Antonio Cano: “Tras la muerte de un familiar puede aparecer la culpa por no despedirte de él”

El catedrático de Psicología, Antonio Cano, asegura que cuando se perturba el desarrollo normal de un duelo pueden seguir apareciendo reacciones negativas con el paso del tiempo como la culpa y la tristeza
Es la mayor de las crueldades de esta pandemia. Los miles de fallecidos por COVID-19 que han muertos solos. En la habitación de un hospital, de una residencia de ancianos. Sin sus familiares cerca. Si un adiós, ni una despedida. Los psicólogos aseguran que esto tendrá consecuencias para aquellos que se quedan. Lo llaman la patología del duelo abierto o no superado. Las rémoras de la culpa por no haber hecho un duelo normal. Hablamos de este tema con Antonio Cano, catedrático de Psicólogía de la Complutense y presidente de la Asociación Española para el Ansiedad.
Pregunta. ¿Seguirán sufriendo aquellos que no han podido acompañar a sus familiares en el lecho de muerte?
Respuesta. Cuando algo perturba el desarrollo normal de un duelo, decimos que un duelo no se ha cerrado. Y cuando esto sucede, a pesar del paso del tiempo, siguen manifestándose intensas reacciones de tristeza y de otras emociones negativas como la culpa.
P. ¿Por qué es tan necesario el duelo tras la muerte de alguien cercano?
R. El ser humano es un ser social que crea vínculos emocionales fuertes con las personas de su entorno desde que nace. Y esos vínculos afectivos son muy perdurables e intensos y, en buena parte, la base de los grupos sociales, como la pareja y la familia. Estos vínculos no se rompen, tardan mucho tiempo en irse diluyendo y para que vayan disminuyendo estos vínculos tiene que ocurrir un proceso de duelo normal.
P. Y ¿qué es un duelo normal?
R. La aceptación de la muerte, de la pérdida. Y la ausencia de culpa por esa pérdida. Cada uno tiene que vivir el duelo a su manera, pero se tiene que quedar tranquilo en su dolor. No deben quedar preguntas abiertas del tipo: "¿Cómo lo habrá vivido mi padre o mi madre?".
P. Pero en este caso, ¿por qué tiene una persona puede tener culpa?
R. La culpa es muy irracional. Puede aparecer porque no se le ha dado el último adiós a un familiar, aunque no haya dependido de él.
P. Ahora en Ifema están dejando que acuda un familiar para despedirse de un allegado… Esa situación también debe ser traumática…
R. Habrá personas que lo vivan como un trago emocional tan fuerte que, incluso, no querrán ir. Pero si no van, se van a sentir culpables. Es mejor ir. Es mejor hacer lo que crees que debes hacer, aunque te duela y te resulte muy doloroso.
P. Para aquellos que no han podido despedirse de sus familiares, ¿qué les aconseja?
R. Lo mejor es el apoyo social, que hablen con las personas de su entorno para que les ayuden a encauzar su vida. No se puede obligar a una persona a que hable de un tema tan delicado como el duelo, pero sí ayudarle con compañía. A veces, sin decir nada, es bueno estar. Le puedes decir a alguien: "Sé que lo estás pasando mal, si necesitas algo estoy aquí". Y recordárselo con cierta frecuencia.
P. Y a los niños, ¿hay que contarles todo lo que está pasando?
R. Ocultárselo es sobreprotegerles y no enseñarles qué es la vida. Lo mejor que podemos hacer es enseñarles adaptarse a la vida. Si no les enseñamos cómo cocinar u ordenar, serán unos inútiles y tendrán problemas en el futuro. Hay cuentos especiales para leer a los niños a los que se les ha muerto su abuelo. Se trata de contarles que la muerte existe, de forma que no sea traumática pero sin sopreprotegerles y sin engañarles sobre qué es la vida.
P. ¿Pasará factura emocional a la sociedad todo lo que se está viviendo por esta pandemia?
R. Ahora estamos viendo que la vida no es solo felicidad sino muchas otras cosas. Todo lo que hace daño puede ayudar a madurar. Nuestra sociedad ha vivido de espaldas a la muerte. Los niños no van, por ejemplo, a los velatorios, como si hubiera una negación de esta. La pandemia nos está haciendo ver que la muerte está ahí y que nos vamos a morir todos. Incluso que puedes morir de cualquier bobada, en cualquier momento.
P. ¿Cuándo nos recuperaremos a nivel emocional de todo lo que hemos pasado?
R. Pasará pronto. Tras los atentados del 11-M en Madrid, el 8% de la población sufrió depresión, y el 10%, estrés postraumático, pero al cabo de seis meses o un año estos síntomas habían remitido. Estos estresores sociales tan potentes afectan a muchas gente, con reacciones emocionales intensas negativas, generan trastornos de ansiedad, de estrés y de depresión, pero entre seis y 12 meses remiten, incluso sin ayuda profesional.
P. Entiendo que no todas las personas lo vivirán igual…
R. Hay muchas diferencias individuales. Unos lo viven de una manera y otros, de otra. Lo vemos incluso en cómo hacen unos y otros la ceremonia fúnebre en circunstancias normales… para algunos no es tan importante la ceremonia sino la elaboración propia del duelo. Hay personas que no pueden cerrar un duelo porque no han visto los restos de su ser querido. Y para otros, en cambio, no es tan importante.