Prevención contra el suicidio: "Los casos están aumentando con el covid, no podemos mirar hacia otro lado"

Más de 3.500 personas se suicidan al año en España y más de 70.000 lo intentan
El suicido es la primera causa de muerte no natural entre los jóvenes de entre 15 y 29 años
Una creencia errónea: pensar que es propio de personas con enfermedades mentales: un 50% de la población general tendrá tendencias suicidas a lo largo de su vida
"Los suicidios pueden aumentar de manera exponencial por el covid- 19". Los datos de este año no son oficiales y no lo serán hasta 2021. Pero los expertos en salud mental lo están viviendo. "Es preocupante y esto solo va ir a más", asegura Ana Lancho, presidenta del teléfono contra el suicidio de la Asociación La Barandilla.
Cada dos horas y media se suicida una persona en España, 10 al día. Y por cada persona que ha muerto, al menos 20 lo han intentado. Son casi 3.600 muertes en un año, el triple que en accidentes de tráfico, según datos del 2018 del Instituto Nacional de Estadística, los últimos datos disponibles.
Pero desde la asociación La Barandilla tienen algunos datos de este año. Por ejemplo, en La Rioja desde el 1 de enero hasta el 31 de agosto de 2020 se han suicidado 19 personas. Cuando en 2018 se quietaron la vida 20 en todo el año. "Está claro que el covid está afectando. Por cada persona que se quita la vida, seis de su entorno tendrán consecuencias: una baja laboral, depresión, problemas de relación. No podemos tomar este tema a la ligera. Es imprescindible la prevención en la escuela, en las universidades, en la atención primaria, en la sociedad", explica Lancho.
"Si alguien intenta suicidarse, se le lleva al hospital y después a su casa pero no se hace un seguimiento. Muchas personas nos llaman para decirnos que ya lo han intentado y que siguen teniendo las mismas ganas de acabar con su vida. Se necesitan unos protocolos", asegura.
Pacientes sin antecedentes psiquiátricos
La teniente coronel Marta Presa, jefa del departamento de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gómez Ulla de Madrid, explica que durante los meses más duros de la pandemia bajaron mucho las llamadas y los casos, pero pasado el miedo inicial han aumentado más que antes. Además, eran pacientes sin antecedentes psiquiátricos, jóvenes y mayores que querían quitarse la vida. No querían contagiarse, no querían contagiar y no veían una salida, ni un final. "Para todos estos casos necesitamos terapia, consultas, teleasistencia, pero no se hace porque no existe un plan nacional de prevención del suicidio. El suicidio en España sigue siendo un tema tabú. Y es imprescindible que se conozcan los datos, los mitos o las señales de alerta", asevera Presa.
"En mi hospital la percepción general es de aumento. Y con ello el problema social que se añade a todo esto. La crisis está comenzando y lo que se avecina, como no se haga algo, es peligroso y alarmante", advierte esta teniente coronel.
"Muchos profesionales también están pasándolo muy mal. La incertidumbre por la pandemia esta haciendo que su salud mental se vea afectada", asegura la doctora Presa.
"Siempre se puede salir"
"Se empieza con una depresión y puede terminar en suicidio. Por problemas económicos, por salud, por ver el hoyo demasiado profundo. Yo tengo 21 años y me he intentado quitar la vida dos veces. Una con pastillas y otra con alcohol. Por suerte aquí estoy. Y mi visión ahora es que por muy profundo que sea el hoyo en el que estás, siempre se puede salir. Con ayuda, con paciencia, con tiempo pero se puede salir", explica María Eugenia López, que acaba de escribir un libro titulado 'Casualidades', en el que narra su historia. Con un único objetivo, ayudar a los que están pasando lo que ella pasó. "Si puedo salvar una vida habrá merecido la pena", asegura.
A María Eugenia le hacían bulling con ocho años, sus padres se estaban separando, se cambió de colegio, no encontraba su sitio, no se le daban bien los estudios, no sabía como contar que era lesbiana. Muchas 'casualidades' (título de su libro) que terminaron por explotar. "No pude con todo, solo pensaba en no despertarme al día siguiente". Pero por suerte su cuerpo se reveló y las pastillas no hicieron el efecto deseado. "Ahora sigo en tratamiento. Llevo cuatro años. Lo que más me ha ayudado ha sido escribir. Por eso lo cuento todo en mi libro", cuenta.
"Yo no he podido salvar a mi madre porque no me han dejado y al final se ha suicidado. No me han hecho suficiente caso y reivindico que hay que poner este tema sobre la mesa". El que habla es Román Reyes. Su madre se suicidó hace menos de un año. He vivido un verdadero calvario. Pero solo me he encontrado con puertas cerradas. Después de un mes ingresada, a mi madre la echaban de los hospitales", reivindica Reyes.
Este jueves, 10 de septiembre, es el día mundial de la prevención del suicidio. "El suicido es la primera causa de muerte no natural entre los jóvenes de entre 15 y 29 años. No podemos mirar hacia otro lado. Con casi 3.600 muertes por suicidio y 70.000 personas que lo intentan ¿cómo no podemos parar esto?", asevera Lancho.
