Chiquiparks y 'escape room' se reivindican como espacios seguros frente al "miedo" al Covid-19

Un 75-80 % de los parques infantiles cerrará si las administraciones no movilizan ayudas o los padres no aparcan sus reticencias
Pasteles de mentira, separación entre familias y la ausencia de la mascota del 'chiquipark' son algunas de las medidas de seguridad
Los 'escape room' también se han tenido que reinventar, pero su situación es más favorable: "No hemos parado de recibir llamadas"
"Antes celebrábamos unas 70 fiestas de aniversarios al mes, ahora hacemos cuatro: es desastroso". El 'chiquipark' del que es gerente Marta Martí afronta una situación muy delicada, aplicable a todos los parques infantiles que, en tiempos de Covid-19, están abocados a su desaparición: ninguno consigue superar el 10 % de aforo del 50 % que tienen permitido.
La Asociación Catalana de Parques Infantiles calcula que entre el 75 y el 80 % de este tipo de atracciones cerrarán, algo que su vicepresidente, Jordi Gatell, teme si las administraciones no otorgan ayudas a sus propietarios. El precio de los alquileres, que en ciudades como Barcelona superan los 3.500 euros mensuales, se suman a las reticencias de los padres y provocan que "abrir en estas condiciones signifique abrir en pérdidas seguras".
Y Jordi pone el parque vacío de Marta como ejemplo: "Este local ha conseguido 2.000 euros, 1.500 menos de lo que necesitan solo para pagar el alquiler".
Las medidas 'anticovid' de los parques infantiles no consiguen combatir el "miedo"
Como todo negocio, los 'chiquiparks' también se han visto obligados a reinventarse para intentar sobrevivir a la pandemia. El pastel del Aventura Park de Marta ya no es comestible: es falso para que el cumpleañero pueda soplar las velas sin comprometer la seguridad del resto de niños; luego, la monitora reparte un trocito de pastel auténtico a cada uno de ellos.
A la entrada, la toma de la temperatura corporal a padres y niños es obligatoria y estos no coinciden con ninguna fiesta más: el local solo acepta una por turno. Además, hay gel hidroalcohólico habilitado en diferentes puntos del local y ya ningún monitor se enfunda el traje del tigre Greti, la mascota del parque, para recibir a los pequeños.

Aún así, "los padres tienen miedo porque desconocen todas estas medidas de seguridad, piensan que los 'chiquiparks' siguen igual que antes, llenos de niños". En este sentido, la Asociación Catalana de Parques Infantiles espera que la vuelta a las escuelas y a las actividades extraescolares demuestren que estos espacios también son seguros.
"Cuando las escuelas funcionen al 100 % y vean que los niños juegan en el patio y pueden relacionarse, verán que se puede venir a disfrutar también en los 'chiquiparks'". Eso sí, Marta concluye: "Siempre con prudencia".
La situación de los 'escape room', más favorable
Una situación parecida pero más benévola atraviesan los conocidos 'escape room', las salas en las que el objetivo de sus visitantes es salir de ella superando una serie de retos intelectuales y algunos físicos en un tiempo máximo.
Durante el confinamiento obligatorio decretado por el Gobierno para frenar la expansión del coronavirus, desarrollaron nuevos modelos de negocio, como imprimibles, 'escape rooms' virtuales o cajas con todo lo necesario para montar uno en casa. Ahora, resulta irónico "encerrar a la gente en una sala después de una cuarentena" asegura Marc Bonet, del 'escape room' barcelonés Lock Clock: "Pero hay gente que viene".

Estos negocios ahora obligan a llevar mascarilla y dejan más tiempo entre grupo y grupo para desinfectar espacios. Marc explica que en su local, lo hacen incluso con luz ultravioleta tipo C. De hecho, igual que en los parques infantiles, los participantes de los 'escape room' deben interactuar con su entorno (y tocar una gran cantidad de objetos) para superar algunas pruebas.

Sin embargo, hay una diferencia notable respecto a los 'chiquiparks': la nueva normalidad para estos locales de público más adulto no se les está haciendo tan cuesta arriba. "No hemos parado de recibir llamadas preguntando si estamos abiertos y consultando las medidas de seguridad; vemos a la gente dispuesta a venir y a divertirse, siempre respetando las normas", apunta Marc.