El robot Pepper, el nuevo mejor amigo para los enfermos de alzheimer

Crean un robot para tratar a los enfermos de alzehimer
Todavía está en fase experimental
“¡Hola, soy Pepper! ¿Quieres que te cante un villancico?” Así es como se presenta el nuevo robot ideado para ayudar a los ancianos con alzheimer. Se llama Pepper, mide 1.40, tiene cara de muñeco simpático y le gusta poner ojitos a las abuelas. Ante tal ejemplar, ellas, por supuesto, responden que sí a todo encantadas. Pepper es tan gracioso como eficiente. Y según las últimas pruebas a las que le han sometido, incluso es más eficiente que un terapeuta humano. Es capaz de mantener a un grupo de ancianos con alzheimer escuchándole atentamente durante una hora. Algo impensable o muy difícil de conseguir para los terapeutas que habitualmente tratan con ellos.
Los enfermos de alzheimer responden mejor a un robot que a una persona
“El problema de las enfermedades degenerativas como el alzhéimer es que las personas pierden la capacidad de concentración y se evaden; pero los últimos estudios médicos que hemos realizado demuestran que estas capacidades mejoran cuando tienen que interaccionar con un robot en vez de con un humano”, explica Javier Morano, bioinformático (sí, una mezcla extraña entre biólogo e informático rara de encontrar) y especialista en inteligencia artificial. Él está detrás de este nuevo avance pionero que la empresa Datahack acaba de presentar en el Congreso de Big Data & Analytics de Barcelona.
“El robot no se cansa nunca de escucharles y repetirles mil y una veces la misma canción o historia con la ilusión de la primera vez”.
¿Por qué los ancianos responden mejor a un robot que a una persona? La respuesta es sencilla según Morano: “Les llama la atención y lo más importante, no se cansa nunca de escucharles y repetirles mil y una veces la misma canción o historia con la ilusión de la primera vez”. Además, les ayuda a recuperar sus recuerdos: Puede recordarles que por ejemplo hoy son las fiestas de su pueblo e incluso enseñarles fotos de sus familiares en la pantalla que lleva incorporada a su busto. Todo esto gracias a los datos sobre los pacientes que se han introducido en la memoria del robot. Y no solo puede ayudar con los ejercicios mentales, también hace de fisioterapeuta. Y es estricto: “¡nada de hacer estiramientos a medias! Si hay que levantar el brazo 30 grados, os puedo asegurar que serán 30 grados exactos, ni más ni menos”, explica Morano.
Recuerda a los ancianos las fiestas de su pueblo y les enseña fotos para ayudarles a recuperar la memoria
Gracias a los avances de la inteligencia artificial, Pepper está preparado para reconocer emociones e interpretarlas. Es lo que se llama deep learning: interpreta las conversaciones que escucha y las procesa para poder contestar con naturalidad. Incluso tiene voz humana: “teníamos muy claro que lo más importante era que Pepper pareciera humano, que no sonara como un robot. ¡Habla incluso mejor que Siri!”, explica Lourdes Hernández, CEO de Datahack. “Se puede programar para que su voz nos sea familiar: puede tener voz de hombre, de mujer, de niño o incluso la de alguien que conozcamos” añade.
Escucha, habla, reconoce emociones y las interpreta. Incluso tiene voz humana
Pepper está todavía en fase experimental. Las primeras pruebas se han hecho ya en el Centro de Referencia Estatal del Alzhéimer en Salamanca y los resultados han sido muy buenos. Tanto, que el centro se está planteando ya incorporarlo a su rutina.
Es muy efectivo para mejorar la evolución y el diagnóstico de las enfermedades degenerativas y también tiene mucho potencial entre los niños
De momento Pepper no está al alcance de todos: cuesta 18.000 euros a lo que hay que sumar el coste de programarlo con la información específica de cada paciente (es tan complejo que desde Datahack todavía no son capaces de calcular cuánto cuesta). El proyecto es embrionario y pionero, hay que seguir trabajando para perfeccionarlo, pero sus creadores esperan que dentro de un año ya pueda empezar a verse en algunas residencias o centros de la tercera edad.