Laya declaró ante el juez que la entrada de Gali se hizo con "discreción, no ocultación"

"Al ser una decisión política se siguen los cauces políticos", intentó zanjar la ministra de Exteriores que se negó a facilitar los nombres de las personas con las que se acordó la entrada en España del líder del Frente Polisario
Compara sus viajes como ministra con el de Gali: "Son viajes de Estado"
La exministra de Asuntos Exteriores, Arancha Gónzalez Laya, justificó su falta de concreción ante el juez que investiga la llegada del líder del Frente Polisario Brahim Gali a España, con un contundente "no son excusas pero tengo deber de reserva", en su comparecencia en la Audiencia de Zaragoza el pasado lunes.
La exjefa de la diplomacia española empezó, según puede comprobar en el video que acompaña esta información, con esta declaración. "Tengo un deber de reserva que viene marcada en la Ley de Secretos Oficiales del Estado (...) digo esto para proteger un bien superior, la seguridad y la defensa de los intereses de nuestro país".
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En base a eso se negó a explicar quién le llamó desde Argelia para pedirle que se permitiera la entrada de Brahim Gali por razones humanitarias y tampoco dijo con quién lo consensuó. Laya se presentó como responsable de una decisión "política" y tomada "con discreción", por el estado de salud de Gali y sobre todo, por la complicada relación entre Argelia y Marruecos, dos importantes vecinos para España.
El juez investiga si hubo prevaricación en la entrada de Gali, pero la exministra le respondió varias veces que fue una decisión política, pedida por un tercer país y por razones humanitarias: "Fue una entrada legal", contestó de forma tajante a preguntas de la abogada del Estado que dirige su defensa.
Gali entró en España el pasado 18 de abril a través del aeropuerto de Zaragoza desde donde fue trasladado a Logroño para ser ingresado y tratado de coronavirus. Lo que no despeja en su interrogatorio ante el juez quien le realiza la llamada desde Argelia para hacerle esta petición. También deja claro que no es la primera ocasión que recibe una llamada apelando a una cuestión humanitaria para solicitar un tratamiento. Relata al juez que otros miembros del Frente Polisario han venido a España apelando a la misma condición.
No es extraño que España reciba esas peticiones (Arancha González Laya)
La exministra de Asuntos Exteriores se negó a facilitar al juez el nombre de con quién hablo de la llegada de Gali a la base de Zaragoza. "Al ser una decisión política se siguen los cauces políticos", zanjó con contundencia a las preguntas del juez que intentaba conocer si trató el asunto con otros miembros del Gobierno.
Más se extendió sobre la "particular" forma de entrada de Gali en España, la falta de control y el uso del pasaporte diplomático. "¿Fue decisión suya?", le preguntó el juez. Ella explicó que fue una entrada excepcional porque lo pide un tercer país- Argelia- porque estaba muy enfermo y eso le otorga un derecho de privacidad específico, por la identidad del propio Gali y "porque tenemos dos vecinos con una relación con aristas políticas", aseguró textualmente. Todas esas razones lllevaron a que se tratara con "discreción" su entrada en España. "Discreción no es arbitrariedad y no es ocultación", remarcó a las partes en el procedimiento.
Desconocimiento de las causas en la Audiencia Nacional
En cuanto a las dos causas que tenía abiertas en la Audiencia Nacional en el momento de su entrada en España, Laya asegura que no las conocía,y que al pedirlo Argelia, no se planteó que pudiera a haber ningún problema. "¿Qué sentido tendría meterse en la boca del lobo?", se preguntó.
"Yo lo desconocía", ha dicho varias veces en relación a las causas pendientes del líder polisario, que explicó que Gali entró con pasaporte diplomático argelino y acompañado por su hijo, que tiene residencia española.
Además, ha comparado sus viajes con el de Gali, al ser viajes "de Estado": "Si yo voy como ministra, nadie me pide el pasaporte y se acepta que yo soy", respondió al juez, explicando que ya se sabía quién iba a llegar. "Se hace por buena fe, no por ocultar", dijo varias veces ante el juez.
La presencia de Gali en España trascendió poco después y supuso una gran crisis con Marruecos. Durante su estancia en el hospital San Pedro de Logroño. Según ella "en ningún caso se trató de ocultar a ninguno de los 27 estados miembros", porque la discreción estaba más dirigida a Marruecos, el vecino más delicado que tiene España.
En cuanto a la identidad falsa con la que Gali estuvo ingresado, Laya se desvinculó de esa decisión que dijo haber conocido por la prensa: "En ningún caso fue decisión mía", aseguró la exministra que se negó a contestar a las acusaciones ejercidas por los abogados Antonio Urdiales y Juan Carlos Navarro.