La investigación al rey emérito evidencia el fraude de grandes fortunas españolas: “Todos tenían activos no declarados en Suiza”

El abogado Dante Canónica reconoció que en 2008 la mayoría de sus clientes españoles ocultaba su dinero a Hacienda
Canónica controlaba junto con Arturo Fasana la cuenta Soleado, investigada en el caso Gürtel y que manejaba el dinero de grandes bolsillos españoles
La Justicia española nunca ha podido conocer de forma oficial el listado de clientes españoles que contrataron al despacho Rhone Gestión.
Suiza fue durante años un gigante coladero donde las grandes fortunas españolas ocultaron cantidades millonarias al fisco español. Así se desprende al menos de la investigación que la Fiscalía del país abrió en 2018 sobre los movimientos del rey emérito, que ha quedado archivada pese a las dudas de los investigadores sobre la procedencia real del dinero.
En las pesquisas helvéticas, el fiscal Yves Bertossa tomó declaración en octubre de 2018 al abogado Dante Canónica, y le preguntó el motivo por el que el gestor de fondos no informó al fisco español sobre el dinero que Juan Carlos de Borbón estaba recibiendo fondos en el país alpino. La respuesta del asesor abre más interrogantes de los que cierra: “que no creía que esto fuera un problema en 2008, porque había muchos residentes españoles, o incluso todos, que habían colocado parte de sus activos no declarados en Suiza”.
Estas palabras son importantes, tanto por el contenido como por quien las pronuncia. Dante Canónica no es únicamente el abogado en Suiza del rey emérito. Además, ha sido el responsable durante años de una firma de inversión llamada Rhone Gestión, controlada también por un financiero local llamado Arturo Gianfranco Fasana. Ambos saltaron a las instrucciones judiciales y de ahí a la prensa en 2009 cuando Fasana fue señalado por mover desde Suiza el dinero oculto de la trama Gürtel.
Según las investigaciones judiciales, el dinero del empresario Francisco Correa se movía desde una cuenta en Suiza a nombre de una sociedad llamada Golden Chain Properties. Como canalizaron, el despacho Rhone Gestión utilizaba una cuenta buzón llamada Soleado, una cuenta común por el que pasaban supuestamente los fondos de muchos de sus clientes españoles. De hecho, muchos consideran que el nombre de la cuenta hace referencia directa al clima cálido que suele disfrutar el país.

La cuenta Soleado
Así, la cuenta Soleado y quienes movieron su dinero por allí ha estado en el punto de mira de los investigadores e incluso de Hacienda desde hace años. Sin embargo, la legislación helvética ha blindado siempre que el fisco español tuviera conocimiento expreso del listado de clientes españoles que contrataron los servicios de este y otros despachos.
En el caso de Rhone Gestión, su sede fue registrada en el seno de la operación Gürtel, pero los agentes solo pudieron obtener documentación de los negocios vinculados a Francisco Correa y otros investigados. El resto de los posibles defraudadores fiscales quedó fuera de su alcance por la normativa suiza, que limitaba el alcance del registro a esos datos solicitados por la Audiencia Nacional. Además, la legislación del país no contempla como delito penal el fraude fiscal, y en esas fechas marcaba que cualquier investigado por esta materia en el país debía recibir antes un apercibimiento oficial que daba siempre comienzo a una batalla legal para evitar que los datos llegasen a España.
Pese a ello, los mandos de la Policía Nacional en aquellas fechas comenzaron a barajar de forma extraoficial nombres de los posibles clientes del despacho. Ya sonaba incluso el título del rey emérito entre las fortunas que usaban los servicios de Fasana para mover su dinero a Espaldas de Hacienda. El dato se confirmó después, primero con las revelaciones de Corinna zu Sain-Wittgenstein al comisario José Villarejo y después con la citación judicial de Canonica y Fasana ante la Justicia Helvética en octubre de 2018 como gestores de Juan Carlos de Borbón en el país.

Fue en el marco de esa investigación cuando en el fiscal Yves Bertossa le preguntó directamente a Dante Canonica si en algún momento se le pasó por la cabeza confirmar, informarse al menos, sobre si el rey emérito tenía que pagar impuestos en España. El abogado contestó que “no creía que esto fuera un problema en 2008 porque había muchos residentes españoles, o incluso todos, que habían colocado parte de sus activos no declarados en Suiza”, evidenciando el agujero opaco en el que se había convertido el país.