Recuperar la motivación y la ilusión en septiembre: misión posible si sabemos lo que es importante para nosotros

Este mes de septiembre de la pandemia está siendo especialmente duro para muchas personas
Estas crisis de motivación y de ilusión suelen tener que ver con el desconocimiento de lo que realmente es importante para nosotros en cada momento
Hablamos con David Alonso, coach y experto en valores que nos explica la importancia de identificar lo que realmente nos importa
Septiembre es sinónimo de cuesta arriba para muchos de nosotros en nuestra cultura occidental. Tiene sentido que así sea después de las vacaciones de verano, cuando los días empiezan a hacerse cada vez más cortos: nos acordamos con anhelo de los días de descanso y nos vemos de nuevo frente a frente con la realidad. Septiembre tiene saborcillo a vuelta a empezar de un nuevo ciclo, a retomar la rutina sea cual sea, a enfrentarnos de nuevo con nuestro miedo a la incertidumbre si es que no tenemos un plan preestablecido.
Para muchas personas septiembre es también sinónimo de ilusión, de objetivos que alcanzar, de sueños que cumplir. Varias convesaciones con personas cercanas me han inspirado para escribir sobre este tema: porque he notado que este año, este septiembre de la pandemia, está causando estragos en el nivel de motivación de muchas de estas personas que antes percibían septiembre como un mes cargado de ilusiones, de planes, de sueños…
MÁS
“Este no saber lo que nos deparará el otoño me tiene estresadísima y preocupadísima, noto mi ánimo por los suelos, cuando para mí, septiembre, siempre había sido un mes ilusionante”, “imagino que volveré al trabajo enseguida, pero no tengo ni idea todavía, ¡qué incertidumbre!”, “¡A ver si lo de la vuelta al colegio dura… aunque sea un par de meses! Sólo de pensar en tener que teletrabajar con los niños en casa otra vez me está amargando la vuelta de las vacaciones”.
Un mes de septiembre atípico por la pandemia
Está claro que este mes de septiembre está siendo completamente distinto a los que conocíamos hasta ahora. La crisis del coronavirus nos ha trastocado la vida y muchos de nosotros hemos descubierto por primera vez nuestra propia vulnerabilidad, hemos vivido en nuestras carnes como muchas veces no tenemos el control sobre las cosas que pasan ahí fuera.
Entonces, ¿qué podemos hacer ante este panorama para motivarnos, para recuperar la ilusión y para que nuestro mes de septiembre no sea tan cuesta arriba? ¿hay salida a esta desmotivación generalizada?
Aprender a marcarse objetivos es una de las principales herramientas con las que se trabaja en el ámbito del coaching y del desarrollo personal para ayudar a las personas a motivarse. Tener un reto en el horizonte, un reto que te ilusione, que te conecte con quien tú eres y con lo que necesitas para ser feliz y que además esté estructurado con un plan de acción realista, es una fuente inagotable de energía y por tanto de automotivación.
Hay todo arte detrás de esta técnica de marcarse objetivos como estrategia de automotivación
Pero evidentemente no vale proponerse cualquier reto por muy inspirador y apetecible que nos parezca…la realidad es que hay todo arte detrás de esta técnica de marcarse objetivos como estrategia de automotivación. Una de las claves a la hora de elegir correctamente este objetivo/fuente de energía y motivación es que tenga un propósito muy claro, un “para qué”, una motivación intrínseca, es decir que esté completamente alineado con quienes somos, con qué queremos, con lo que es realmente importante para nosotros, es decir con qué valores nos identificamos.
Hay una corriente dentro del ámbito del desarrollo personal que trabaja precisamente con los valores para ayudar a las personas a conocerse, a definir qué cosas quieren conseguir en sus vidas y a llevar a cabo acciones para lograrlo.
David Alonso es uno de los fundadores de Zinquo un Centro Internacional de Desarrollo en Valores que usa una metodología única con base científica creada por Simon Dolan. Este método permite a las personas identificar, jerarquizar y alinear sus valores de una forma sencilla, dinámica e incluso divertida, ya que una de las herramientas que utiliza es un juego.
Cosas que tiene que ver con la falta de motivación
Para él gran parte de esta falta de motivación generalizada que sufren muchísimas personas este mes de septiembre tiene que ver con no saber quienes somos, dónde queremos llegar, qué es lo que realmente importante para nosotros.
“Ante estas situaciones, siempre recomiendo buscar herramientas que te ayuden a pararte a pensar si estás donde quieres estar o si te gustaría estar en otro lugar. Que te ayuden a conectar con quien realmente eres”.
