El amor de Maje y Salva: unidos por un crimen y separados por una infidelidad en la cárcel


El hombre declaró ser el autor material del crimen aunque cambió su versión al enterarse de que ella flirteaba con otro interno
Los dos se encuentran en la prisión de Picassent: Maje sirve comidas a las reclusas más peligrosas y Salva trabaja en la biblioteca
La joven comenzó una relación con un asesino hace un año y mantienen vis a vis periódicamente
María Jesús Moreno lleva varios días muy nerviosa. Lo han notado en la cárcel. Tiene que declarar ante el juez y ante las cámaras. Sabe que su caso es mediático. Apodada "la viuda negra de Patraix", fue detenida hace tres años junto a su amante Salvador Rodrigo, por matar a su marido, el ingeniero Antonio Navarro, en un garaje de la calle Calamocha de Valencia.
Salva confesó ante el juez que Maje le había preguntado si sería capaz de hacerlo y él había aceptado, como una demostración de amor. Los dos fueron enviados a prisión provisional acusados de homicidio: Maje como inductora y Salva como el autor material de las siete puñaladas que acabaron con su vida.
Pero su relación se rompió en la prisión de Picassent, después de que él se enterase que la mujer flirteaba con otro interno. Los reclusos se burlaban, llamandole "pringao" y "cornudo", según fuentes penitenciarias. Durante un tiempo permaneció en la enfermería, protegido de posibles agresiones. Entonces decidió cambiar su versión y acusar del crimen la mujer, que desde hace un año mantiene una relación con otro reo, también condenado por asesinato con el que mantiene vis a vis periódicamente.
Este miércoles Maje y Salva volvieron a encontrarse en la Audiencia Provincial de Valencia, con los rostros cubiertos con mascarillas. No se miraron a los ojos. La mujer lleva ahora unas mechas rubias y la melena más larga. El hombre ha cogido peso y se ha rapado el pelo. Los miembros del jurado les observaban de cerca. Deberán emitir su veredicto sobre si la mujer convenció al hombre para que perpetrase el crimen o lo hizo por voluntad propia.
El amor: declaración inicial
Maje tenía 26 años cuando se casó con Antonio de 37, en septiembre de 2016. Se habían conocido a través de uno de los cuatro hermanos de ella. Venía de una familia muy religiosa de Novelda (Alicante). Había estudiado en un colegio de monjas y se marchó a estudiar enfermería a Barcelona. Durante la investigación quedó al descubierto que durante el noviazgo y el matrimonio había mantenido relaciones paralelas con otros cuatro hombres.
Uno de ellos era Salvador, un celador y compañero del hospital Casa de la Salud de Valencia, 20 años mayor que ella. Se escribían cartas apasionadas, se llamaban por teléfono y se veían a escondidas. "Me gusta, me atrae, lo deseo", manifestaba Maje, en un escrito intervenido por la Policía. No llegó a celebrar su primer aniversario de boda.
El escrito de la fiscalía recoge que el hombre sentía "una profunda dependencia emocional hacia la acusada" y que esta le relataba "los problemas que decía tener con su esposo, incluyendo episodios de violencia". Pero ni una sola vez había denunciado ser víctima de malos tratos.
El resto de los hombres con los que había sido infiel a su esposo también afirmaron haber escuchado malas palabras hacia Antonio. Dos meses antes del crimen había enviado un mensaje de telegram a uno de ellos, en el que en tono amenazante había escrito: "quiero que se muera, le deseo un mal, esto lo va a pagar caro".

Aquella mañana Salva entró en su moto en el garaje donde Antonio había aparcado el coche. Llevaba un cuchillo y unos guantes. Según el escrito de acusación se avalanzó sobre él y lo acuchilló. La autopsia determinó que le seccionó el corazón y los pulmones. Fue "un ataque a traición". Su intención era que pareciese que había sido víctima de un robo.
La infidelidad: cambio de versión
Durante la fase de instrucción Maje y Salva no podían mantener comunicaciones, a pesar de que se encontraban en las mismas instalaciones del centro penitenciario valenciano. La imputada comenzó a trabajar como ordenanza, sirviendo las comidas a las reclusas más peligrosas, que están en primer grado. Reparte el desayuno, el almuerzo y la cena. Lleva las bandejas hasta sus celdas y les suministra productos del economato. También limpia las oficinas de las funcionarias y la zona de aislamiento del módulo de primeros grados.
La vida le ha cambiado por completo. Aún así, fuentes penitenciarias aseguran que su comportamiento siempre ha sido correcto, que nunca ha tenido un incidente y que es respetuosa con las funcionarias y el resto de las internas. Poco después de ingresar en prisión comenzó a coquetear con un hombre y Salva se enteró, por lo que decidió cambiar su versión.
También fue sorprendida coqueteando con un pederasta, que trabaja como ordenanza en el polideportivo. El hombre se coló en un departamento para poder hablar con ella aunque no llegaron a mantener relaciones sexuales en ningún momento.
El imputado se sintió despechado y entonces comenzó a decir que había sido cómplice de las artimañas de la mujer. La Dirección decidió separar a los amantes de Patraix. Salva fue trasladado a otro edificio, al otro lado de una carretera que divide en dos el centro penitenciario valenciano. Comenzó a trabajar en la biblioteca y a pasear por todos los módulos. Se hizo fuerte y a decir que no quería saber nada de la mujer.
Este miércoles la abogada de Salvador presentó un nuevo informe pericial sobre el estado psicológico del hombre y pidió su libre absolución. La Fiscalía solicita 22 años de cárcel para la mujer y 18 para él. Además de una indemnización de 250.000 euros para los padres y el hermano de la víctima.