Quiénes reciben la herencia si no hay testamento


Herencia en vida, ¿cuáles son sus beneficios?
Con el testamento se certifica la distribución que una persona quiere que se haga de sus bienes el día en el que ya no esté
Si no hay documento acreditativo, los llamados a aceptar la herencia son determinados por la ley
El testamento es uno de los trámites más importantes y habituales que debe hacer una persona para que sus posesiones no se pierdan. Un procedimiento legal que va a garantizar que se cumplan las últimas voluntades de aquel ciudadano en el caso de que muera.
Un documento que a su vez va a dar garantías de que todos los bienes van a ser traspasados y repartidos entre aquellas personas que el fallecido haya escogido como herederos. En otras palabras, dota de seguridad jurídica tanto al testador como a los beneficiarios, ya sean familiares o no, para evitar o ahorrar futuros problemas en cuanto a desacuerdos se refiere.
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Una gestión considerada conveniente, con un coste no muy alto y que se puede hacer incluso desde casa sin la necesidad de acudir al notario. Ahora bien, con una serie de requisitos que hay que cumplir para que sea válido. Aunque los hay que formalizan su testamento siendo menores de edad, otros sin embargo no lo llegan a hacer. Una situación que puede conllevar a que sea la ley quién tome decisiones sobre las posesiones y el capital del difunto.
Sin rastro del testamento: qué ocurre
Primero de todo hay que tener en cuenta que, con o sin testamento sobre la mesa, los herederos legitimarios o forzosos siempre y sin excepción reciben una parte de la herencia. Estos, según el Artículo 807 del Código Civil, son los hijos o descendientes, los padres o ascendientes y en última instancia el cónyuge viudo en los términos que se establezcan. Eso sí, éstos últimos siempre tienen destinada una parte del total.
Ahora bien, cuando una persona fallece sin haberse otorgado un testamento se lleva a cabo la conocida como sucesión intestada o abintestato, un procedimiento que consiste en repartir la herencia según marca la ley y sin contar con las últimas voluntades, ya que no han sido registradas en ningún documento legal.
En esta situación tan concreta, la ley va a determinar quiénes son los herederos en el orden de prelación. Según el artículo 913 del Código Civil, aquellos son los parientes del difunto, el viudo o la viuda y el Estado.
¿Y si no hay ningún familiar vivo?
En ese caso, tal y como también recoge el último artículo citado del Código Civil, los bienes pasan a pertenecer al Estado, quien puede dividir la herencia en varias partes beneficiando a instituciones, tanto públicas como privadas, del lugar en el que residía el fallecido.