Las pruebas que acorralan a Bartomeu: “Cuanto más pienso lo que hacen estas empresas, más claro tengo que no es agua clara”

El responsable del club en Asia se negó a pagar los contratos firmados por la presidencia y troceados a cinco empresas
Los correos electrónicos demuestran que las posibles irregularidades fueron denunciadas de forma interna en 2018
El Barcelona recibía puntualmente informes sobre las cuentas falsas que atacaban a sus rivales
“Si hubiera leído los contratos, no los hubiera firmado [...] Cuanto más pienso y leo lo que hacen estas empresas, más claro tengo que no es agua clara”. Así de tajante se mostraba el 20 de junio de 2018 Xavier Asensi, responsable de la oficina del Fútbol Club Barcelona en Hong Kong en un correo electrónico ahora en manos de los Mossos d’Esquadra. “Podría tener graves implicaciones legales”, alertaba el directivo de forma textual a Oscar Grau, CEO del club, mano derecha de Josep Maria Bartomeu y uno de los detenidos junto al expresidente el pasado lunes.
Poco antes, Aseni había sido el encargado de firmar un contrato de 230.000 euros con sendas empresas. Dos sociedades llamadas Coyote y Big Data. Dos firmas “en parajes remotos que no sé ni quiénes son, ni qué hacen, ni quién las ha contratado”. En realidad, las dos empresas eran filiales de un mismo grupo (I3 Venture) que la junta de Bartomeu había contratado para empezar una guerra sucia en las redes sociales contra sus principales detractores. Para burlar el control financiero del club, los directivos investigados crearon presuntamente una estrategia sencilla: dividir el millón de euros anual que costaban sus servicios en seis facturas distintas abonadas por otros tantos departamentos dentro del club. Gran parte del montante se facturó además desde la sociedad que el Barça tiene abierta en Hong Kong, tal y como adelantó este diario.
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De hecho, la estrategia para ocultar las facturas se encontró con la negativa frontal del responsable del club en Asia, que se negó incluso a pagar estos servicios. “Soy el responsable de la cuenta en el HSBC y no voy a pagar esas facturas”, escribía Asensi ese mismo día a otros directivos responsables del equipo. “Si el club insiste en poder esas facturas, exijo que mis poderes sean traspasados a otras personas”.
“No son útiles para nada. Y menos para que paguemos 229.800 euros”
Asensi aseguraba incluso en sus comunicaciones que esas empresas eran inútiles para la estrategia del club y que no merecían el pago de 229.800 euros,. reclamado por las dos empresas desde noviembre de 2017. Los investigadores trabajan con la tesis de que los responsables del Barça, con Bartomeu a la cabeza, trocearon los contratos para burlar la fiscalización del comité de contratación del club diseminando facturas a nombre de seis sociedades distintas, pertenecientes toda al grupo NiceStream. “Me viene dado totalmente”, escribía en otro correo el director de Marketing, que compartía las “discrepancias sobre los honorarios acordados” y reconocía de forma implícita que este grupo de empresas que facturaba un millón de euros al año había sido elegida a dedo.
Llegados a este punto surge una pregunta ¿Qué necesidad tenían Bartomeu y sus colaboradores de esconder las facturas? La tesis de los investigadores, confirmada de forma preliminar por los documentos que ya obran en poder de los Mossos, es que el expresidente del club y los directivos detenidos habían aceptado la creación de una serie de portales y cuentas en redes sociales para atacar a sus detractores. Algo que se denominó de forma eufemística “canales no oficiales” y que el club se esforzó en desmentir tras las primeras informaciones de su existencia, desvelados por la Cadena Ser en febrero de 2020.
Sin embargo, la documentación obrante en la causa deja clara la existencia de esta estrategia. Tanto que el club recibía de forma periódica informes sobre la evolución de esos “canales no oficiales”, en los que se atacaba con dureza por ejemplo al empresario Jaume Roures, al que se acusaba de colaborar con la banda terrorista ETA, se aireaban sanciones de Hacienda en la época de Joan Laporta o publicaba que Josep Guardiola era un “peligro al volante” que se había cargado “cuatro coches de alta gama.