El azúcar, ¿es más adictiva que algunas drogas?: "Su dulzor intenso puede superar la recompensa de la cocaína"


De momento lo único ampliamente demostrado es que los sabores dulces son adictivos
Distintas teorías han tratado de explicar por qué no podemos dejar de comer algunos alimentos aunque queramos
Los alimentos hiperpalatables son aquellos que la sinergia de sus ingredientes los hace más sabrosos
Están por cualquier tienda de alimentación, en bares y cafeterías, y los solemos comprar. Alimentos que no sabemos por qué son adictivos. Pruebas uno y no puedes parar. Y no se sabe por qué.
Productos con ingredientes poco saludables como patatas fritas o bollería que estimulan el apetito. Se les conoce como hiperpalatables. Y están en el punto de mira de los investigadores de todo el mundo.
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Son aquellos en los que la industria alimentaria ha logrado que "la sinergia entre los componentes del alimento, como grasa, sodio (sal), azúcar y carbohidratos, sea más sabroso de lo que le corresponde", explica el doctor Terra L. Fazzino del Centro de Investigación y Tratamiento de Adicciones Cofrin Logan,de la Universidad de Kansas.
Una mezcla de ingredientes que los hace adictivos y que incita a nuestro cerebro a encontrar el puro placer, haciendo que deseemos la comida, aunque no tengamos hambre. Ninguno de estos producto se considera saludable. Pero todos incitan a comer en exceso aunque todavía no se sepa por qué.
La única explicación por ahora se encuentra en los azucarados (bollería o helados), porque lo que sí se conoce es la adicción al azúcar. El resto está en estudio.
El azúcar en el punto de mira
Los expertos no se cansan de advertir de que debemos controlar su consumo. La OMS alerta. Los niños españoles toman más del doble de azúcar del máximo que recomienda. Pero el azúcar sigue ahí. Atrapando al consumidor. Igual que a las ratas.
Si les das a elegir a ratas de laboratorio entre consumir agua con azúcar o cocaína, eligen el sabor dulce. Lo demostró una investigación en la que el 94% de los animales se sentían más atraídos por agua endulzada con sacarina frente a cocaína intravenosa. Una preferencia que no se superó con dosis crecientes de cocaína. De acuerdo con los investigadores esto demuestra que "el dulzor intenso puede superar la recompensa de la cocaína, incluso en personas sensibilizadas y adictas a las drogas". Y al parecer, en los humanos sucede algo similar.
"Se puede definir el azúcar como la droga blanca", explica el doctor Cristóbal Morales, especialista en Endocrinología y Nutrición, quien aboga por un mayor control y regulación para evitar que alimentos ultraprocesados con exceso de azúcar estén al alcance de todos.
Un sabor dulce que en alimentos ultraprocesados, con grasa y otros ingredientes, se convierte en una bomba de relojería. "Los últimos estudios publicados coinciden en que se observa adicción por parte de la comida ultrarápida y que esta sería responsable de los cambios de prevalencia de obesidad en la población", confirma el doctor Morales, quien estima que el azúcar podría estar detrás. Aunque todavía no hay consenso que certifique, qué es lo que provoca adicción en el caso de la comida ultrarrápida, se ha observado que en ocasiones, en personas operadas con cirugía bariátrica, continúan consumiendo alimentos altamente procesados y elaborados con azúcar, aunque eso implique sufrir vómitos y diarrea más adelante. Un comportamiento que podría encontrar así su explicación. No es un capricho, es que no lo pueden evitar.
Ya en 2018 un estudio demostró que, en comparación con alimentos igualmente calóricos que contienen solo grasa o solo un carbohidrato, los elaborados con ambos ingredientes son mucho más eficientes para activar una parte del cerebro que regula el centro de recompensa y que está implicada en las adicciones.
Además varios artículos científicos refieren asociación entre el consumo de ultraprocesados y la obesidad. Por lo que el problema se agrava.
¿Qué nos incita a comer de más?
A veces es imposible comer solo una patata frita. Es abrir la bolsa y algo nos incita a acabar, aun no teniendo hambre. Pasa con algunas patatas fritas, galletas y otros productos ultraprocesados. Aunque estemos saciados si los probamos no podemos evitar seguir comiendo. Y nadie sabe por qué. Aunque hay varias teorías:
Un trabajo de la universidad de Sídney comprobó que las personas que "diluían" su dieta con comidas bajas en proteínas (particularmente en forma de alimentos procesados como pizza, patatas fritas o comida rápida) tendían a comer muchas más calorías de las que necesitaban a lo largo del día. Se sugería que esto ocurría porque al no llevar proteínas, nuestro cerebro entiende que nos falta algo. Pero esta teoría no está del todo demostrada.
Hay otros investigadores que asocian esta actitud a la búsqueda de recompensas. Al comer se estimulan los sistemas de recompensa de nuestro cerebro. Se asocia la comida a un premio. El cerebro libera hormonas "de la felicidad", conocidas como endorfinas. Pero esto habría que analizarlo con cautela. No todos los alimentos provocan lo mismo. No es lo mismo comer un plato de acelgas que una hamburguesa o un paquete de galletas. Por eso la duda es, ¿comer provoca endorfinas o determinados alimentos las provocan?
"Que el azúcar y el sabor dulce crean adicción está ampliamente demostrado. Ahora queda precisar qué pasa con otros alimentos que a priori parecen adictivos, hay mucho que investigar", reflexiona el doctor Francisco Botella, coordinador del área de nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).