¿Desmotivado en el trabajo? Lo que hacen los deportistas de élite podría ayudarte


Por qué marcarte retos te puede ayudar a motivarte en el trabajo
Cómo transformar un reto en un objetivo que sea alcanzable para ti
Lo que debes saber sobre cómo funciona el cerebro para lograr tus objetivos
El otoño está a la vuelta de la esquina, ya no hay escapatoria. Sí, ahora sí que podemos decir que toca volver a la rutina, a la monotonía del trabajo.
Si eres de los que en septiembre ya está pensando en el próximo verano y los lunes tiene la vista puesta en el fin de semana, es posible que los trucos que utilizan los deportistas de élite para mantener alta su motivación y seguir avanzando, te sirvan también a ti para sobrellevar mejor tu día a día.
Buscando nuevos retos
Vivimos más años y eso implica que el periodo de vida laboral también se ha alargado mucho. Corremos el peligro de caer en el agujero de la desmotivación y la insatisfacción porque es posible que estemos aburridos de hacer lo mismo durante muchos años.
Esos retos deben ser cosas que no dominas, porque ahí es cuando tu cerebro espabila y necesita volver a adaptarse otra vez"
Buscarnos algunos pequeños retos en nuestro día a día, tal y como hacen los deportistas de élite para mejorar sus marcas, es una de las recomendaciones que nos proponen algunos maestros de la motivación, como la neurocoach Adelina Ruano.
Todo lo que hacen los deportistas de élite, explica, "llevado al terreno del trabajo, significa que la motivación, la emoción, lo que nos mueve, viene cuando te pones retos, y esos retos deben ser cosas que no dominas, porque ahí es cuando tu cerebro espabila y necesita volver a adaptarse otra vez. Y ese reto, se puede buscar, porque preguntarnos dónde podemos mejorar, sí que depende de nosotros".

Tiene que haber un 'para qué', una motivación intrínseca.
Sin embargo, marcarnos retos u objetivos porque sí, no sirve de nada. De hecho hay una verdadera estructura detrás de todo este proceso, varios pasos a seguir, que si no cumplimos significará nuestro fracaso.
Lo primero es tener muy presente nuestro propósito. Tiene que haber un 'para qué', una motivación intrínseca, ese objetivo que queremos lograr, lo tenemos que querer nosotros, porque ese propósito va a ser como nuestra brújula en todo el proceso, sobre todo en los momentos de bajón en los que nos dé pereza seguir adelante.
Objetivos siempre en positivo
Y ahora viene la segunda parte, porque la manera en que formulas tu objetivo, la manera en que lo enuncias va a ser también fundamental en todo el proceso. Es decir, no basta con querer mucho una cosa, hace falta verbalizarlo de manera que nuestro cerebro lo entienda y sepa cómo ir a por ello.
Por ejemplo, si decimos “no quiero que este año me echen del trabajo” eso ¿qué es exactamente?
La primera de las recomendaciones es que ese objetivo lo digamos siempre en positivo, y esto se debe a que "cuando a nuestro cerebro le decimos lo que sí queremos le resulta mucho más fácil ir a por ello que si le decimos lo que no queremos" , explica Adelina Ruano. Lo que no queremos pueden ser tantas cosas que nuestro cerebro se puede dispersar. Por ejemplo, si decimos “no quiero que este año me echen del trabajo” eso ¿qué es exactamente?, como el cerebro no lo puede traducir en nada concreto, se dispersa y se dedica a otras cosas que sí tiene más claras.

Sé concreto y específico
La segunda recomendación es, por lógica, que el objetivo sea muy concreto, y Adelina Ruano lo explica con la metáfora del taxista: es muy diferente que a un taxista le digamos que nos lleve al barrio de Salamanca, así en general, que si le pedimos que nos lleve a una calle concreta y un número concreto. "Nuestro cerebro necesita las indicaciones como las que le daríamos a un taxista, a dónde exactamente queremos llegar. Cuanto más concretemos, mejor".
También es importante que especifiquemos cuándo queremos llegar a ese lugar: marcarnos una fecha. Eso nos va a permitir generar un calendario.
El objetivo tiene que depender de nosotros
tiene que depender de nosotrosSi por ejemplo, nos marcamos el objetivo de que me asciendan en el trabajo, hay demasiados componentes implicados ahí que no están en nuestra mano, por ejemplo, ¿y si la empresa ha decidido que ese año no hay ascensos por motivos ajenos a ti?
El objetivo, en este caso, debería tener más que ver con "hacer todo lo que está en tu mano para que te asciendan; que consigas más clientes o que saques tus proyecto adelante, pero teniendo siempre claro que hay una parte que no depende de ti", puntualiza Ruano.

El objetivo nace cuando hay una insatisfacción, o hay algo que sientes que es muy rutinario y estás aburrido"
Por último, insiste Adelina Ruano, este tema de marcarnos objetivos no es una receta mágica y no es válida para todo el mundo. Porque como ella dice, "si estás fenomenal en tu trabajo y no tienes ninguna inquietud, entonces no necesitas ponerte ningún reto ahí. El objetivo nace cuando hay una insatisfacción, o hay algo que sientes que es muy rutinario y estás aburrido".
Si ese es tu caso, además de buscar un reto que tenga sentido para ti y mantener muy presente tu propósito, recuerda que tienes muchas más posibilidades de lograrlo si lo enuncias así:
- En positivo.
- Muy concreto. Qué quieres exactamente.
- Muy específico: Cuándo lo quieres conseguir.
- Teniendo en cuenta qué parte de ese objetivo depende exclusivamente de ti.