Micro Whoop Season Series: cuando volar un dron en Madrid es posible


La normativa permite volar drones en la capital siempre que sea bajo techo y con las debidas medidas de seguridad.
En este caso son micro drones de competición, que rondan los 50 gramos y son capaces de meterse por cualquier rincón
La idea es sencilla: 24 pilotos, drones que caben en la palma de una mano y un local lleno de obstáculos, luces de neón, espejos y aros que marcan el trazado y un software capaz de enseñar en tiempo real la imagen que tiene cada uno de los competidores, su posición en el circuito y de enviarlo directo a internet para el disfrute remoto de cualquier aficionado. Esta es básicamente la esencia de Micro Whoop Season Series, la primera competición de micro drones afincada en Madrid y organizada desde hace dos ediciones por el colectivo RotoMAD.
Según la normativa vigente, esta es prácticamente la única forma de volar un dron de una forma legal dentro de la ciudad de Madrid y otras grandes urbes españolas: bajo techo y con un aparato que pese menos de 250 gramos en vacío. Esta es la clave de esta nueva práctica, más si tenemos en cuenta que hace menos de dos semanas el aeropuerto de Barajas permaneció varias horas cerrado al tráfico aéreo tras el aviso de varios pilotos que decían haber avistado un dron cerca de una de las pistas. La investigación de la Guardia Civil no pudo confirmar después la existencia de la aeronave en la zona de exclusión, pero en el momento saltaron todas las alarmas.
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En este caso, el sistema se basa en el llamado FPV, vuelo en primera persona por sus siglas en inglés. El pequeño dron lleva una cámara, que emite la señal de vídeo a unas gafas portadas por el piloto. Así, es posible controlarlo como si la persona estuviera dentro del vehículo. Eso consigue que la sensación de velocidad y capacidad de movimiento se acreciente pese a tratarse de drones que la normativa clasifica prácticamente como juguetes. Competición y vértigo en 50 metros cuadrados. Cada batería, del tamaño de una cucharilla de café, permite un vuelo aproximado que ronda entre los dos minutos.
La experiencia es tal que en varias partes del mundo proliferan ya bares y locales especializados en este tipo de drones, donde los usuarios pueden tomar una copa mientras compiten con estos autos locos voladores. En este caso, sí. Beben y conducen, con plena seguridad. Pero el uso de estos drones va más allá y la policía de EEUU experimenta con su uso por ejemplo para localizar a objetivos en las operaciones de sus cuerpos de asalto en intervenciones como viviendas tomadas por hombres armados.

Por el momento, las Micro Whoop Season Series se organizan únicamente en Madrid y durante cada una de las estaciones del año. Los organizadores pertenecen al colectivo Los Hacedores y están especializados, además de en servicios y formación en impresión 3d, en la organización de talleres, cursos y eventos relacionados con este tipo de pequeñas aeronaves. “Está claro que nos gustaría vivir de esto”, dicen desde RotorMAD, “pero ahora lo hacemos por pura diversión, porque nos encanta y ante todo, queremos pasárnoslo bien y contagiar a los demás”. Es hora de calentar motores.