Euskadi, la comunidad que ha subido 230 puntos en un mes con las restricciones "más severas"


La incidencia del virus dobla la media nacional a pesar de ser una de las comunidades con mayores restricciones de movilidad
El Gobierno vasco y los expertos apuntan a que Euskadi está en la cresta de una nueva ola que llegará más tarde al resto del Estado
El Gobierno Vasco ha decidido no endurecer las restricciones contra la pandemia en Euskadi a pesar de que el lehendakari Iñigo Urkullu ha reconocido que la actual evolución del virus en este territorio es “preocupante”. No lo hace tras escuchar las recomendaciones de los expertos del LABI (Consejo Asesor para la Pandemia en el País Vasco) que consideran que las medidas ahora en vigor son “severas y eficaces para frenar” la continua tendencia al alza del número de contagios y de la alta tasa de incidencia del virus en esta comunidad.
En estos momentos, Euskadi es una de las comunidades que aplica las restricciones más duras del país. Así, entre otras medidas, decreta el cierre perimetral de los municipios y territorios históricos con más de 400 casos por 100.000 habitantes de incidencia en los que se prohíbe, también, el consumo interior en los establecimientos de hostelería (únicamente se sirven desayunos y almuerzos en una franja de hora determinada). No obstante, estos correctivos no han impedido que País vasco doble la media de la tasa de incidencia del virus a 14 días del Estado por sus 375 casos por 100.000 habitantes. Este indicador, además, ha aumentado 230 puntos en 30 días.
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El empeoramiento de los datos de esta comunidad está siendo progresivo y constante en las últimas semanas. Se encuentra en el Nivel 4 de transmisión y la ocupación de camas UCI se sitúa en el 3 (sobre 5), con una previsión del incremento de ingresos de enfermos críticos nada halagüeño. “Tenemos las unidades muy tensionadas en estos momentos con ingresos de cinco pacientes de media al día, la mitad tiene menos de 60 años”, describe Félix Zubia, jefe de la UCI del Hospital Donostia, que no disimula su preocupación consciente de que el alto número de contagios diarios repercute negativamente en su unidad donde “acaba uno de cada cien contagiados”, asegura.
“Euskadi va a diferente ritmo que otras comunidades”
Según reconoció este jueves el viceconsejero vasco de Salud, José Luis Quintas, no hay "explicación completa" de las causas por las que el País Vasco está "en unos momentos peor que en otros" o tenga peores datos en comparación con otras comunidades autónomas. El responsable achacó estas diferencias a que se comparan los territorios en momentos a los que van a diferente ritmo. "Si nos comparamos ahora que estamos subiendo con otras comunidades que están ya de bajada, las diferencias son importantes” justificó.
Ugo Mayor, investigador de la Universidad del País Vasco también apunta en este sentido. “Las olas de contagio ocurren en paralelo en todo el país pero no son sincrónicas completamente. Podría ser que en Euskadi se esté dando esta nueva antes y luego se detecte en otras comunidades. No sería nada extraño. En olas anteriores pasó todo lo contrario. Euskadi estaba mejor en comparación con otros territorios porque llegaba en ese momento más tarde”, afirma.

Los técnicos del LABI también han observado que existe una pauta que se repite en los ciclos de contagios en esta comunidad. Aseguran que la actual tendencia ascendente, iniciada el 10 de marzo, “tiene hasta hoy una duración de 37 días” y recuerdan que las dos anteriores fases ascendentes “se prolongaron por 40 días en octubre-noviembre y 35 en enero-febrero” por lo que, si se cumplen las expectativas, la curva podría cambiar de tendencia en los próximos días.
El modelo "termostato"
En opinión del Gobierno Vasco, el anunciado efecto Semana Santa puede estar detrás del empeoramiento de los datos de la comunidad, unido “muy especialmente” a la "negativa influencia" del evento de la final de la Copa (3 de abril) que provocó las aglomeraciones de aficionados en las despedidas de Athletic y Real Sociedad, sin olvidar, las concentraciones de cientos de hinchas rojiblancos en la calle bilbaína de Pozas previas al encuentro, o “las reuniones en domicilios y espacios privados de grupos de personas no convivientes” para ver el partido.
Sin embargo, el investigador de la UPV considera que estos comportamientos aislados sólo explican una mínima parte de lo que está ocurriendo en Euskadi en su conjunto y apunta a lo que denomina el fenómeno termostato. “Suben los contagios y se aplican más medidas restrictivas. Bajan y se relajan al igual que lo hace las responsabilidad individual de los ciudadanos frente al virus. Así solo se consigue entrar en una especie de bucle continuo cuando habría que aplicar medidas más proactivas”, señala este experto.
Entre "esas medidas proactivas", Mayor destaca que “habría que reforzar el sistema de detección de casos. Se están dejando de contabilizar muchos porque se nos escapan ya sea porque no se notifican o el protocolo no es el correcto porque se considera sólo como contactos, por ejemplo, a los que sólo han estado 15 minutos junto al positivo sin mascarilla. También habría que aumentar el número de test de detección. No se hacen si hay pocos casos y es justamente entonces cuando se puede atajar y conocer mejor la trazabilidad para romper la cadena de transmisión”, propone.
El LABI vasco recuerda en este último informe que la capacidad de articular otras medidas específicas está limitada por resoluciones del TSJPV (que ha tumbado hasta en tres ocasiones decretos vascos esta pandemia) o por la perspectiva de final del Estado de Alarma, anunciada por el presidente Sánchez. Debido a estas limitaciones jurídicas, afirma esta Comisión Técnica, no se puede hacer más que mantener las actuales medidas, "reforzar con mayor intensidad" su comunicación y resaltar la importancia de su cumplimiento para frenar el actual avance del coronavirus en Euskadi.