Alberto, el sanitario que pasó su cumpleaños entregando mensajes a los pacientes de IFEMA


Alberto Arcos envió mensajes de sus familiares a pacientes de coronavirus aislados
El sanitario trabaja en el SUMMA 112 pero ahora hace las guardias en el hospital de campaña de IFEMA
Alberto Arcos sentía la responsabilidad sobre sus hombros. Este Técnico en Emergencias del SUMMA 112 de Madrid había sido derivado a IFEMA, el hospital de campaña montado en tiempo récord para atender a pacientes con coronavirus. No sabía qué se iba a encontrar exactamente, pero lo intuía porque había visto las fotografías que se habían publicado del interior de las instalaciones.
“Si para un enfermo ya es duro estar en un hospital normal, imagina lo que es ingresar en un espacio enorme como IFEMA, un poco desangelado. Y más con una patología desconocida como la COVID-19. Los pacientes lo pasan mal. Además, están solos. Sin nadie a su lado”. Y por eso, Alberto empezó a darle vueltas a la cabeza.
“Yo normalmente intento sacarles siempre una sonrisa. Además de trabajar en el SUMMA 112, también soy actor y bailarín”. Así que se propuso eso. Hacerles reír. Y algo más.
“Pensé en lo solo que se tenían que sentir pero también en la angustia de los familiares. Sobre todo aquellos que no tenían teléfono. Y decidí hacer de mensajero. Publiqué en twitter que esa noche iba a ir a IFEMA y que si alguna persona quería comunicarse con un familiar o amigo y no podía, me avisara. Yo lo haría por él o por ella”.
El viernes, el sábado y el domingo estaré de nuevo de guardia por las noches en el pabellón 9 de IFEMA
— Alberto Arcos (@AlbertoArcosWeb) 1 de abril de 2020
Si tenéis algún familiar allí y queréis q le diga algo me lo comentáis.
Me pondré en contacto con todos pero con especial atención en los mayores q no tienen móvil.
RT PLEASE pic.twitter.com/MuMQBO2gaR
La lista de Alberto
En solo unos minutos Alberto empezó a recibir notificaciones. Algunos agradecían su gesto, otros le animaban. Y sí, también hubo familiares de enfermos ingresados en IFEMA que le pidieron ayuda. El sanitario hizo una lista. Fue apuntando los datos de los pacientes. Dieciséis en total.
Con esos nombres grabados en la libreta llegó al hospital de campaña. Era como había imaginado pero le impresionó “el silencio que había en un espacio tan grande”. Se colocó el Equipo de Protección Individual (EPI), una mascarilla y una especie de pantalla en la cara. Y empezó su trabajo. Tomar la temperatura, la tensión arterial, la saturación de oxígeno en sangre, ayudar a los pacientes a moverse, dar medicación… “El trabajo es muy intenso y mucho más con los trajes de protección. Por lo que cada tres horas, descansamos una”. O lo intentan.

Alberto aprovechó esas horas de descanso para ir buscando a los dieciséis pacientes de su lista. Los localizó en el parón de las 23:00 horas y en de las 03:00 de la madrugada. Cuando acabó su turno, a las 08:00, ya sabía dónde estaban todos los pacientes de su lista y fue a buscarlos uno a uno.
Los destinatarios de los mensajes
María Jesús, una mujer de unos 70 años, había ingresado en el pabellón 9 de IFEMA sin móvil. Llevaba días sin saber de los suyos. Ni los suyos de ella. Su hija Aurora le había mandado una foto a Alberto para que se la enseñara a su madre junto a unas palabras. La imagen era de ella embarazada de varios meses y el mensaje decía “no te preocupes, estamos bien y te estamos esperando”. La futura abuela “rompió a llorar”, nos cuenta Alberto, que se queda en silencio durante unos segundos al otro lado del teléfono. “Perdona que me emocione. Me pasó lo mismo allí con María Jesús. Los dos acabamos entre lágrimas”.
El padre de Sonia también estaba en la lista. “Su hija le manda mucha fuerza y mucho ánimo, le dije al señor, que tenía oxígeno puesto”. Él se emocionó y le preguntó a Alberto si eran amigos. “Más o menos”, le contestó el sanitario.
Otra señora mayor ingresada. Llevaba varios días allí sin teléfono móvil. Su hijo le había pedido a Alberto que le dijera que “Nacho está con el duende, ella lo entenderá”. Eso le dijo, y claro, la mujer lo entendió.
Y así fue haciendo de mensajero el sanitario. La mayoría de los pacientes era gente mayor. Unos no tenían móvil, otros no lo llevaban encima en el momento del ingreso y otros no podían cogerlo porque su estado se lo impedía. “De los 16 conseguí contactar con 15. Al último no fui capaz de localizarlo”.
El cumpleaños más especial
Alberto trabaja en el Servicio de Urgencias de Atención Primaria (SUAP), que pertenece al SUMMA 112. Como ahora se ha suspendido su actividad, realiza las labores de Técnico en Emergencias donde le requieren. Sus cuatro compañeros habituales ya han caído por coronavirus.
“Yo voy a seguir trabajando al 100 %. Y si me toca, qué le vamos a hacer”. En un par de noches este sanitario de 39 años volverá a IFEMA. Y continuará poniendo en contacto a todo aquel que se lo pida. “Ha sido una experiencia increíble poder hacer algo así en medio de este horror provocado por el coronavirus”. Y antes de despedirse confiesa algo. “Ese día era mi cumpleaños. Fue precioso vivirlo así, compartiendo la emoción con mis pacientes. El mejor regalo posible”.
Felicidades Alberto.