Qué es el detector de fatiga y cómo funciona

Los conductores deben tomarse un descanso después de dos horas seguidas al volante o tras haber hecho entre 150 y 200 kilómetros sin parar
El cansancio de un conductor le puede hacer tener un comportamiento errático al volante y es una de las causas principales de accidentes
El coche avisa de la fatiga del conductor a través de una señal luminosa, acústica o a través de la vibración del volante
Conducir con tranquilidad y con toda la atención puesta en la carretera es importante para la seguridad del conductor, del resto de ocupantes del vehículo y de las demás personas que transitan por la vía pública.
De las primeras cosas que se aprenden en las lecciones teóricas para sacarse el carné de conducir es que hay que evitar ir al volante cuando estamos fatigados y que, si hay que hacer un recorrido muy largo, es absolutamente necesario parar a descansar cada dos horas o cada 150 o 200 kilómetros recorridos.
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Sin embargo, hay veces que estamos muy cansados y es importante hacer estas pausas con más frecuencia para evitar riesgos y peligros. Para determinar si un conductor está en buenas condiciones físicas y mentales para conducir, los coches disponen de lo que se conoce como un detector de fatiga.
Qué es un detector de fatiga
Con el paso del tiempo, los vehículos cuentan con sistemas y medios más eficaces para poder conducir con tranquilidad y seguridad. Es cada vez más habitual que los coches vayan equipados de un sistema de detección de fatiga, cuyo objetivo es avisar al conductor cuando le convenga un descanso porque física y mentalmente está cansado y eso supone un peligro para conducir.
El sistema monitoriza el rendimiento y actitud que tiene el conductor cuando está en condiciones normales y óptimas. Con este análisis, compara el uso de intermitentes, de velocidad de reacción, el tiempo que hay entre un cambio de marcha y otro, las veces que el piloto tiene que corregir la trayectoria o los movimientos que realiza cuando no está en sus plenas facultades.
Los vehículos más nuevos también disponen de un sistema de reconocimiento facial que da valores más ajustados y precisos sobre la fatiga, basándose en los bostezos que hace una persona, cuántas veces parpadea o en qué se fijan los ojos del conductor.
Si estos datos concluyen que el conductor está fatigado y que debería parar, el sistema avisa a través de una señal luminosa, por la pantalla del coche, a través de un sonido o incluso con la vibración del volante que supera el valor mínimo del índice de fatiga.
El conductor puede omitir esta notificación, ya que se trata de una advertencia, pero lo más sensato es tenerlo en cuenta y pararse a descansar. El cansancio y la fatiga es una de las causas principales de los accidentes de tráfico que se producen en nuestro país. Por lo tanto, siempre hay que anteponer la responsabilidad, el sentido común y la seguridad.