Dr. Ana Lluch, una vida dedicada al cáncer de mama: “El miedo a esta enfermedad debe ser desterrado de las mentes de las mujeres”


Entre el 80 y el 85 por ciento de las mujeres que sufren cáncer de mama lo superan
“Nos tenemos que adaptar a las pacientes, siempre con claridad y dándoles puertas de esperanza”
Con 70 años sigue trabajando de forma altruista como asesora en el Hospital Clínico de València
Ana Lluch (Valencia, 1949) es una de las más destacadas especialistas en cáncer de mama del mundo. Una vida dedicada a investigar y tratar esta enfermedad que ya superan el 85% de las mujeres que la sufren. A sus 70 años ha tenido que jubilarse forzosamente, pero sigue en activo. Trabaja sin cobrar en el Hospital Clínico de Valencia, donde los pacientes y sus compañeros se benefician de sus conocimientos y su experiencia. Siempre ha desarrollado su labor en la sanidad pública. En 40 años de profesión ha atendido a más de 10.000 mujeres. “Ellas me han enseñado a vivir” confiesa a NIUS

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PREGUNTA: Este sábado se celebra el Día Mundial contra el Cáncer de Mama. Una cita para visibilizar esta enfermedad. ¿Cuál es el objetivo de la celebración de este día para usted?
RESPUESTA: Para mí, lo más importante es que las mujeres vean que el cáncer de mama no es una enfermedad terrible. No hay que tener miedo, hay que afrontarla, pero sobre todo darles la gran esperanza de que el cáncer de mamá se puede curar en un porcentaje elevadísimo de casos. Estamos alrededor de un 80-85 por cien de mujeres que pueden curarse. Y por tanto ese miedo, y esa palabra fatídica que es el cáncer debe ser desterrada de las mentes de las mujeres.
P: Una vez detectado el cáncer, ¿cuáles son las pautas que les da a una mujer?
R: Lo más importante es que hay tantos cánceres de mama diferentes como mujeres diagnosticadas. Para nada el cáncer de mama es igual para todas. En estos casos lo más importante es hacer un buen diagnóstico. Gracias a la tecnología y a la biología molecular podemos saber cuáles son las células que componen el cáncer en una mujer y realizar un tratamiento individualizado y preciso en cada paciente. Cada una es tratada de forma individualizada, en función del diagnóstico se da un tratamiento diferente. Por eso hoy en día se ha convertido más importante el proceso diagnóstico, para así luego aplicar un proceso terapéutico adecuado.
"Existen tantos cánceres de mama diferentes como mujeres diagnosticadas"
P: Usted, ha dedicado toda la vida a la sanidad y a la prevención del cáncer. ¿Cuántos años de experiencia le avalan?
R: He pasado más de 40 años tratando a mujeres con cáncer. La experiencia me ha enseñado que la relación entre médico y paciente es fundamental para ayudarles. Nuestra misión es darle luz a ese túnel negro que es el cáncer. Hay que dejarle claro que ella nunca va a estar sola caminando.
P: En estos 40 años, ¿cuántas mujeres ha tratado?
R: Más de 10.000 y la experiencia me dice que hay que dedicar mucho tiempo a explicar a las mujeres cada proceso y el estado de la enfermedad. Nosotros nos tenemos que adaptar a ellas, siempre con claridad y dándoles puertas de esperanza.
"Hay que dedicar mucho tiempo a explicar a las mujeres cada proceso y el estado de la enfermedad"
P: En el transcurso de la enfermedad, ¿la relación con sus pacientes acaba siendo muy cercana?
R: Esta relación tiene que ser estrechísima. Cada vez más tenemos que profundizar en la relación médico-paciente. Es muy importante que la mujer confíe en el equipo médico que la va a tratar. Todo el personal trabajamos de forma multidisciplinar, con lo cual cada uno aporta su punto de vista, por eso es tan importante tratarse en centros donde existan estos equipos. Esa confianza que se construye hace que la paciente descargue esa ansiedad, esa angustia de algo desconocido, y es ahí cuando tenemos que tenderles la mano y escucharlas.
P: ¿Cómo es la evolución que mantiene con sus pacientes?
R: Yo intento que la relación sea excelente con todas las mujeres. Conozco sus vidas, sus preocupaciones. Yo siempre digo que ellas me han enseñado a vivir, y lo importante es luchar por ellas.
Tienen una fuerza tremenda, un gran altruismo. Siempre piensan en los demás, en lo que les rodea, en sus hijos... Nunca son egoístas, por eso considero que es muy importante acompañarlas y escucharlas.
P: ¿Cómo se puede sentir una mujer cuando le extirpan el pecho?
R: Hoy, la gran la suerte que tenemos es que gracias a los programas de screening que hay en todas las comunidades se pueden detectar los tumores en una fase muy inicial. De esta forma, podemos hacer cirugías conservadoras en un porcentaje muy elevado de mujeres. Alrededor de un 60 por cien de los casos no hace falta extirpar la glándula mamaria, algo muy importante para ellas. Aun así, hay un porcentaje en el que debemos hacer la extirpación total. En esos casos también tenemos la solución, muchas de ellas salen con la prótesis puesta. En otros, no se puede y les ofrecemos la reconstrucción total. No debemos permitir que las mujeres queden visualmente amputadas.
P: Dr. Lluch toda la vida dedicada a tres campos: la académica, la investigadora y la asistencial. ¿Cómo compagina todo?
R: Estos tres campos deben ir de la mano y así han sido en mi carrera. Sin la investigación no hay futuro, hemos avanzado tantísimo. Todo lo que investigamos en el laboratorio es esencial para luego trasladarlo a las consultas. Los oncólogos tenemos una obligación clara de formar a nuestros médicos futuros, porque ellos son los que van a tratar a las mujeres.
"Los oncólogos tenemos la obligación de transmitir nuestra experiencia y formar a los médicos del futuro"
P: Con 70 años, jubilada, continúa trabajando de forma altruista en calidad de asesora. ¿Cómo es ahora su trabajo?
R: Sí, puedo ver pacientes y continuar tratando con ellos. Para mí es lo importante. Pienso que la experiencia de tantos años debe ser transmitida. Siempre que sea útil ahí estaré, hasta que mi estado físico me lo permita. Tenemos la obligación de trasladar todo lo aprendido a la gente joven que es el futuro de la medicina. Las mujeres y la medicina han sido el motivo de mi vida, mi dedicación
P: Son 40 años ayudando a más de 10.000 mujeres. ¿Cómo resumiría su experiencia?
R: Las mujeres y las pacientes son las que nos enseñan a vivir y a tener ese aliciente de continuar ayudando y acompañándolas.