Mario Alonso Puig, en Mediaset: “Abrámonos a que lo extraordinario pueda manifestarse en nuestra vida”


El médico y conferenciante Mario Alonso Puig participó en un acto organizado por Mediaset España y Randstad
El evento anual está dirigido a hijos de empleados del grupo y pretende acercarlos a la realidad del mundo laboral
Tal vez, en estos momentos de incertidumbre y ambigüedad, le suene a ciencia ficción eso de abrirse a la posibilidad de que lo extraordinario se manifieste en su vida. ¿Por qué no? ¿qué se lo impide? ¿se lo impiden los obstáculos y barreras que le impone la situación que estamos viviendo?, ¿o se lo impiden los obstáculos y barreras que se impone usted mismo?
Esas fueron algunas de las preguntas que el médico, profesor y conferenciante Mario Alonso Puig lanzó a los hijos de empleados del grupo Mediaset España, en un evento anual que es ya tradición en esta casa: Éxito= conocimiento + (actitud) al cuadrado. El objetivo de este acto -que organiza Mediaset en colaboración con Randstad- es acercar a los hijos de empleados del grupo a la realidad del mundo laboral al que están a punto de incorporarse.
El evento, este año celebrado online por exigencias del guión, contó también con la presencia de Valentín Bote, Director del centro de estudios Randstad Research y de Mónica García, Proyect Manager Consulting de Randstad. El maestro de ceremonias fue Roberto Arce, periodista y presentador de Cuatro al día fin de semana.
La elección de carrera en tiempos de incertidumbre
Si la elección de carrera y el acceso al mercado laboral ha sido siempre un tema delicado para nuestros jóvenes, imagínense cómo lo será ahora, en plena crisis del coronavirus, cuando parecemos abocados a vivir en esta nueva realidad…porque después de 9 meses de pandemia ya no hay ninguna duda: el entorno complejo, incierto, volátil y ambiguo es el nuestro; y ha llegado para quedarse.
Ahora más que nunca, explicó Alonso Puig, “es muy importante no enfrentarse a la realidad que hay, no quedarnos en ese resentimiento de ‘es que esto no me gusta, es que las cosas no son como antes, es que yo no sé que hacer, es que soy muy joven, es que todo esto es muy difícil’ (…) Esto no es lo que nos corresponde ahora. Lo que nos corresponde es decir: de acuerdo, es un momento de desafío, de acuerdo, es complejo saber lo que tengo que estudiar, de acuerdo, es difícil conocerme a mí mismo -porque esa es una de las tareas más desafiantes que hay-. ¡Es verdad!, pero también es verdad que yo soy capaz y que si tengo la actitud adecuada iré aprendiendo en el camino”.
La importancia de la actitud
Alonso Puig quiso transmitir a su audiencia (jóvenes en edad de elegir hacia dónde van a enfocar su carrera profesional) un mensaje de serenidad, de ilusión y de confianza.
“Porque cuando tú tienes una actitud, una forma de relacionarte con las cosas de una determinada manera, es decir, cuando tienes una determinada mentalidad, la capacidad que tienes de aprender, de evolucionar, se dispara (…) lo bonito, lo precioso, lo sorprendente de la actitud, es que te permite despegarte del entorno. Es decir, que, aunque el entorno sea complicado, aunque la tormenta sea difícil, aunque recibas un ‘no’ detrás de otro, algo dentro de ti se mantiene estable.”
La actitud es aquello que hace que un ser humano sea capaz de mantenerse estable en la adversidad “cuando todo va bien, cuando nos sonríe la fortuna, cuando la gente siempre es cariñosa, cuando nos dan al trabajo soñado, cuando entramos a la primera en una empresa, es muy fácil sonreír…pero donde se demuestra de verdad la profundidad, la solidez de tu actitud, es cuando las cosa se ponen en contra y, a pesar de eso, tú sigues ofreciendo al mundo tu mejor versión”.
Cerebro y actitud
Aunque todo esto le siga sonando a ciencia ficción, Alonso Puig explicó que el asunto de la actitud tiene poco de ficción y mucho de ciencia: de hecho, está muy vinculado con el funcionamiento de nuestro cerebro.
Cuando nuestra actitud es la de víctima, la del miedo a lo desconocido, la de no hay nada que yo pueda hacer, la de las circunstancias son horrorosas, la de ¡qué desgraciado soy!….nuestro organismo entra en modo supervivencia. El cerebro interpreta que la situación de ahí fuera (miedo, incertidumbre, ambigüedad) es igual de amenazante para nuestra vida como lo sería un tigre que de repente nos atacara.
Alonso Puig explicó cómo en estas situaciones, las amígdalas (unos núcleos de nuestro cerebro emocional) se activan para tratar de ponernos a salvo. Y lo hacen robando energía (sangre con glucosa, oxígeno y adrenalina) para llevarla a los músculos…que son quienes en ese momento tienen alguna opción de ayudarnos a sobrevivir, huyendo o luchando.
