5 cosas que puedes hacer para no desesperar a tu jefe durante el confinamiento

Trabajar de forma telemática como consecuencia del confinamiento es un reto también para los jefes
Aprender lo que los jefes esperan de sus empleados puede servir de guía para ayudar a muchos trabajadores que se sienten “abandonados”
Cómo un pequeño cambio en la interacción jefe-empleado puede tener un gran impacto en una empresa
Hace unas semanas publicamos en esta sección un artículo sobre el papel que los jefes y responsables de equipos humanos podían desempeñar durante esta crisis del coronavirus como líderes, como esos referentes que necesitan los miles de trabajadores a quienes el confinamiento ha obligado a aprender de la noche a la mañana a trabajar en modalidad telemática.
Lo cierto es que la manera de trabajar ha cambiado la manera de relacionarnos y no todo el mundo tiene la misma capacidad de adaptación, ni las circunstancias son iguales para todos.
Los estados emocionales de los trabajadores afectan a su rendimiento profesional y eso repercute en la productividad de las empresas. Si esto pasa siempre, es fácil imaginar que ocurrirá con mayor motivo en una situación como la que estamos viviendo, en la que muchas personas tienen que aprender una nueva forma de trabajar en unas condiciones emocionalmente complicadas: hay miles de personas transitando duelos muy dolorosos, hay mucha preocupación por la situación en términos de salud y de estabilidad laboral y hay mucho estrés en aquellos trabajadores que tienen hijos en edad escolar.
Me sugirieron que escribiera un artículo desde la perspectiva del trabajador
El sentido de aquel artículo era sencillamente el de despertar algunas conciencias dormidas…era el de lanzar a muchos jefes un "¡hey, que igual no te habías parado a pensar que puedes tener un gran impacto en las personas de las que eres responsable!
El artículo fue muy comentado en algunos foros y chats donde abundan los jefes: algunos de ellos reconocieron que no se habían dado cuenta de que este podía ser un buen momento para desempañar “el papel de su vida” y darlo todo como jefes y expresaron su intención de cambiar algunas cosas, lo cual me alegra.
Otros jefes comentaron que ellos se enorgullecían de estar haciendo las cosas de la manera adecuada, lo cual también me alegra. Y otros tantos me sugirieron que escribiera un artículo desde la perspectiva del trabajador.
Cuando cambia un elemento del sistema...
Me pareció una muy buena idea. Desde el punto de vista sistémico tiene mucho sentido hacernos esta pregunta. De hecho, la psicología sistémica pone énfasis en el hecho de que las propiedades del todo (en este caso el todo sería la empresa), son el resultado de la interacción de los diferentes elementos del sistema. Así, para este enfoque, lo importante es lo que surge de la interacción de las personas.
En esa interacción no hablamos necesariamente de que haya un sujeto activo (jefe) y uno pasivo (empleado). De modo que, cualquier cambio por pequeño que sea en el comportamiento o actitud del empleado también afecta a la interacción y por tanto a lo que emerge de ella.
La psicología sistémica, que tiene su origen en la Teoría General de Sistemas de Bertalanffy, nos remite todo el tiempo a la idea de poder personal…no poder como una posesión, sino como una relación: todos, absolutamente todos, tenemos la capacidad de intervenir en el sistema, de influir en él, porque cualquier cambio en uno de los elementos del sistema cambia el todo. Si esta teoría vale para los jefes, ¿por qué no va a ser válida para los empleados?
Entonces, desde esta perspectiva sistémica, habría que hacerse algunas preguntas interesante: ¿Cómo puedo actuar durante esta crisis del coronavirus de manera que ponga las cosas fáciles a mi jefe y contribuir así a que todos trabajemos en un clima emocionalmente saludable?
¿Qué espera mi jefe de mí? ¿encaja eso conmigo?
Para poder responder necesitamos antes saber algunas cosas esenciales como ¿qué espera mi jefe de mí? ¿encaja eso conmigo? Es decir…si me comporto tal y como mi jefe espera ¿estaré actuando conforme a mis propios principios y valores? ¿qué repercusiones puede tener eso para mí y para la empresa?
