Aplicaciones móviles para comer sano, ¿son realmente útiles?

Cada vez hay más aplicaciones móviles que etiquetan los alimentos según su salubridad
Los expertos nutricionistas aseguran que no todas estas apps son recomendables
Lo más importante, aseguran, es que los consumidores estén bien formados y mantengan su espíritu crítico
¿Sabes qué ingredientes lleva lo que comes? ¿Sabes si son saludables?
Si alguna vez te has hecho estas preguntas, probablemente, te estés planteando instalar en tu móvil una de esas aplicaciones que analizan los productos del "súper" y te dicen si son o no buenas para tu salud. Aplicaciones que con solo captar el código de barras te etiquetan el alimento y te dan una valoración del mismo. Así que ya no es extraño ir a hacer la compra y ver en los pasillos gente pegada a los móviles, escaneando productos.
Entre las mejor valoradas y más descargadas del mercado están apliaciones como Yuka, CoCo o Realfooding. Quizás dispongas ya de alguna de ellas. Pero, atención, porque "como en la tele, hay de todo, programas buenos y malos", asegura Marian García, nutricionista.
Lo más importante: el espíritu crítico y la formación
"Este tipo de aplicaciones pueden ser una herramienta válida", explica la experta conocida como Boticaria García, pero no se puede olvidar lo más importante y es que las personas tienen que tener espíritu crítico y una formación. Así que "si estas aplicaciones sirven para aprender, sí son válidas", pero esta doctora en farmacia no es partidaria de su uso, si lo que hacen es convertirnos en consumidores "dependientes de una aplicación móvil".
Porque la alimentación no es "blanco o negro", insiste la nutricionista. La gente quiere que le digas si un producto es bueno o malo y eso es muy difícil. Lo que sí está claro es que cuanto menos procesado y menos ingredientes tenga, más saludable es. Lo ideal, concluye la experta, sería que los productos estuvieran marcados con una etiqueta clara y explicativa sobre sus ingredientes, tal y como se hace ya en algunos países, entre ellos, Chile.
La nutricionista explica que no conoce en profundidad todas las aplicaciones que hay en el mercado. Lo que sí que ha hecho es analizar una de las más famosas: la francesa Yuka y el resultado no es bueno. De hecho, en su página web, Marian García explica varias razones por las que no se debería usar.
"Los alimentos no son matemáticas", explica la nutricionista Marian García
"Es una app que clasifica a los alimentos en excelente, bueno, mediocre y malo. El problema es que los alimentos no son matemáticas y la ejecución de la idea es muy complicada", escribe.
En el caso de Yuka, el 60 por ciento de la nota depende de Nutriscore, "una herramienta que todavía necesita perfeccionarse". El Nutriscore es una medida diseñada en base a la evidencia científica que, de forma voluntaria, aporta información nutricional sobre los productos, clasificándolos en cinco colores: el verde es el más saludable, y el rojo, el menos. El problema es que este "semáforo nutricional" ha generado cierta confusión con productos como el aceite de oliva que, aunque es saludable, obtiene una baja puntuación debido a su alto contenido en grasa.

El 30 por ciento de la nota de Yuka, continúa explicando Marian García, depende de criterios discutibles como son los aditivos, cuando los aditivos, insiste la nutricionista, son seguros en las dosis permitidas. No se puede promover la "quimiofobia" lanzando al consumidor la idea de que consumir aditivos supone un riesgo.
El 10 por ciento restante depende de si el producto es orgánico. Otro grave error, subraya, porque un producto bio o eco no es más nutritivo por el mero hecho de serlo. "Hay galletas orgánicas que siguen siendo galletas", pone como ejemplo.
Una herramienta útil pero insuficiente
Le preguntamos también sobre la utilidad de este tipo de aplicaciones móviles a Vanessa Losada. Esta consultora gastronómica coincide en señalar que, como en todo, hay aplicaciones buenas y menos buenas; aunque ella reconoce que sí recomienda a sus clientes alguna de estas aplicaciones, sobre todo aquellas que alertan de la "presencia de tóxicos". "Puede ser una herramienta útil para no tener que hacer la compra con el libro de instrucciones bajo del brazo pero es una herramienta insuficiente", argumenta, si lo que se quiere es comprar y alimentarse de forma consciente y saludable.