Pasar tiempo 'offline' con nuestros hijos: una de las claves para prevenir la adicción a las pantallas


El confinamiento ha multplicado nuestro tiempo de exposición a las pantallas y con ello han aumentado las posibilidades de desarrollar una adicción a las tecnologías
Los expertos recomiendan regular el uso de las tecnologías y estar muy atentos a las posibles señales de una adicción a las pantallas en nuestros hijos
Una experta en adicciones tecnológicas nos explica por qué se produce esta adición y qué perfiles son los más vulnerables
Jueves 30 de abril de 2020. Estamos en la séptima semana de la era del confinamiento por el Covid-19. Son las 9 de la mañana y en mi casa ya hay 6 pantallas encendidas: 2 móviles, 3 ordenadores y una tablet. Somos 4, así que tocamos a una pantalla y media por persona.
La tecnología ya formaba parte de nuestras vidas antes de que empezara la crisis del coronavirus. Pero el confinamiento nos ha obligado a cambiar radicalmente nuestra manera de relacionarnos con ella. Desde hace un mes y medio lo hacemos todo (o casi todo) telemáticamente: mis hijas pasan horas en sus colegios virtuales, yo trabajo en remoto desde casa. Gran parte de nuestro tiempo de ocio lo pasamos también conectados a alguna pantalla porque internet está llena de recursos de entretenimiento que nos ayudan a pasar mejor la cuarentena. Nuestras relaciones sociales con amigos y resto de familia, como en todas las casas, se mantienen solo de manera virtual.Haciendo ‘la cuenta de la vieja’ he calculado que hemos multiplicado por 3 nuestro tiempo de exposición a las pantallas.
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“Menos mal que nos ha pillado lo del coronavius en la era tecnológica, si no, vete tú a saber qué habríamos hecho con los colegios, el entretenimiento de los niños, la posibilidad de mantener el contacto con amigos y familia…somos unos afortunados”
Este comentario resume el sentir generalizado de las personas con las que he hablado sobre el asunto de la sobre exposición de nuestros hijos a las pantallas. Porque efectivamente no podemos olvidarnos de que la tecnología es una herramienta, un recurso que nos facilita la vida.
Niñeras digitales
Las pantallas se han convertido también en una suerte de niñeras digitales que prestan un gran servicio a esos padres que necesitan que sus hijos estén entretenidos mientras ellos trabajan desde casa. A muchos padres no nos ha quedado más remedio que hacer ‘la vista gorda’
Sin embargo, el ‘todo vale’ porque estamos confinados no debería ser una excusa para dejar de reflexionar sobre cómo queremos regular el tiempo de exposición de nuestros hijos a las pantallas y sobre si la tarifa plana es lo más adecuado para nuestros hijos en estos momentos.
De hecho, los psicólogos expertos en adicciones tecnológicas, como Blanca Mellor de Blue Healthcare, aseguran que ahora más que nunca los padres debemos estar muy alertas tanto al tiempo que nuestros hijos pasan 'empantallados' como al tipo de contenidos que consumen…el confinamiento podría ser es un momento propicio para empezar desarrollar una adicción a las tecnologías.
No podemos decir que hay que cortar por lo sano para prevenir una adicción porque ahora no sería posible (Blanca Mellor)
“Los datos ya indican que hay aumento exponencial de exposición a pantallas y se prevé que esto aumente porque la cuarentena no ha acabado. Preocupante es, explica Mellor. Por un lado las rutinas se han hecho online ahora, pero es que esta situación es completamente anómala y no podemos juzgara con los mismos patrones que venimos juzgándola habitualmente. Yo diría que hay que mantener la calma... no podemos decir que hay que cortar por lo sano para prevenir una adicción porque ahora no sería posible y porque también hay que tener en cuenta que hay muchos lugares en los que hacer estas pautas que habitualmente recomendamos para prevenir una adicción no es tan factible porque los padres están trabajando o tele-trabajando”.
