José Luis García, sexólogo: “Su hijo ve pornografía, asúmalo y dele claves para ser crítico con lo que ve”


Este doctor en Psicología advierte que el alto consumo actual de la pornografía violenta entre los adolescentes está poniendo en peligro su salud física y sexual
El 68% de los adolescentes españoles consume pornografía. El 80% de estos chicos, frente al 40% de las chicas, lo hacen casi a diario. Son datos desvelados en un estudio de la ONG Save de Children que advierte que la pornografía se ha convertido en la fuente de aprendizaje y el referente en sexualidad para la mayoría de ellos.
José Luis García, doctor navarro en Psicología Clínica y especialista en Sexología y Educación Sexual, conoce de primera mano los riesgos y las consecuencias que el visionado de la pornografía, a menudo violenta, está produciendo en la salud mental y física de estos menores. Las ha plasmado en una colección de libros “Tus hijos ven porno. ¿Qué vas a hacer? donde además explica las herramientas necesarias para que familia y profesorado puedan contrarrestar estos efectos. El último, después de varios días a la venta, ha sido censurado en Amazon, “por el título, Niños y niñas pornográficos”, nos revela contrariado este experto que pone su trabajo a disposición de los interesados a través de su página web.
MÁS
Pregunta: Sorprende el alto porcentaje de adolescentes españoles que consumen pornografía, más aún la edad en la que empiezan, 8 años de media. ¿Cómo es posible?
Respuesta: Sin duda por la facilidad con la que acceden hoy en día a internet. ¿Qué padre no le ha dejado el móvil a su hijo para que se esté quieto con 5, 6 años o menos? En ese momento le estás ofreciendo al menor la posibilidad de toparse con la pornografía, una industria poderosa que se las sabe todas para enganchar a sus clientes. Si el adulto ha visionado porno las visitas están almacenadas y con un solo clic el niño tiene múltiples oportunidades de toparse con ellas.
P: En estas edades tan tempranas ¿qué efectos puede provocar en la salud de los pequeños estos visionados?
R: Sin lugar a dudas, la edad en la que se comienza a consumir porno es determínante. El cerebro no está desarrollado ni preparado por lo que algunos después califican esta experiencia de traumática. Por otro lado, estamos hablando de imágenes que buscan el placer y la excitación. Cuando antes se empieza se corre aún más peligro de “engancharse”. Por su puesto que depende de la personalidad del menor y su tendencia a las adiciones, pero es que estamos hablando de algo que gusta, que hace que nuestro cerebro fabrique más dopamina, la sustancia del placer, y esto provoca que necesitemos cada vez más y más hasta que se convierte en una adicción.
P: Cuando el consumo se produce en la adolescencia (de 13 a 17 años), un franja de edad en la que internet es parte fundamental en el día a día, ¿cómo repercute en la salud y en el desarrollo de estos menores?
R: Antes de contestarte, me gustaría aclarar que estamos hablando de porno violento, no de imágenes eróticas. No hay nada que objetar sobre las películas que muestran una relación sexual donde hay respeto y se hace de mutuo acuerdo. El sexo saludable es una fuente de bienestar y placer necesario para el ser humano pero un desastre si se convierte en sufrimiento y dolor. Y eso es lo que muestran las películas de porno duro. Estos jóvenes, que no tienen otra información sexual, están normalizando asociar sexo y violencia.
P: Bueno, pero tienen edad suficiente para entender que lo que ven es ficción, dura, de acuerdo, pero al fin y al cabo una película donde unos actores están haciendo un papel.
R: Si la única información que reciben sobre el sexo es ésta y nadie les corrige, estos menores entienden que es lo natural. En estas edades es muy potente la necesidad de satisfacer el deseo por lo que estos chavales se buscan la vida, como hemos hecho todos, para saciarlo. Lo que ocurre ahora es que lo tienen más fácil. Pones en el buscador pene o culo y te salen tropecientas películas o imágenes porno. Fíjate, es que están viendo a una pareja que se lo pasa bomba, que están practicando sexo anal y es muy fácil, que no hay dolor, que no hay consecuencias por no usar condón, que se produce una violación y no pasa nada… Se les hace creer que es así y lo quieren emular. Esto es un drama. Estamos dejando la educación sexual de nuestros hijos en manos de la pornografía.
P: ¿Cuáles son las consecuencias de la falta de información correcta sobre el sexo en los adolescentes?
R: En una consulta de Psicología y Sexología se ve mucho sufrimiento asociado al sexo. El sexo produce placer, pero también dolor. A los clásicos de embarazo no deseado, infecciones...Hay informes de agresiones sexuales o lesiones anales en niñas porque que deciden poner en práctica lo que ven en las pelis. El porno violento es su manual de instrucciones 2.0. Hay también cada vez más niñas traumatizadas porque consienten realizar una práctica sexual violenta con un novio que considera que es algo normal y divertido. En estos casos, además, lo hacen “obligadas” por temor a perderle si no acceden. Esta falta de preparación genera con el tiempo trastornos en la conducta, problemas para socializar y disfunciones sexuales. Si nos centramos en los que caen en la adicción, tienen problemas de pareja o consumen prostitución porque buscan fuera lo que no puede darles su mujer. También se ha comprobado que el que sufre este enganche, sobre todo si es precoz, cada vez quiere sexo más violento o raro por lo que a su vez tienen más riesgo de llegar a consumir material pedófilo o con animales . Lo mismo ocurre con el maltratador. Que se me entienda, no se llega a estos ejemplos últimos por consumir porno, quiero decir que está documentado que muchos de los que lo llegan a ello consumían porno habitualmente desde muy jóvenes. Al igual que sabemos que estos tienen más posibilidades de no intervenir si observan una agresión sexual o más capacidad de tolerarla.

P: Me está describiendo una problemática que asusta y que, seguramente, la mayoría de los padres desconocen, ¿Qué les aconsejaría para no llegar a estos extremos?
R: El primer consejo es que deben tomar conciencia y asumirlo: su hijo ve porno, no es el del vecino, lo hace también su hijo. Esa es la realidad aunque les incomode. Como es así, hay capacitar a estos chicos para hacerlo sin consecuencias. Hablar con ellos y darles las claves necesarias para que sean críticos con lo que ven y decidan no llegar a ver porno violento. Hacerles entender que la ternura, el afecto o el mutuo acuerdo son indiscutibles e innegociables en el sexo. Es verdad que les puede costar abordar este tema con ellos o que sientan vergüenza, pero es necesario. Tienen que entender que esto es un problema de salud y que si ellos no ejercen esta labor lo va a hacer otro. Hoy en día ese otro es la pornografía. Simplemente, tienen que recordar cómo lo descubrieron ellos o la curiosidad que tenían. Pues ahora sus hijos tienen a su disposición gratis a miles de mujeres haciendo de todo sin obstáculos.
P: En definitiva, se necesita más educación sexual, algo muy poco común en este país
R: España está a la cola de Europa en Educación Sexual. En Suecia, por ejemplo, es asignatura obligatoria desde 1955. Aquí, por el contrario, siguen aumentando los embarazos de las adolescentes, las agresiones y las enfermedades sexuales y todavía estamos debatiendo si es conveniente. ¡Es alucinante!