Son unas ampollas que supuestamente rejuvenecen el rostro
Entran en tropel, en pocos segundos han llenado los escasos diez metros cuadrados libres de la farmacia de José Antonio. Vienen con las ideas claras y en la mano sus teléfonos móviles con una imagen del producto que buscan. Se trata de las ampollas Proteos Hydra Plus de MartiDerm por sus supuestas propiedades rejuvenecedoras del rostro. Aquí cuestan entre 35 y 56 euros, según su composición; en sus países, Corea y China, más del doble. Algunos ni siquiera hablan inglés, mucho menos español, pero el poder del lenguaje universal de la mímica y la abrumadora autoridad de la fotografía hacen posible la comunicación.
Unos minutos bastan para agotar el estante en donde se exhibe el producto, que se ha hecho enormemente conocido en Asia gracias a una youtuber que lo ha popularizado en las redes. “Voy a probarla porque me la han recomendado mis amigos. Si va bien igual vuelvo a España a por más”, nos asegura entre risas Shui, una joven china que a sus 24 años, y aún sin rasgos visibles de la edad en su rostro, se muestra preocupada por cuidar su cutis de cara al futuro.

“Los asiáticos son todos muy coquetos, se preocupan mucho por la belleza. Tanto hombres como mujeres”, nos explica José Antonio, dueño de la farmacia de la calle Franco. Él ha adaptado su negocio a este nuevo perfil de consumidor y en su farmacia se puede pagar con Alipal, un método que en Asia se utiliza habitualmente para pagar desde el móvil sin ni siquiera tener que usar tarjetas de crédito, algo similar a nuestro Paypal. También son muchos los clientes asiáticos que piden el formulario Tax Free, que permite que puedan pedir la devolución del IVA al volver a su país.
Y no es la única farmacia que ha sabido aprovechar el tirón asiático. Hace tres años, conscientes del creciente nicho de mercado que empezó a surgir en los centros de las principales ciudades turísticas españolas, los farmacéuticos sevillanos no lo dudaron. En muchos escaparates de farmacias situadas en los lugares de mayor tránsito de turistas, se empezaron a ver carteles en coreano o en chino. Todos colocados junto a las ampollas “milagrosas” españolas que adoran los asiáticos, de las que se consumen más de 50.000 unidades al día en todo el mundo.