Conectar con quien realmente somos nos ayuda, como explica Alonso, a saber elegir muy bien nuestros próximos pasos. Conectar con nuestros valores, con aquello que es realmente importante para nosotros y tenerlo muy presente en nuestra vida, nos ayuda a caminar en el día a día…independientemente de que ahí fuera pasen cosas que no nos gustan. Porque si tienes claro lo que es importante para ti, gestionas de otra manera lo que pase en tu entorno, aunque sea esa incertidumbre derivada de la pandemia. Cuando nosotros tenemos nuestra brújula interna, nos será más fácil continuar firmes en nuestro camino, porque sabemos a dónde queremos llegar.
“Al final, podré conseguir más o menos cosas a nivel material, pero si yo estoy siendo fiel a quien realmente soy, la sensación que voy a tener en mi día a día es mucho más plena que si realmente me centro en conseguir objetivos simplemente por el hecho de conseguir cosas”.
Lo que Alonso se ha encontrado a lo largo de estos años de trabajo con esta metodología, es que muchas personas se marcan objetivos que no tienen nada que ver con ellos mismos. Por eso es importante tener claro el propósito de lo que haces, pero muchas veces, antes de eso es más importante identificar y definir cuáles son tus valores core, como él los llama.
¿Quién va decir que la familia no es importante? Pero cuando nos paramos realmente a pensar individualmente...(David Alonso, coach experto en valores)
“Una cosa es lo que nos decimos que es importante para nosotros porque lo hemos oído, porque nos lo han dicho, porque por lo que sea está interiorizado o porque la sociedad de alguna manera nos lo impone…¿quién va decir que la familia no es importante? Pero cuando nos paramos realmente a pensar individualmente, cuando nadie nos ve…lo que sale ahí es diferente porque entramos en otra dimensión. Estás conectando con algo diferente”.
Cuando David Alonso empezó a conocer el mundo de los valores y a investigar sobre ellos, se dio cuenta también de que los valores son algo dinámico. No son algo estático; que es lo que a casi todos nos cuentan desde que somos niños.
“Lo habitual es que nos digan es que nuestros valores están aferrados en nosotros, que son inamovibles..pero luego te das cuenta de que no es así. Nosotros explicamos que un valor es como una carpeta de Windows, una de esas carpetitas donde dentro hay archivos. Pues la carpeta es el valor, por ejemplo, el valor de la amistad, y cuando abres esa carpeta, dentro están esas creencias que tiene esa persona con respecto a ese valor: que pueden ser que para mí los amigos se cuentan con los dedos de la mano o que prefiero tener pocos amigos pero buenos y cosas así. Cada uno nos decimos nuestras creencias y esa carpeta al final es diferente para cada uno… Además para mí la amistad hoy es una cosa y hace diez años era algo que era bastante diferente de lo que es hoy…porque los valores van evolucionando con nosotros. Entonces el poder identificar qué es lo que me importa ahora, me ayuda, y darles orden, me ayuda a poner foco de realmente qué es lo que yo quiero ahora en mi vida”
Cuando no sabemos lo que es importante para nosotros
¿Qué puede pasar cuando no sabemos lo que realmente nos importa? Porque es muy habitual que la gente se marques objetivos que no están alineados con quienes son. Y muchas veces la gente no tiene esto en cuenta: nos marcamos objetivos, nos marcamos metas, pero es importante que esas metas estén alineadas con la persona que eres hoy y la persona que quieres ser en el futuro.
“Cuando el modelo de valores que tengo y el modelo de valores que refleja mi objetivo son muy diferentes, eso puede estar provocando que haya incongruencia, que si para conseguir mi objetivo me planteo valores que tienen mucho que ver con el hacer o con la parte pragmática y sin embargo yo a nivel personal y fundamental mis valores tienden más a la parte emocional, lo más probable es que me cueste mucho conseguir esos objetivo, porque no estoy teniendo en cuenta mis valores”.
La clave; identificar valores y ponerlos en marcha
Esta metodología, que trabaja los valores a través del juego, permite a las personas a poner sobre a mesa los valores que está poniendo en práctica en su vida y enfrentarlos con los que realmente querría desarrollar, lo cual supone una importante toma de conciencia. Las personas, cuando lo ven así, como en un espejo, se dan cuenta de lo que estaba fallando, de por qué había tanta insatisfacción y desmotivación en sus vidas. “Es como si se hiciera magia”, explica Alonso. Al final es algo tan sencillo como que la persona ha parado su vida y se ha detenido a mirar hacia dentro con curiosidad…”y eso es algo que, por lo general, no nos han enseñado a hacer”, comenta.
Otro de los aspectos interesantes de esta metodología es que además de ayudar a las personas a calibrar bien esa brújula interna a través de la identificación y jerarquización de sus valores, es que tiene un componente muy importante enfocado en la acción. Te permite identificar también qué quieres hacer con todo eso, por dónde tienes que empezar a actuar para comenzar a vivir con esa coherencia que tanto necesitamos en tiempos de incertidumbre como este mes de septiembre tan atípico.