Lamentablemente no existen una tabla de salvación con un decálogo de “las cosas que todo jefe espera de sus empleados” grabadas a fuego. Es cierto que lo ideal sería que cada jefe tuviera esto claro y fuera capaz de comunicarlo a sus empleados…pero como bien sabemos muchos de nosotros, esto no siempre ocurre. Testimonios como el de esta empleada de una empresa del sector energético, así lo demuestran:
“Me siento totalmente perdida y abandonada desde que empezó el confinamiento y comenzamos a trabajar en remoto…mi jefe solo se ha puesto en contacto conmigo para exigirme mas y mas cosas sin pies ni cabeza y para meterme prisa…así que yo paso… ¡con el percal que tengo en casa! He decidido que no me voy a estresar ni un pelo. Mientras no cumpla su papel de jefe y organice el trabajo como debe, yo haré lo que considere y lo que me apetezca”.
Primera cosa que podemos hacer: preguntar
Que nuestro jefe no cumpla su papel de informarnos sobre lo que espera de nosotros, no significa que nosotros no podamos buscar esa información. ¿Qué nos impide preguntar? Podemos llevarnos alguna sorpresa: a lo mejor resulta que nos lo explica perfectamente.
O a lo mejor resulta que descubrimos que ni siquiera él sabe lo que quiere y nos confunde aún más o a lo mejor lo que ocurre es que lo tiene claro pero no sabe explicarse.
Puede ocurrir y de hecho ocurre. Supongamos que hemos intentado enterarnos de una manera directa de las cosas que nuestro jefe espera de nosotros y no lo conseguimos. ¿Qué hacemos entonces?
Podemos tirar la toalla: “pues yo seguiré haciendo lo que yo considere hasta que me diga lo contrario” o podemos regodearnos en la frustración y la queja: “no se cómo alguien ha podido poner a este tipo de jefe, si es un incompetente, esto es indignante…”
Cualquiera de esas actitudes nos coloca en una posición de víctimas, nos bloquea y nos impide ver aquello que sí podemos hacer, nos impide reconocer nuestro poder personal y nuestra capacidad de influir en el sistema.
Las 5 habilidades que los jefes buscan en sus empleados
Mi recomendación es ,en estos casos, recurrir a fuentes fiables, dedicar un rato a investigar y aprender aquello que dicen los expertos sobre lo que en líneas generales los jefes esperan de sus empleados, incluso aunque no sean capaces de verbalizarlo.
Hay miles de estudios que desde perspectivas más psicológicas o más empresariales han analizado precisamente esto: las habilidades básicas que cualquier jefe espera de sus empleados. La mayoría de ellos coincide en estas cinco:
- La proactividad y la iniciativa es una de las habilidades más valoradas por un jefe. Esta habilidad la tienen aquellas personas que no esperan a que sus jefes les digan lo que tienen que hacer sino que tienen capacidad para proponer sus propias alternativas. En vez de" ¿qué quieres que haga con esto?" prefieren un “se me ha ocurrido esto…a ver qué te parece”
- La productividad es otra de las habilidades más valoradas por un jefe. Necesitan tener la confianza en que sus empleados van a cumplir con sus tareas si tener que ir detrás de ellos como un capataz.
- El compromiso: Un jefe valora mucho que sus empleados estén realmente comprometidos con el propósito de la empresa o la organización, que demuestren que el interés es auténtico.
- Interés por aprender: Esto se valora tanto en personas que llevan poco tiempo en la empresa como en aquellas más expertas. A los jefes les gusta ver que sus empleados tienen inquietudes por aprender cosas diferentes siempre que están encaminadas a mejorar su desempeño.
- Foco en las soluciones, no en los problemas. Los jefes por lo general prefieren aquellos empleados que cuando plantean un problema presenten también alternativas para solucionarlo.
Quizás si le damos una pensada a esta lista de cinco cosas descubramos algo. ¿En qué medida nosotros, como empleados estamos siendo proactivos, productivos, mostrando nuestro compromiso con la empresa, nuestro interés por aprender y centrados en las soluciones más que en los problemas durante este tiempo de trabajo en remoto?
Si realmente eso es lo que nuestro jefe espera de nosotros aunque él no lo sepa o aunque no sea capaz de verbalizarlo. ¿Cómo podemos hacer para ser más proactivos, productivos, comprometidos, dispuestos a aprender y estar más enfocados en las soluciones?, ¿con qué acciones concretas puedo conseguir esto?
Quizás estas estas preguntas nos ayuden a ver la situación desde otra perspectiva…en la interacción con nuestro jefe hay una parte que depende de nosotros. Podemos usar esas cinco habilidades como un mapa para saber por dónde podemos empezar a cambiar nuestra interacción con él. Tal vez este periodo de confinamiento y de trabajo telemático más que un “engorro” pueda ser entonces un “regalo”, una oportunidad para comprobar que, efectivamente, tenemos una enorme capacidad de influir en el sistema. Otro tema será si realmente queremos hacerlo...