Juan Carlos I reconoció ante Hacienda que parte del dinero investigado fue a cuentas de otros miembros de la Familia Real

La Fiscalía sospecha que tanto dinero enviado desde México como desde Suiza terminó en cuentas de las infantas y los nietos del rey emérito
Las mismas fuentes descartan que Felipe VI disfrutara de esos fondos
El rey emérito Juan Carlos I reconoció ante Hacienda en diciembre de 2019 que parte del dinero investigado por la Fiscalía del Tribunal Supremo por cuatro presuntos delitos de corrupción terminó en cuentas de otros miembros de la Familia Real. En concreto y según ha podido conocer NIUS, el monarca reconoció los hechos ante el fisco español cuando regularizó 678.393 euros y confirmó que el dinero que el empresario mexicano Allen Sanginés-Krauser había enviado a las cuentas en España uno de sus ayudantes de campo, eran en realidad suyo.
En esa misma regularización y según las fuentes consultadas por NIUS, el rey emérito tuvo que reconocer una cosa más: que parte de esos fondos, remitidos a España en seis transferencias distintas entre 2017 y 2018, terminó en cuentas de otros miembros de la Familia Real, que dispusieron de él para sus gastos personales. Entre los beneficiarios no estuvo nunca el actual monarca, que renunció incluso a su herencia en marzo de 2020.
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En diciembre de 2019, la Fiscalía del Supremo había abierto ya las Diligencias Informativas 12/2019 para investigar la procedencia de los fondos, y el rey emérito se adelantó por partida doble con su movimiento ante Hacienda.. Por un lado, trató de solventar las cuentas con el fisco para evitar cualquier responsabilidad penal por haber colocado el dinero en España de forma indebida en una época en la que ya no gozaba de inviolabilidad. Y por otro, limitó también el impacto para los miembros de su familia que disfrutaron finalmente de los fondos.
Fondos desde México y Suiza
En diciembre del año pasado, El Confidencial adelantó que Froilán y Victoria Federica, los nietos mayores de edad del rey emérito, habrían gastado parte del dinero enviado por el millonario mexicano en traslados, compras en grandes almacenes o clases de piano. Pero no fueron los únicos. Según la misma fuente, el dinero sirvió también para que la infanta Elena comprara a su hija una yegua de competición llamada Dibelunga, además de abonar de la misma forma su mantenimiento.
En febrero de 2021, tal y como desvela ahora El Mundo, la Fiscalía del Tribunal Supremo envió una comisión rogatoria a Suiza para pedir información sobre las cuentas ocultas en el país de Juan Carlos de Borbón, bajo la sospecha de que el monarca podría haber cometido cuatro presuntos delitos: blanqueo de capitales, contra la Hacienda pública, cohecho y tráfico de influencias. Ese mismo escrito confirma que fue el Servicio de Prevención del Blanqueo de Capitales (SEPBLAC) quien informó de las seis transferencias enviadas por el empresario mexicano a España, a cuentas del que fuera ayudante de campo de Juan Carlos I, un coronel del Ejército del Aire llamado Nicolás Murga.
Después y según el escrito de la Fiscalía, “parte de las cantidades recibidas fueron transferidas a cuentas de la titularidad de miembros de la Familia Real o de personas vinculadas a ellos”. De hecho, el escrito remarca que su sospecha no se centra únicamente en el dinero procedente de México, si no también en el que pudo salir de las cuentas de la Fundación Zagatca, que pagó hasta ocho millones de euros en vuelos del rey emérito.