Parte de esa energía robada, explicó Alonso Puig, es la que en un estado de calma y serenidad nutriría la parte anterior de nuestro cerebro: justo esa parte “que es fundamental en lo que se llaman funciones ejecutivas: tu capacidad de tomar buenas decisiones, de analizar con rigor las cosas, de pensar con claridad, de posponer la recompensa, de negociar, de establecer vínculos afectivos”.
La persona que comete un error, no es la persona que fracasa: la persona que fracasa es la que no aprende del error (Mario Alonso Puig)
En resumen, si vivimos esta situación de incertidumbre desde el miedo a lo desconcido, el victimismo y la angustia y no desde la posibilidad de aprender y la oportunidad de crecer, nuestro cerebro racional, el que nos permite encontrar soluciones, analizar la situación, tomar decisiones, pensar con claridad…no estará funcionando bien.
“¿Quién estás llamado o llamada a ser en estos momentos de desafíos?” -preguntó Alonso Puig- pues alguien que confía en sus posibilidades, alguien que tiene el espíritu de Alejandro Magno, que no se echa para atrás ante lo que es nuevo, desconocido, incierto, que no se aferra a su zona de confort a esa frase de ‘más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer’. Hay que tener esa valentía, ese arrojo..¡claro que nos vamos a dar golpes! ¿quien no? pero la persona que comete un error, no es la persona que fracasa: la persona que fracasa es la que no aprende del error. No podemos llamar a un error fracaso si aprendemos de ese error”.
Cuando el enemigo está en casa
Elegir la actitud adecuada para ver las posibilidades y encontrar las oportunidades en este momento de incertidumbre, es algo parecido a elegir a nuestros compañeros de viaje…“¿Es un buen compañero de viaje el miedo? ¿es un buen compañero la frustración, la ansiedad, la desesperanza? ¿tú tendrías un amigo a amiga que estuviera todo el día diciéndote ¡ay qué miedo..tienes que estar muy asustado y muy frustrado..oh no,no hay salida!? No, no querrías ese amigo ni en pintura”.
Pues el problema, recalcó Alonso Puig, es que muchas veces ese amigo lo tenemos incorporado: nosotros somos nuestros peores enemigos. “Mi experiencia personal -añadió, es que la mayor parte de los límites los generamos nosotros con esta voz interior, que lejos de apoyarnos, inspirarnos e impulsarnos, nos somete, nos reduce, nos hace sentirnos pequeños e insignificantes…No hay uno solo de vosotros que sea insignificante. Todos tenéis talento, todos tenéis potencial y hay que darle la oportunidad de que salga…por eso es tan importante la actitud (...) los recursos que necesitas van a aparecer solo si te pones en marcha con ilusión, con serenidad y con confianza”.
Alonso Puig compartió unas recomendaciones como puntos clave para cultivar esa actitud positiva ante la incertidumbre:
- Evitar tomar la posición de víctima
- Enfocarte en conseguir lo que quieres y lo que te ilusiona, no en evitar lo que temes
- Recordar que la imaginación tiene en sí misma la capacidad de crear: las personas que visualizan el éxito favorecen que ese éxito ocurra.
- Utilizar un lenguaje que te ayude, no que te anule.
- Abrirte a la posibilidad de que lo extraordinario pueda manifestarse en tu vida...¿por qué no?
- Si vas a dudar de algo…duda solo de tus límites
Resiliencia; actitud o virtud
Tampoco deberíamos olvidar que, por suerte, las actitudes, al igual que la inteligencia, la memoria, la creatividad o el espíritu emprendedor, se puede entrenar…lo mismo que la resiliencia, ese palabra que puede sonar muy rara, pero que nos habla, en definitiva, de la capacidad de recuperarnos después de un impacto.
Alonso Puig explicó qué es la resiliencia -para algunos una actitud, para otros una auténtica virtud- comparando un vaso de cristal, que si tiras al suelo se rompe a mil pedazos, con una pelota de tenis, que, por muy fuerte que la lances contra el suelo, no se rompe nunca.
“Como el vaso de cristal, cuando la persona se rompe, es cuando empieza a decirse cosas tan tristes como ‘si es que no sirvo, me falta inteligencia, es que no soy capaz’… en ese momento la persona se rompe y si permanece rota mucho tiempo en el suelo, es el comienzo de cuadros de ansiedad y de depresión, ¿qué es la resiliencia? La resiliencia es esa pelota de tenis (…) que aguanta el impacto y luego recupera la forma”…
De modo que, ser resiliente, concluyó el médico, profesor y conferenciante, Mario Alonso Puig, tiene que ver con ser mucho más pelota de tenis y mucho menos vaso de cristal.