Cinco regalos muy importantes para la autoestima de tu hijo (y la tuya)

Los niños necesitan mucho más que amor para crecer con una autoestima alta, según el psicoterapeuta David Richo
Afecto, atención, aceptación, aprecio y autorización son las llamadas cinco aes de la autoestima
Si nuestros padres no cubren esas necesidades cuando somos niños, lo arrastraremos hasta la vida adulta
Toño es un niño muy querido. Sus padres están siempre pendientes de él. Por eso, no entienden el diagnóstico que les ha dado la psicóloga infantil a la que lo han llevado recientemente. Ha sido por recomendación del colegio, que ha visto un bajón en su rendimiento académico. Entre otras cosas, la psicóloga les ha explicado que el niño, de 11 años, tiene una muy baja autoestima.
-Pero si estamos todo el día diciéndole lo maravilloso que es y le damos muchísimo cariño ¿qué más necesita Toño? ¿Qué podemos hacer para ayudarle? se preguntaban, inquietos, estos padres.
Hace falta algo más que amor: las cinco aes de la autoestima
No es ningún secreto que los niños necesitan mucho amor para crecer felices. El cariño, el afecto, es fundamental, pero según la psicología del desarrollo, no es suficiente. Hacen falta algunas otras cosas para educar niños psico-emocionalmente fuertes.
El psicoterapeuta, filósofo y profesor estadounidense David Richo, elaboró una lista de las cinco cosas que necesita todo niño para crecer con una autoestima alta.
Lo que Richo hizo, fue poner estructura a eso que todos llamamos amor pero que no sabemos muy bien en qué comportamientos se materializa concretamente
Son las llamadas cinco 'aes', sobre las que se fundamenta de verdad ese amor que todo niño necesita. Son necesidades básicas que el niño anhela tener cubiertas durante su infancia, para crecer con una autoestima sana.
En realidad, lo que Richo hizo, fue poner estructura a eso que todos llamamos amor pero que no sabemos muy bien en qué comportamientos se materializa concretamente. Las cinco 'aes' de David Richo, sirven, desde hace años, como guía para orientar a millones de padres en todo el mundo en la educación y crianza de sus hijos.
Afecto
Según Richo, el afecto son las manifestaciones de cariño, las expresiones físicas, besos, caricias, abrazos y palabras cariñosas. Los niños necesitan el contacto físico son sus progenitores. Muchos padres creen que a partir de determinada edad es suficiente decirles de vez en cuando "te quiero".
Es cierto que hay algunos niños y adolescentes reacios a ese contacto físico. Pero eso no significa que no lo necesiten. Si el compromiso de un padre para mostrar cariño a sus hijos es grande, su creatividad será también grande.
Atención
Los niños necesitan tener la certeza de que alguien les presta atención, de que sus padres están atentos a sus necesidades. Estas necesidades van cambiando y adquiriendo complejidad a lo largo de su vida. La atención tiene mucho que ver con estar presente en la vida de los hijos: no sólo físicamente.
Dar atención a los hijos no significa educarles sin normas ni límites y darles todos los caprichos y consentirles
Hay muchos progenitores que viajan toda la semana o que viven separados porque están divorciados y apenas ven a sus hijos, sin embargo, son capaces de darles la atención que necesitan. De nuevo, el grado de compromiso de estos padres será una fuente de creatividad.
Dar atención a los hijos no significa educarles sin normas ni límites y darles todos los caprichos y consentirles. De hecho, ese estilo educativo permisivo o negligente suele ser más bien fruto de una falta de atención y de compromiso por parte de los padres, que buscan compensar esas carencias dando a los hijos todo lo que piden.
Aceptación
Esta es una de las 'aes' más complicadas, porque es inevitable tener expectativas sobre los hijos y creencias sobre lo que es mejor para ellos. Muchas veces eso lleva a los progenitores a tratar de moldear a los hijos a su gusto. Otras veces tratan de proyectarse a sí mismos en sus hijos, sin respetar lo que ellos son en realidad.
Menos charlas y sermones de los padres y más dejar a los niños hablar
Es interesante saber que los niños buscan siempre esta aceptación por parte de sus padres. Para sobrevivir necesitan ser aceptados por el grupo (la familia en este caso) y esa necesidad les puede llevar a hacer cosas que en realidad nos les gustan, con tal de tener la aceptación de los padres. El miedo inconsciente al rechazo crece con ellos.
Richo insiste en que para poder aceptar a los hijos tal y como son, lo primero que hay que hacer es un esfuerzo por comprender cómo son y tratar de ver el mundo a través de sus ojos. Menos charlas y sermones de los padres y más dejar a los niños hablar. Y por supuesto, escucharles.
Aprecio
El aprecio es como ir un paso más allá de la anterior. Porque los niños nos sólo necesitan sentirse queridos, atendidos y aceptados tal y como son. También necesitan saber que a sus padres les gusta como son, con sus cosas buenas y con las malas y que no les cambiarían por nada del mundo. Para poder darles aprecio, es necesario sentirlo. O sea, no vale eso de “me encanta como eres” con una sonrisita falsa. Por eso al aprecio se sostiene sobre la aceptación.
Un niño necesita tener un autoconcepto realista y aceptarse y quererse tal y como es
Un niño no necesita que sus padres le creen una imagen idealizada de sí mismo diciéndole muchas veces que es maravilloso (como hacían los padres de Toño). Un niño, necesita tener un autoconcepto realista y aceptarse y quererse tal y como es. Si sus padres no lo hacen primero, difícilmente lo hará él.
Autorización
En absoluto se refiere a no ponerles límites y darles permiso para todo. La autorización se refiere a darles permiso para ser ellos mismos, a dejarles equivocarse y sobre todo a darles permiso para tomar las decisiones adecuadas para su edad.
La toma de decisiones se entrena desde la infancia
Esto sería lo contrario al control. Los niños con un exceso de control por parte de sus padres, tienen muchas probabilidades de ser más inseguros, más dependientes de las opiniones de los demás. Se convierten en adultos con falta de confianza en sus propias decisiones y con la necesidad de tener siempre el beneplácito de los demás.
La toma de decisiones se entrena desde la infancia. Esto no significa que un buen padre debe dejar a su hijo decidir a qué colegio va a ir o cual será el destino de las próximas vacaciones. Significa que a su nivel, y sobre aspectos poco trascendentales (elegir un juguete u otro, ver una película u otra etc..) es conveniente que los niños se acostumbren a tomar sus propias decisiones y aprendan de sus errores.
Las consecuencias en la vida adulta
David Richo asegura que la autoestima de una persona, también la de los adultos, se construye sobre estas cinco 'aes'.
Si un niño tiene cubiertas estas cinco 'aes' durante su infancia, aprenderá a dárselas a sí mismo de adulto y por tanto tendrá una autoestima sana, basada en un autoconcepto realista.
Pero si no las tiene cubiertas desde la infancia, dice Richo, ese niño pasará el resto de su vida tratando de satisfacerlas en otras relaciones. Ya como adulto buscará esas cinco 'aes' a través de su pareja, amigos, compañeros de trabajo, psicoterapeutas… e incluso de sus propios hijos.