Alzheimer: qué es, síntomas, causas y cómo tratarlo

El alzheimer incide entre el 60 y el 70% de las personas que padecen demencia
Produce una pérdida de capacidad funcional e intelectual
Sus síntomas son la pérdida de memoria, la desorientación, la dificultad en el habla o los problemas de visión
El 21 de septiembre se conmemora el Día del Alzheimer. Esta fecha fue elegida en 1994 por la Alzheimer’s Disease International. El alzheimer es una enfermedad que afecta a entre el 60 y el 70% de las personas que padecen demencia. En España, cerca de 1,2 millones de personas tienen alzheimer, según los datos de la Confederación Española de Alzheimer (CEAFA).
A lo largo del día, se promueven distintas campañas y actividades orientadas a la concienciación y sensibilización de esta enfermedad y, por otro lado, a informar a las instituciones públicas de sus principales reivindicaciones.
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Qué es el alzheimer
La primera persona en describir esta enfermedad fue el psiquiatra y neurólogo alemán Alois Alzheimer, en 1906. Por eso su apellido da nombre a la afección. El Alzheimer es una de las principales causas de la demencia y se trata de una enfermedad degenerativa cerebral en la que se pierden neuronas, se produce el acúmulo de una proteína anormal (amiloide) y provoca el desarrollo de lesiones tales como las placas seniles y ovillos neurofibrilares. Se produce, pues, una pérdida de capacidad funcional e intelectual.
El diccionario de la RAE define alzheimer como un “trastorno neurológico progresivo caracterizado por la pérdida de memoria, de la percepción y del sentido de la orientación, que se produce ordinariamente en la edad senil”.
Etapas del alzheimer
El alzheimer es una enfermedad progresiva, por lo que su sintomatología va empeorando de forma gradual con el paso de los años. Según indica la Alzheimer’s Association, es una patología crónica en la que las personas que la padecen presentan un promedio de ocho años de supervivencia desde que los síntomas son patentes. En función de la edad y del estado de salud, la supervivencia de las personas con Alzheimer puede ir desde los cuatro hasta los 20 años.
El avance de la afección se produce en tres etapas: una inicial y leve, una moderada e intermedia y otra grave y final. Sin embargo, antes de su diagnóstico, hay una especie de fase previa que es el alzheimer preclínico, en la que ya se producen cambios en el cerebro años antes de que se hagan evidentes los primeros signos que apuntan a esta enfermedad. Este es el resumen de los tres estadios por los que pasan los pacientes:
- Etapa leve o inicial: Puede durar unos cinco años. En esta fase, las personas se pueden desenvolver de manera independiente, pudiendo trabajar y conducir con relativa normalidad. Sin embargo, se empiezan a apreciar las primeras dificultades en términos de concentración y problemas de memoria, como pueden ser los problemas para encontrar la palabra correcta a la que uno se quiere referir, dificultad para recordar los nombres de personas que no conocían hasta ahora, no conocer la ubicación de algunos objetos u olvidarse de la planificación.
- Etapa moderada o intermedia: De las tres, es la fase más prolongada de todas. Cuando el enfermo se encuentra en esta etapa requiere mayor atención, porque presenta cambios en el comportamiento, su sentido de orientación es más frágil y se puede sentir confundido sobre el sitio en el que se encuentra, le cuesta más hacer tareas cotidianas, tiene más dificultades para expresarse, no recuerda algunos datos de su historia personal y familiar, modifica sus rutinas de sueño y puede perder el control sobre sus necesidades e ir al baño.
- Etapa grave o final: Su comunicación y movimientos pasan a ser mucho más limitados por el deterioro de sus habilidades cognitivas. En esta situación, es imprescindible que tengan a alguien que esté atento a ellos, para ayudarle con todo tipo de actividades rutinarias. Las nociones sobre las experiencias más recientes se pierden, su movilidad es reducida y son más vulnerables a otras enfermedades e infecciones.
Causas
Su principal causa tiene que ver con las proteínas cerebrales, que no funcionan con normalidad y dañan y causan la muerte de neuronas. Esto se explica porque las placas que se forman con fragmentos residuales (beta-amiloide) de una proteína obstaculizan la comunicación entre células, a lo que se suma que se forman ovillos que ponen trabas al sistema de transporte de una neurona para llevar nutrientes.
Por otro lado, hay algunos factores que pueden incidir en el deterioro cognitivo, de modo que, conociéndolos, se deben evitar. Estos son el tabaquismo, el sedentarismo, los riesgos cardiovasculares, la alimentación poco saludable, el aislamiento social o el consumo excesivo de alcohol.
Síntomas
La Alzheimer’s Association enumera 10 síntomas o signos de advertencia que, de presentarlos, requieren una consulta urgente con el médico:
- Cambios de memoria que dificultan la vida cotidiana: Olvidarse de información adquirida hace poco tiempo o no recordar algunas fechas importantes son algunos indicadores que apuntan a este factor.
- Dificultad para planificar o resolver problemas: Pueden perder la habilidad para desarrollar un plan o hacer cálculos. Es posible que estas operaciones las desarrollen en un tiempo notablemente superior al que lo hacían antes.
- Dificultad para realizar tareas rutinarias en el hogar o en el trabajo.
- Desorientación de tiempo o lugar.
- Dificultad para comprender imágenes visuales y cómo los objetos se relacionan los unos con los otros.
- Nuevos problemas con el uso de palabras en el habla o a nivel escrito.
- Colocar objetos fuera de lugar y olvidar dónde se encuentran.
- Disminución o falta de buen juicio, incidiendo en su conducta.
- Pérdida de iniciativa para tomar parte en el trabajo o actividades sociales.
- Cambios de humor y personalidad.
Si estos signos aparecen esporádicamente, quizá tengan que ver con la edad, pero si son más recurrentes y habituales, hay que ir al médico.
Tratamiento
En la actualidad, se sigue investigando su cura, dado que aún no existe. Los fármacos existentes no detienen su avance, pero sí logran ralentizarlo y extender la autonomía de estas personas.
Los medicamentos autorizados y más comunes son el donepezil, galantamina, rivastigmina y memantina. Los tres primeros son inhibidores de la colinesterasa, lo que desacelera la descomposición de un neurotransmisor clave; mientras que la memantina bloquea los receptores de NMDA que, en la enfermedad del alzheimer, pueden llevar a una sobreexposición cálcica crónica de la célula y acelerar el daño de estas. De este modo, con este fármaco, esto se retrasa.
Otros elementos interesantes para la estimulación de la memoria son los juegos de estrategia, lenguaje o cálculo y la interacción social. Todo esto también tiene que ir acompañado de una correcta alimentación y de la práctica de actividad física en el inicio del desarrollo de la enfermedad. En este sentido, un diagnóstico temprano puede contribuir a ganar tiempo y planificar mejor el tratamiento.