Por qué nos podemos hacer adictos a las tecnologías
Lo primero que deberíamos hacer los padres, explica a psicóloga es informarnos y aprender sobre los riesgos que corremos con esta sobre exposición a las tecnologías, sobre qué tipo de contenidos son los más adecuados para cada niño y sobre qué hace que una persona desarrolle una adicción a las tecnologías.
“Sabemos que muchas de las aplicaciones que aparecen en internet responden a lo que llamamos condicionamiento de intervalo variable que es el que se emplea por ejemplo en un diseño de una máquina tragaperras. Lo que hace este mecanismo es generar un refuerzo intermitente y esa incertidumbre provoca que nos enganchemos. Lo que media aquí es el circuito de dopamina y cuanto más alta es la frecuencia y más intentamos comprender qué patrón hay debajo de ese mecanismo, más nos quedamos atrapados en el bucle. Habitualmente tendemos a estigmatizar a las personas con el tema de la falta de la voluntad, pero no tiene nada que ver con eso, tiene más que ver con un diseño que está hecho así en aplicaciones que ofrecen una satisfacción inmediata y también incierta que hace que arrasemos con todo lo demás".
Esto ocurre cuando publicamos una foto y esperamos una avalancha de likes y convertirnos en la reina de la fiesta (Blanca Mellor)
De manera que para nuestros cerebros y los de nuestros niños no es lo mismo pasar una hora ante una pantalla viendo una película o haciendo una videollamada con sus primos que, por ejemplo, pasarlas saltando de una red social a otra buscando permanentemente ese refuerzo, esa explosión de dopamina que tanto seduce a nuestro cerebro.
“La estimulación es totalmente distinta. No es lo mismo si ahora entramos en nuestra cuenta de una red social y vemos que tenemos una notificación... ahí hay una explosión de dopamina porque no sabemos lo que va a pasar. Esto ocurre cuando publicamos una foto y esperamos una avalancha de likes y convertirnos en la reina de la fiesta durante un rato o durante una semana..no es lo mismo esto que hacer una actividad que no tiene tanto que ver con esa estimulación intermitente”
Si tenemos que elegir entre una actividad u otra y en términos de no propiciar (tanto) que los pequeños cerebros de nuestros hijos se 'enganchen' a las pantallas siempre será mejor ver películas y series que jugar a videojuegos o vagabundear por las redes sociales.
Quiénes son más vulnerables
También es necesario poner atención a si nuestros hijos son más o menos vulnerables, porque no todos tienen el mismo riesgo. Según Mellor los perfiles (y esto vale para cualquier edad) que más probabilidad tiene de desarrollar una adicción a las tecnologías son los siguientes:
- Adolescentes.
- Los nuevos usuarios.
- Las personas más impulsivas, con dificultades para lidiar con la frustración y con pocas habilidades sociales.
- Personas que ya tenían de base algún problema de salud mental.
- Personas que sufren estrés: un dato a tener en cuenta especialmente en la cuarentena ya que también se han multiplicado los casos.
Qué peligros conlleva el uso de tecnologías
Dado que no todos los niños tienen el mismo perfil, explica la psicóloga Blanca Mellor, los padres deberíamos adaptar nuestra estrategia de regulación del uso de pantallas a cada uno de ellos. Los riesgos o peligros del uso excesivo de las tecnologías son muy diversos y pueden tener impacto en áreas importantes de nuestra vida y no afectan por igual a todos.
Por ejemplo, en un niño que tiene problemas para concentrarse en el colegio “el abuso de tecnología va a interferir con dominios muy importantes como la atención, vamos a tener problemas de concentración…somos mucho menos capaces de leer un libro ahora que existe esta tecnología”.
A otro niño con problemas de socialización le puede afectar de otra manera “sobre todo las herramientas que tienen que ver con el uso de identidades como los juegos de rol en internet y otro tipo de situaciones que no se dan en la vida real; porque en la vida real no puedes desaparecer si algo no te gusta, pero en un juego puedes tomar una identidad que no es la tuya y sí puedes desaparecer”.
