Gordofobia, ¿quién tiene realmente el problema?


La gordofobia es uno de los fenómeno que ha surgido contra las personas que no tienen el peso adecuado y no cumplen con los cánones vigentes
Las personas que tiene gordofobia padecen un tipo de sesgo que les hace desarrollar una serie de prejuicios hacia las personas con sobrepeso
Analizamos qué problemas acarrea socialmente la gordofobia y qué carencias hay detrás de una persona con gordofobia
Desde hace unos años Paloma solo hace la compra por internet. Tiene 32 años y un índice de masa corporal (IMG) superior al que se considera recomendable. Ir al supermercado para ella era una fuente de más y más sufrimiento. “En los últimos años intentaba ir a última hora o a primera hora del día, cuando había menos gente, pero aún así percibía las miradas de los clientes…me obsesioné con que analizaban las cosas que compraba. Si en mi carro había comida poco saludable me imaginaba sus comentarios por dentro: -claro, no me extraña que esté así de gorda comiendo eso”.
El de Paloma es un sentimiento bastante común en las personas con sobrepeso…a menudo sienten que los demás las miran con rechazo, a veces con cierta pena, como si fueran infelices o tuvieran una vida menos satisfactoria que el resto de personas que no tienen sobrepeso.
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Qué es la gordofobia
El concepto de gordofobia se refiera a un sesgo automático e inconsciente, que lleva a discriminar y minusvalorar a las personas con sobrepeso.
Esto ocurre porque debido a ese sesgo, las personas gordas son asociadas automáticamente con la falta de autoestima. Con frecuencia quien tiene gordofobia, cae en el error de suponer que estas personas carecen de la fuerza de voluntad suficiente para hacer una dieta o para ir al gimnasio y por eso generan rechazo y desprecio.
La persona con gordofobia, da por hecho que quien tiene sobrepeso es así porque no tiene el más mínimo interés en su propio cuerpo y por ello no lo quiere cambiar: y si no lo quiere cambiar es porque es débil ante las tentaciones, porque le falta fuerza de voluntad.
Estar gordo no es solo falta de fuerza de voluntad
Pero no siempre es así: hay personas gordas que se esfuerzan mucho por adelgazar, pero les resulta muy difícil controlar su peso. Según la Clínica Mayo, "la obesidad es una enfermedad muy compleja que consiste en tener una cantidad excesiva de grasa corporal". Por lo general, explica, en su página web, la obesidad es el resultado de una combinación de factores hereditarios con el entorno, la dieta personal y las opciones de ejercicio.
Existen influencias genéticas, conductuales, metabólicas y hormonales en el peso corporal. La obesidad se produce cuando se ingieren más calorías de las que se queman con el ejercicio y las actividades diarias normales. El cuerpo almacena ese exceso de calorías en forma de grasa. La genética también puede jugar un papel importante en la eficiencia con la que el cuerpo convierte los alimentos en energía, en la forma en que el cuerpo regula el apetito y quema calorías durante el ejercicio.
También la obesidad puede tener una causa médica, como el síntoma de Prader-Willi, el síndrome de Cushing u otros trastornos. Los problemas médicos, como la artritis, también pueden hacer disminuir la actividad física, lo que puede provocar el aumento de peso. Algunos medicamentos pueden provocar aumento de peso si no se compensan con dieta o con actividad física.
Cuando el problema lo tienen las personas gordofóbicas
Ni todo el mundo lo tiene igual de fácil para estar en su peso ideal (no es solo una cuestión de fuerza de voluntad, como hemos visto) ni todo el mundo quiere ajustarse a los cánones estéticos vigentes.
Es cierto que el ideal de belleza occidental basado en el culto a la delgadez está en todos lados y lo vemos reflejado cada día en la televisión, el cine, la publicidad o internet…pero también es cierto que en los últimos años han surgido movimientos como el fat pride encabezado por personas que, no parecen estar en absoluto preocupadas por estar gordas, sino más bien todo lo contrario y se muestran en las redes sociales encantadas en su sobrepeso.
Sin embargo, un gordofóbico nunca contemplaría estas posibilidades. Porque la gordofobia es, como decía, un sesgo perceptivo: una manera distorsionada de procesar la información. El que la padece, no es consciente de que está siendo víctima de ese sesgo.
La gordofobia es una actitud muy peligrosa socialmente hablando porque quien la padece entiende que estas personas con sobrepeso, en el fondo valen menos, porque están en inferioridad de condiciones que el resto. Y es muy perverso porque el que tiene gordofobia percibe a las personas con sobrepeso como individuos desesperados y por ello asumen que aceptarán un peor trato; tanto y que incluso estarán dispuestas a ser más explotadas laboralmente.
De hecho, hace unos años, un equipo de sociólogos de la Universidad de la Sorbona (París) llevó a cabo un estudio que desveló que, en Francia, un hombre gordo tiene tres veces menos de probabilidades de encontrar empleo que otro con su mismo currículum que no tenga sobrepeso.
Las personas gordofóbicas que odian y rechazan a los que sufren obesidad, en el fondo suelen tener ellos mismos miedo a engordar
Los psicólogos expertos en trastornos de la conducta alimentaria aseguran que normalmente las personas gordofóbicas que odian y rechazan a los que sufren obesidad, en el fondo suelen tener ellos mismos miedo a engordar. Son personas que viven bastante preocupados por ese tema, que hacen muchos esfuerzos por no engordar. Ese miedo a no engordar esconde una enorme inseguridad en uno mismo porque nos habla del miedo a no gustar, a no cumplir con el canon de belleza y a sufrir el rechazo de los demás:entonces son los demás y no tú los que deciden cuánto vales.
Posicionarse en ese lugar del rechazo y el odio al que es gordo, sirve al gordofóbico para devolverse una imagen de sí mismo positiva. Es decir: “yo sí tengo fuerza de voluntad, yo sí me cuido y por eso yo tengo un IMC adecuado”.
Para un gordofóbico es mucho más sencillo asumir esa idea que plantearse que el otro tiene sobrepeso porque así lo ha elegido, porque quiere estar así. Eso le llevaría a hacerse algunas preguntas incómodas como ¿todos los sacrificios que yo hago por estar delgado, los hago realmente porque yo quiero, o porque me estoy dejando arrastrar por un determinado canon estético?
Para un gordofóbico es mucho más fácil creer que el gordo está gordo por un tema de falta de fuerza de voluntad, porque esta idea alimenta su creencia de que si él hace las cosas bien, controla su cuerpo y se sigue esforzando, nunca estará gordo.
Cuando es la persona gorda la que sufre gordofobia
Una de las posibilidades más complejas de este odio y rechazo a las personas gordas se produce cuando es la propia persona gorda la que sufre gordofobia. Se trata de un rechazo a uno mismo por el hecho de estar gordo y probablemente por haberse instalado en su sistema de creencias la de que si está gordo es únicamente por su culpa, por su falta de fuerza de voluntad para adelgazar.
Son muchas las personas gordas con gordofobia que renuncian a ciertas actividades, como por ejemplo ir a la playa o hace deporte, ir a un spa…y no solo por el hecho de no exponer su cuerpo a los demás, sino por no verse ellas mismas, porque no soportan su propio cuerpo.
Este rechazo al propio cuerpo puede acarrear problemas mucho mayores: una desconexión tan grande con el propio cuerpo hace que dejen de poner atención en él, que se disocien de él. Esto les lleva a vivir completamente aislados de las señales corporales del dolor o de la enfermedad… las consecuencias que puede tener este fenómeno a nivel médico son muy serias.