Las aguas fecales de A Coruña demuestran que hay el triple de contagios que los detectados

Un estudio permite estimar el número de portadores a partir de la carga viral presente en las aguas residuales
Este tipo de detección anticipa las cifras hasta dos semanas porque no espera a que se presenten síntomas
En la gráfica hecha a partir de estos datos se observa un aplanamiento de la curva
La depuradora de A Coruña se propuso en el mes de abril ejercer de centinela del coronavirus. Las aguas fecales contienen una ingente cantidad de información sobre nuestros hábitos de consumo y enfermedades, y en ellas también está presente la covid-19, que se excreta a través de las heces. Un equipo de científicos ha creado un modelo matemático que permite estimar el número de portadores a partir de la carga viral presente en el agua. Su primera conclusión es que hay tres veces más infectados de los que las pruebas diagnósticas detectan.
La estación depuradora de aguas residuales de Bens recoge las aguas fecales de A Coruña y cuatro ayuntamientos de su área metropolitana, Arteixo, Cambre, Culleredo y Oleiros. A la planta llegan datos de 400.000 habitantes. La foto fija más reciente que presenta este estudio es del 21 de enero. Para esa fecha, CovidBens estima unos 7.600 portadores del virus, mientras la sanidad gallega notificó un total de 2.556 positivos a través de las pruebas de detección. El desfase es de unos 5.000 casos o, lo que es lo mismo, se detectaron solo la tercera parte de los positivos.
Pero lo que se va por nuestros desagües no solo ofrece una estimación del número de casos a tiempo real y sin necesidad de pruebas médicas sino que además lo hace de forma anticipada. "Hasta 18 días antes", concreta Margarita Poza, microbióloga de la Universidade da Coruña y coordinadora del proyecto. "El virus está presente en nuestro organismo desde el momento de la infección, mucho antes de mostrar síntomas", explica. Por eso, en el agua vemos lo que va a pasar dentro de quince días aproximadamente. Y lo que esa gráfica enseña ahora es que la curva empieza a aplanarse. Al menos, el aumento de casos se ralentiza. "Nosotros detectamos antes los cambios de tendencia, y ahora vemos que se produce uno, son buenas noticias". Pero el traslado de ese cambio tardará al menos un mes en notarse en la presión hospitalaria. No es la primera vez que el modelo permite ver el futuro de la curva. "Ya nos pasó otras dos veces desde que empezamos a aplicar el modelo en julio", recuerda Poza.
Obviamente, la gráfica también ofrece datos del pasado. A través de las muestras recogidas desde hace meses observamos el origen de la tercera ola. El ritmo de contagios empezó a acelerarse un poco antes de Navidad. Los casos caían hasta mediados de diciembre; a partir de ahí, se disparan. La cuesta arriba comienza dos semanas después del puente de la Constitución.
Además, este modelo permite precisar las zonas donde el virus está más presente. Esto es posible gracias a que las muestras no se recogen solo en la estación depuradora a la que llegan los residuos de los cinco ayuntamientos, sino que también se captan en puntos intermedios. Discriminar por zonas a tiempo real podría facilitar la detección de un brote y controlarlo de forma temprana. Como ocurrió con el repunte de casos en Arteixo. "Nunca habíamos visto una carga viral tan brutal", recuerda la coordinadora del proyecto.
Con esa información, el equipo CovidBens reporta informes semanales a los ayuntamientos, la Xunta de Galicia y el ministerio de Sanidad.