"La gente tiene miedo a hablar. Muchos familiares de personas que se han suicidado se lo callan. Piensan que les van a juzgar por no haber sabido interpretar las señales, por no haber sabido cuidar bien a su hijo, a su hermano. Muchas de las cosas que se hablan del suicidio son mitos.
Acabar con los mitos
Es un mito que preguntar a una persona si está pensando en suicidarse puede incitarle a hacerlo. En realidad, está probado que hablar con la persona con pensamientos suicidas disminuye el riesgo de cometer el acto. La recomendación de las autoridades sanitarias es preguntar y escuchar con respeto a la persona en riesgo sobre sus pensamientos y emociones relacionadas con la conducta suicida porque reducirá su tensión.
Tampoco es cierto que los intentos de suicidio sean una llamada de atención. Los intentos de suicidio son una manifestación del sufrimiento y desesperación que siente la persona, que no ve salida.
Otro mito es creer que cuando uno expresa su deseo de acabar con su vida, nunca lo hará. La evidencia actual muestra que la mayor parte de las personas que han intentado suicidarse anteriormente expresaron su intención con palabras, amenazas, gestos o cambios de conducta. La recomendación es no considerar estos avisos como un alarde, chantaje o manipulación para lograr algo.
Pensar que alguien que se quiere suicidar no lo dice, también es un error. De cada 10 personas que se suicidan, nueve expresan claramente sus propósitos y la otra restante dejó entrever sus intenciones de acabar con su vida, según la guía de Salud Madrid. Sólo un escaso número de casos se produce sin avisaar. La mayoría de los suicidas dan avisos evidentes de sus intenciones. Otra creencia errónea, pensar que es propio de personas con enfermedades mentales: un 50% de la población general, tendrá tendencias suicidas a lo largo de la vida.
Señales de alerta
"La violencia contra uno mismo es la mayor de las violencias", asegura Presa. Hay gente que tiene ideas suicidas y no nos damos cuenta, no sabemos detectarlas. Estas son algunas de las señales que pueden indicar que alguien está pensando en acabar con su vida.
- Los comentarios negativos sobre uno mismo o sobre su vida como "no valgo para nada", "estarías mejor sin mí" o "sstoy cansado de luchar".
- Comentarios negativos sobre su futuro como "Lo mío no tiene solución" o "las cosas no van a mejorar nunca".
- Despedidas verbales o escritas como "quiero que sepas que en todo este tiempo me has ayudado mucho".
- Comentarios sobre el acto suicida o la muerte como "no deseo seguir viviendo", "nadie me quiere y es preferible morir" o "me gustaría desaparecer".
Otros posibles avisos son no verbales,
- Los cambios repentinos en la conducta de la persona.
- Aumento de la irritabilidad y del consumo de alcohol, pérdida de apetito.
- Tener lesiones en alguna parte de su cuerpo,
- Regalar objetos personales muy queridos, cerrar sus cuentas en redes sociales, o finiquitar asuntos pendientes.
- Prepara un testamento o seguro de vida.
Esto, asegura Presa, es un problema de salud pública. Por eso es importante formar a profesionales sanitarios y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad a identificar señales de alarma.
Más de 3.000 llamadas
Se han cumplido ya dos años de la puesta en marcha del Teléfono contra el Suicidio (911 385 385). En este tiempo han recibido más de 3.000 llamadas. Un teléfono de ayuda que marcan más mujeres que hombres, aunque en el último año, la tendencia está cambiando.
"Hemos recibido más llamadas con respecto al año pasado. Muchas son referidas al covid. El tipo de llamadas está cambiando", avisan desde la asociación. "El 90% de las llamadas empiezan con un 'dame una razón por la que no tenga que quitarme la vida ahora mismo, para no tomarme las pastillas', cuando los psicólogos cogen el teléfono", explica Lanchón.
Según las cifras del INE, publicadas el pasado diciembre, en 2018 se registraron 140 suicidios menos que el año anterior, con 3.539. "Estos suicidios nos dejan, sin embargo, una gran tristeza al comprobar cómo, a pesar de estas cifras esperanzadoras, en siete comunidades autónomas de España han subido los suicidios, destacando Murcia, con un 29% más de suicidios, o Aragón, con un 20 %", explican desde Teléfono contra el Suicidio.
Por comunidades autónomas en 2018 y 2019, Madrid lidera el ránking con mucha diferencia (570), seguida muy por detrás por Andalucía (307), Aragón (176), Comunidad Valenciana (137) y Cataluña (124). Cierran la lista La Rioja (5), Navarra (6) y Extremadura (14).
El 46 % de las personas que contactaron con el Teléfono contra el Suicidio presentaban algún diagnóstico confirmado de trastorno mental. El 41 % eran de carácter depresivo, y el 17 % sufría trastorno obsesivo compulsivo (TOC). "Las siete comunidades donde han aumentado el números de suicidios carecían de un plan de prevención contra el suicidio", concluye Lanchón.