La imputación judicial reconcilia a Medina con Luceño: ya no se siente "engañado"


Los dos han coincidido en sus versiones ante el juez y en la estrategia procesal
Sus versiones ante el fiscal diferían en el acuerdo para el reparto
En su declaración en Anticorrupción hace un año, Medina aseguró que no sabía lo que había cobrado Luceño hasta el día anterior
El primer saludo entre Luis Medina y Alberto Luceño el día de su declaración judicial ha sido frío y meramente educado. Pero según fuentes presentes en los juzgados de Plaza de Castilla, después de sus comparecencias, de apenas 20 minutos sí han intercambiado alguna que otra conversación.
Y eso que hace un año, durante su declaración en la Fiscalía Anticorrupción, Luis Medina aseguró que no mantenía contacto con Alberto Luceño desde el cierre de la operación de las mascarillas, en el año 2020. El hijo del duque de feria aseguró que su exsocio no le cogía el teléfono, pese a sus insistentes llamadas, y se dejó notar molesto por haberse llevado cinco veces menos de la operación. Este lunes, esa sensación de engaño ha sido negada con rotundidad en el juzgado.
MÁS
Los dos investigados en esta causa no sólo se han encontrado en los pasillos, acuciados por la misma situación. También han coincidido en estrategia y en versiones. La de Medina podría haber perjudicado a Luceño, pero el hijo de Naty Abascal ha optado por no hacerlo.
Para la abogada de Más Madrid, Nuria Dopico, está claro que "han pactado" una nueva estrategia ante la comparecencia ante el juez. Aunque ha señalado que los dos "han titubeado" con algunos datos, como la forma en que se hicieron las primeras comunicaciones, también ha señalado que "han aguantado el tipo".
Destinos, versiones y estrategias comunes
Hasta 17 años de cárcel suman los delitos que la Fiscalía reseña en su querella contra ellos. Luceño y Medina, que se conocen del mundo del "comercio internacional" desde hace más de 15 años se ven ahora ante una acusación por estafa agravada, falsedad documental y blanqueo de capitales por la única operación conjunta llevada a cabo: la intermediación para vender mascarillas al Ayuntamiento de Madrid a cambio de seis millones de euros. Medina, además, está imputado por alzamiento de bienes y la acusación de Podemos ha pedido que también lo esté Luceño.
Con la fiscalía y tres acusaciones populares enfrente (Podemos, PSOE y Más Madrid), los dos han escogido el mismo camino procesal: el de contestar sólo al juez y a los abogados y no dar oportunidad a las acusaciones de ponerles en aprietos. Hasta la duración de sus comparecencias ha sido prácticamente idéntica, 20 minutos.
Ambos señalan que las comisiones que percibieron son las "normales" en una operación de este tipo: el ocho por ciento (un millón de dólares) para Medina como "facilitador"; y un 47% (cinco millones) reconocido por Luceño, como agente de la distribuidora. Según ambos señalan ahora, las comisiones no se pactaron antes, sino que vieron al cierre de la operación.
Pero eso no es lo que dijo Medina en la Fiscalía, donde señaló que Luceño le había hablado de repartir lo que se sacara por tercios: una para la distribuidora malaya Leno; otra para Luceño y otra para él.
Ahora, el aristócrata apunta que Luceño "hizo todo el trabajo", algo que parece corroborado por el sumario, y que a él le hace entender que el desequilibrio. También van al alimón al decir que en ese mundo de los negocios internacinales "nadie habla de lo que cobra".
Y quizás por eso, él no sabía hace un año que su antiguo amigo hubiera cobrado mucho más que él. El fiscal, en cambio, sí cree que Luis Medina fue engañado y que las comisiones le fueron ocultadas, igual que al Ayuntamiento.
Medina podría haberse mantenido en su tesis de hace un año, lo que situaría a Luceño como el artífice de toda la operación, pero finalmente ha optado por respaldarle y subirse al mismo barco que él, que es el de defender la legalidad de lo que hicieron.
Por no reconocer, no reconocen ni que los guantes que enviaron al Ayuntamiento no eran lo acordado con la responsable de compras. "Eran lo adquirido, otra cosa es que las expectativas del Ayuntamiento fueran otras", ha apuntado Medina. Luceño ha relatado que cuando Elena Collado le dijo: "Nos han estafado", él se enfadó, y eso que según sus conversaciones, se movió rápidamente para conseguir rebajarlos desde los dos dólares unidad a los 39 céntimos, todavía muy superior al precio de venta de un supermercado madrileño por ocho céntimos.
"No tengo conciencia de haber cometido ningún delito", ha dicho Medina al juez, ante el que ha reconocido haber gastado dinero después de su comparecencia en Anticorrupción, en "préstamos y en ayudar a la gente", según sus propias palabras. Lo que no recuerda es la advertencia que le hizo el Ministerio Público de que deshacerse de sus ganancias podría suponer un delito de alzamiento de bienes.
Luceño no ha dicho no recordarlo, pero sí ha admitido que vendió dos coches después de esa declaración, aunque a él también le advirtió el fiscal de las consecuencias.
El día también ha terminado igual para los dos. Ambos han esperado juntos a que el juez decidiera si adoptaba las medidas solicitadas por las partes: retirada de pasaporte y comparecencias quincenales. La decisión ha sido un sí y los dos han salido del juzgado sin ese documento y con la obligación de ir a un juzgado cada 15 días.
La tercera versión: la del fiscal
El fiscal ha sido la única acusación que no ha pedido medidas cautelares, pero es el que hasta ahora ha puesto negro sobre blanco sus sospechas y contradicen totalmente las versiones de Luceño y Medina.
Luis Rodríguez Sol considera que hay sólidos indicios de que pactaron antes las comisiones; de que las ocultaron; y de que hicieron un negocio con el fin de lucrarse de forma desmedida e injustificada en el peor momento de la pandemia.
Cree que la comisión no fue mayor porque renunciaron a la comisión en ese episodio de los guantes, que es el que más apuntala el delito de estafa, porque Luceño ocultó que en realidad había renunciado a su parte en esa parte de la operación.