"Si yo no hubiera tomado Depakine mi hijo no sería ni sordo, ni autista"

Un Juzgado acepta a trámite la pelea judicial entre la farmacéutica Sanofi y los afectados por el ácido valproico
Las familias reclaman cerca de cinco millones de euros por el daño causado a los niños
David tiene 15 años, está en 4º de la ESO, es sordo, autista, tiene déficit de atención y es un luchador nato. Tiene un 72% de discapacidad. Su madre Cati Gallardo, epiléptica desde los 20 años, tomo Depakine durante el embarazo. “El neurólogo me recomendó que no dejase de tomar el medicamento mientras estaba embarazada”, cuenta la madre.
El principio activo del Depakine es el ácido valproico, un fármaco contra la epilepsia, que se asocia a malformaciones y retraso en el desarrollo del feto de la gestante que lo toma.

David ya nació con problemas. Fue una amiga la que le dijo que podía ser por el Depakine. Y empezó su lucha. "Solo repetía en mi cabeza si yo no huera tomado Depakine mi hijo estaría bien”. Fue en 2017 cuando el médico Juan Antonio Ortega, del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca en Murcia, evidenció que los problemas de David eran por el ácido valproico. Así que antes de quedarse embarazada de su segunda hija dejó de tomarlo. Su hija de 9 años está completamente sana.
Hoy celebra a medias “esto va a ser muy largo”, dice Cati que un Juzgado de Primera Instancia de Madrid haya aceptado a trámite el recurso presentado contra la farmacéutica Sanofi, dueña del Depakine. El recurso ha sido interpuesto por las familias de cuatro menores que sufren retraso cognitivo y cuyas madres estaban en tratamiento con ácido valproico en sus embarazos.
He llorado tantas veces pensando que va a ser de mi hijo cuando yo no este y me he sentido tan culpable
Carmen Rosa Galán es madre de un niño de 17 años con un trastorno del espectro autista (TEA), con una discapacidad reconocida del 51%. Ella es epiléptica desde los 9 años con 19 empezó a tomar Depakine. A los 35 se quedó embarazada. Leyó el prospecto y lo consultó con su neurólogo. Le consulté que el medicamento podía producir espina bífida, pero él me aseguró que no pasaba nada. A los tres años vimos que mi hijo tenía algún problema. No se relacionaba en el cole, tenía un comportamiento raro”, cuenta Carmen.

Ahí empezó una odisea de médicos hasta que le diagnosticaron Síndrome de Asperger. Tardó 15 años en alguien le relacionara el Depakine con lo que le pasaba a su hijo. Una pediatra le dio la pista. “Hay estudios que relacionan el TEA (trastorno del espectro autista) con el consumo de ácido valproico durante la gestación", le dijo. Fue a hablar con el neurólogo del Hospital La Paz que la trató durante el embarazo y este le respondió sabíamos que era malo, pero no tanto. “Se me cayó el alma a los pies, todo era por mi culpa, asegura la mujer.
Si yo no hubiera tomado Depakine mi hijo estaría bien
Carmen es la Presidenta de la Asociación de Afectados por el Ácido valproico (Avisav). La asociación tiene más de 60 familias en toda España aunque se desconoce cuántos afectados hay. En Francia, por ejemplo, hay más de 5.000 familias. Hoy en día el Depakine no se prescribe para embarazadas, mujeres en edad fértil y niñas, pero el abogado de las familias que han interpuesto la demanda, Ignacio Martínez, asegura que hay familias con niños de dos años diagnosticados con TEA (trastorno del espectro autista) y que sus madres han tomado Depakine durante el embarazo.
Los afectados reclaman una indemnización de más de cinco millones de euros por los daños que padecen sus hijos. La denuncia explica que el Depakine es un producto defectuoso, ya que la farmacéutica no informó suficientemente ni a las madres ni a los médicos del riesgo de provocar múltiples malformaciones y el TEA (trastorno del espectro autista) a los fetos.
Hay estudios que relacionan el TEA con el consumo de ácido valproico durante la gestación
Sanofi, por su parte, responde a esta demanda argumentando que lleva proporcionando información sobre el riesgo de malformaciones en el feto desde comienzos de la década de los ochenta del siglo pasado. Además ha compartido con las autoridades sanitarias españolas los datos relevantes acerca de la incidencia de retrasos en el desarrollo neurológico en los niños expuestos al valproato sódico durante el embarazo.