Según los expertos, la termómetros callejeros no son fiables
Pasar por una calle y que el termómetro de una marquesina marque 46 grados. Nuestra sensación de calor aumenta sólo con ver la cifra. Pero ¿son realmente fiables esos termómetros? El meteorólogo Carlos Balseiro es rotundo: en absoluto.
En situaciones de mucho calor, un termómetro que esté al sol da unas cifras que están muy lejos de la realidad. “Hasta 5 o 10 grados por encima”, asegura Balseiro, responsable de la web 4 gotas.com. “Incluso aunque el termómetro esté bien calibrado, en marquesinas y farmacias están dentro de un habitáculo cerrado que suele ser metálico o de plástico. Eso impide ventilar y hace que se sobrecaliente”.
Tampoco nos asustemos con lo que veamos en el coche. “Recibe el reflejo del calor del asfalto y aire sobrecalentado”, explica Balseiro. Sólo podemos fiarnos de la temperatura cuando el vehículo esté en marcha y en días en que el calor no sea excesivo.

Para saber realmente a cuántos grados estamos hay que recurrir a las estaciones meteorológicas. Siempre están situadas en un lugar que tenga césped debajo, para evitar que el reflejo del suelo haga que suba la temperatura. Además, los termómetros están dentro de un cajetín de madera con láminas inclinadas, para que no pase el sol, pero sí el aire. Es decir, se aseguran de que los termómetros estén “siempre a la sombra y ventilados”.
La Organización Meteorológica Mundial fija estos y otros requisitos, comunes a todas las estaciones y que garantizan que la medición sea adecuada. Así, cada una de las 2.750 estaciones que hay en España tiene dos termómetros a 1,5 y 2 metros del suelo protegidos por una estructura de madera pintada de blanco, para evitar diferencias de radiación.