Tu cerebro necesita 66 días para adquirir un nuevo hábito

Cómo nuestro cerebro adquiere hábitos nuevos
Un truco es traducirlo en una acción y repetirla durante 66 días
Los mejores consejos para instalar un nuevo hábito en nuestra vida
Dietas de adelgazamiento después de los excesos del verano, apuntarnos a ese curso de inglés que tanto queremos hacer o practicar algo más de deporte. Quien más o quien menos se ha planteado alguno de estos retos cada mes de septiembre de cara al próximo curso.
Generalmente estas listas de buenos propósitos tienen que ver con adquirir hábitos que sabemos de sobra que son muy saludables. Por eso precisamente los queremos en nuestras vidas.
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La realidad es que nos cuesta mucho ponernos manos a la obra
Casi todos tenemos muy claro lo bueno que es hacer una dieta sana y llevar una vida activa con cierta actividad física a diario. La teoría nos la sabemos, pero, ¿cómo traducimos en hechos esa información que nos resulta tan obvia? Porque la realidad es que nos cuesta mucho ponernos manos a la obra.
Hemos ido a buscar la ayuda de un experto y hemos dado con Pere Tufet, creador del método Renueva tus hábitos.
Casi todo lo que hacemos en nuestro día a a día son hábitos que hemos adquirido en el pasado de forma automática"
Él nos explica que para conseguir instalar en nuestra vida un nuevo hábito, primero debemos conocer cómo funciona nuestro cerebro en ese terreno.
"Casi todo lo que hacemos en nuestro día a día son hábitos que hemos adquirido en el pasado de forma automática", explica Tufet, "de manera que si queremos incorporar un nuevo hábito en nuestras vidas tenemos que ayudar a que ese nuevo hábito se incorpore en el modo automático."
El mejor momento del día para incorporar un nuevo hábito
Antes de empezar a diseñar nuestra estrategia para el éxito, hay que dedicar un tiempo a la reflexión y a definir qué queremos conseguir y qué acciones son las que necesitamos automatizar para acercarnos a ese objetivo. Si lo que queremos es comer sano, podemos traducir ese deseo en una acción concreta, por ejemplo: voy a cambiar la bollería industrial que suelo comer en el desayuno por algo de fruta y una tostada.
En concreto, en este nuevo hábito (desayuno sano) hay implícito un momento del día para hacerlo (por la mañana) pero si no estuviera tan claro ese momento, es interesante que lo establezcamos. ¿Pero cuándo?
Lo ideal, como explica Pere Tufet, es tratar de incorporar el hábito nuevo justo después de un hábito ya adquirido.

La clave, repetir y repetir
Con una repetición diaria de 66 veces, un hábito ya se puede instalar”
Ahora, nuestro cerebro necesita un tiempo para convertir ese comportamiento en un hábito, es decir en hacerlo automático. Intuimos que hay que repetirlo muchas veces.
Hay teorías de todo tipo sobre los días que necesitamos para conseguirlo. “Hay muchos mitos con esto de la repetición. El más clásico es el de que en 21 días se puede conseguir un hábito. Pero ya está demostrado que no es eficaz. Sin embargo, estudios más recientes sí demuestran que con una repetición diaria de 66 veces, un hábito ya se puede instalar”.
Por eso, este método creado por Tufet nos ayuda a adquirir nuevos hábitos con una metodología muy sencilla y que se materializa en una pulsera que debemos llevar puesta durante 66 días. La pulsera tiene 66 marcas que debemos tachar cada vez que cumplimos ese nuevo hábito.

Pero este método es mucho más que una pulsera; de hecho la pulsera es sólo el recordatorio. "Con este método he tratado de juntar todos los pequeños trucos para que las personas consigan sus objetivos", explica su creador.
Algunos trucos como:
- Compartir con alguien nuestra intención de adquirir un nuevo hábito, porque para la mayoría, saber que hay alguien atento a nuestros progresos es un estímulo para continuar.
- Ponernos un pequeño premio para cuando cumplamos los 66 días. Debe ser algo pequeño y simbólico porque debemos tener claro que el premio no es el fin. El fin son todos los beneficios que vamos a obtener cuando consigamos instalar ese nuevo hábito.
- Empezar poco a poco aunque a veces nos parezca ridículo. Si nos proponemos adquirir el hábito de hacer más deporte es mejor que nuestra acción diaria sea hacer un minuto de gimnasia en casa que ir al gimnasio todos los días una hora. Esto último puede que no sea realista para nosotros. Hay muchas posibilidades de fallar varios días, y eso a la larga va a ser peor porque nos va a hacer perder la motivación para seguir.
Para terminar, el propio Pere Tufet nos resume en el siguiente vídeo todos sus consejos para instalar nuevos hábitos en nuestras vidas.