Hay personas que al entrar en ese círculo suplantan su vida actual (Blanca Mellor)
Por eso, mas que guiarnos por un criterio de edad, esta psicóloga recomienda que nos guiemos por el del perfil de cada niño: “puede haber un chico muy autónomo, con habilidades sociales y un buen rendimiento que usa redes sociales de una manera puntual: comparte algunos vídeos, se ríe, se conecta, liga…pero nada más. Sin embargo hay personas que al entrar en ese círculo suplantan su vida actual: tienen peor manejo en el cara a cara, tiene alguna dificultad o lo está pasando mal en el cole…entonces recurren a estas redes para sustituir una parte de la vida que es fundamental”.
A todo esto hay que sumar otros peligros añadidos como el acoso, el abuso a través de las redes con fenómenos como el grooming el sexting o el ciberbullying. Todas ellas son cuestiones que requieren que los padres estemos muy atentos a cómo se relacionan nuestros hijos con las tecnologías.
Cuáles son las principales señales de alarma
Estar muy bien informados y atentos nos va a permitir detectar con mayor rapidez las primeras señales de una adicción de nuestros hijos a la tecnología que, como en otras adicciones, quien la padece empieza desatendiendo las necesidades básicas.
“Necesidades como el sueño, explica Mellor, si les vemos más cansados, que presentan síndrome de abstinencia o de tolerancia como en otras drogas, que es cuando cada vez necesitas más exposición para sentir la misma satisfacción. También podemos notar el deterioro de sus relaciones sociales o que desatienden sus obligaciones como dejar de hacer deberes etc…"
También debemos estar muy atentos a otras señales que se han estudiado: esos síndromes como el de la vibración fantasma ,el miedo a quedarse sin móvil (nomofobia), el hecho de no reconocer el problema…todos ello son señales de que se está haciendo un uso inadecuado de las tecnologías.
Pasar tiempo 'offline' con nuestros hijos
Uno de los aspectos en los que los padres deberíamos focalizar nuestros esfuerzos para fomentar un uso más saludable de las tecnologías es en facilitarles otro tipo de actividades durante la cuarentena: ofrecerles alternativas que también activen esa curva de dopamina aunque de manera menos rápida, como por ejemplo jugar a juegos de mesa en familia, hacer un puzzle entre todos o animarles a aprender algo completamente nuevo que les supongo un reto.
“Son actividades a las que también se pueden hacer adictos porque reportan una gran satisfacción que además deja una huella mucho más larga. Es algo que nos abre un camino de por vida a la creatividad y a aprender a distraernos de manera sana como por ejemplo a aprender a tocar un instrumento. Todo esto nos va a acompañar de por vida y va a dejar una huella impactante”.
En definitiva se trata de pasar tiempo offline o facilitarles actividades no virtuales para compensar el uso excesivo de tecnologías que están teniendo durante la cuarentena.
Enseñarles a hacer un uso razonable de las tecnologías
Otra vía de intervención de los padres sería la de fomentar en ellos el espíritu crítico. Para esto es recomendable empezar por nosotros, dedicando tiempo a informarnos y formarnos, tener una actitud humilde y crítica ante las tecnologías y transmitir a nuestros hijos que estamos aquí para aprender todos juntos: ellos y nosotros.
"Porque la tecnología avanza más rápido que el sentido moral, crítico y ético sobre qué queremos hacer con ella. Se produce una descompensación y muchas veces tomamos decisiones por inercia", explica Mellor.
En ese sentido, concluye la experta en adicciones tecnológicas, este que estamos viviendo es un momento muy oportuno para reflexionar (ellos y nosotros) sobre cómo la tecnología ha invadido nuestras vidas con la crisis del coronavirus, pero cómo a la vez nos está dejando ver que echamos de menos cosas; desde salir a dar un paseo por el monte hasta dar un abrazo a un amigo. Reflexionar sobre esto nos permite darnos cuenta de que la tecnología no es la panacea, de que es un recurso que nos facilita la vida pero que no es suficiente, que no nos llena y que no puede suplir el contacto humano.