Reprochó las "filtraciones de Génova" que daban a entender que Kitchen era un problema suyo. En la nota: Escribió que nadie del partido se había molestado en ayudarle: "Ni en el actual equipo -el de Casado- ni en el de Rajoy", del que él formó parte. Señaló que le habían sacado de las listas del partido y que había sufrido un gran perjuicio profesional y personal. En los mensajes: A Teodoro García Egea, al presidente de la Audiencia Nacional, y a todo el que le quiso oír le hizo llegar que se sentía solo y abandonado.
- No caer solo En el careo: repitió una y otra vez que él no fue "el muñidor de la trama". Ministro, yo me enteré de que había una operación por ti. Ministro, tú me pediste que te informara", le dijo varias veces a Fernández Díaz que negaba haberle llamado para hablar de Bárcenas o de su chófer. "Ministro, tú dijiste que no habías hablando nunca con Villarejo, claro, me mandaste a mí". En la nota: Dejó grabada en su móvil la preocupación porque en la opinión pública había calado la idea de que "el llamado 'espionaje a LB' fue un asunto mío". "Entregaré todo el material probatorio que pueda aportar", escribió. Se propuso pedir permiso a la comisión de secretos para hablar de todo, no sólo lo que le afectaba a él, porque "había más servicios implicados". "No voy a ser un mártir", escribió. En los mensajes: "Tengo todo muy claro y muy fácil de probar", le dijo a José Ramón Navarro, presidente de la Audiencia Nacional, en referencia al conocimiento de dirigentes del PP "Voy a contarle al juez todo lo que sé", le aseguró a un colaborador del Ministerio.
- Víctima de su propia lealtad En el careo, "Ministro, yo era tu mano derecha, tu persona de confianza y a mucha honra. no pensaba que íbamos a acabar así" le dijo a Fernández Díaz. Además, relató que llevó al notario los mensajes que implican a Fernández Díaz para protegerse, pero no para dañarle, porque para eso, los habría entregado a la prensa. En la nota, escribió frases como estas: Estoy involucrado "por lealtad y obediencia" "Esta causa no es mía y nunca lo fue". En los mensajes: Le escribió al presidente de la Audiencia que su "grandísimo error fue ser leal a miserables como Jorge, Rajoy o Cospedal".
En su declaración en solitario desarrolló ante el juez las mismas ideas. Pero este viernes, el resentimiento era mucho más palpable, porque a metro y medio, estaba Jorge Fernández Díaz, con quien según dijo "nunca pensó que todo iba a acabar así".
Duelo de rabias
El juez les quería ver interactuar -para eso se hace un careo-, y sabía perfectamente que había riesgo de exaltación. De hecho comenzó la diligencia señalando que los careos siempre son desagradables y que por eso él los practica poco. Les recordó que eran dos personas educadas y a lo largo del cara a cara pidió al exministro que se tranquilizara y que parara para "beber agua" si lo consideraba necesario.
Al principio, los dos han comenzado dirigiéndose al juez, pero cuando él les ha pedido que hablaran entre ellos, los ánimos se han ido caldeando, y ha salido a reducir la rabia que se guardan, porque ambos se sienten traicionados por el otro. El cruce ha sido duro e intenso. Tanto, que el magistrado se ha visto en apuros para ponerle punto y final. Durante la última media hora ha dicho varias veces que ya estaban terminando, pero ellos seguían lanzándose acusaciones:
- Jorge Fernández Díaz: - Niego esos mensajes, son surrealistas, están manipulados.
- Francisco Martínez: - ¿Me estás acusando de un delito?
- J.F.D.: - Te voy a decir una cosa, mirándote a los ojos: "Si hubiera podido hacer algo por ti, lo habría hecho". ¿Qué querías que hiciera?
- F.M.: - Pues que hubieras dicho que yo no tenía nada que ver, y no que todas tus declaraciones fueran para decir que no sabías nada, que pasabas por ahí.
- J.F.D.: Me has llamado idiota integral, cabrón, hijo de puta, miserable, bobo.. con distintas personas, porque has hablado con media España".F.M.: Estaba dolido, me han dolido todos los abandonos, pero el tuyo especialmente.
- J.F.D.: Estoy afectado, es una persona a la que hace un año que no veo y a la que he tenido una gran estima, me ha afectado.
- F.M.: "Me siento abandonado por alguien a quien tenía la mayor de las estimas y agradecimientos"... "No pensaba que esto iba a terminar así".
El caso es que el careo ha terminado como ha empezado, con Martínez insistiendo en que él se enteró de Kitchen -aunque era legal- por Fernández Díaz y con éste negando la mayor. Está claro que ninguno quiere quedar como el máximo responsable en Interior de la trama Kitchen.