La misteriosa vida de la familia Kaver

"Los hermanos siempre estaban solos en el patio"
La madre asesoraba a mujeres con problemas de fertilidad
Los Mossos siguen buscando al hermano desaparecido
“Venían, cogían una galletas y una bebida, dejaban el dinero encima del mostrador y se iban. No hablaban”. Sergio regenta un pequeño colmado delante de la casa donde vivían Olga y sus dos hijos, en Mataró. Además, le llama la atención que nunca los vio ir a comprar juntos “siempre acudían cada uno por separado”.
El hermetismo y el misterio han envuelto a la familia Kaver desde el momento en el que se instalaron en el barrio de Cerdanyola de Mataró. Llegaron hace un año, un tiempo en el que nadie de sus vecinos ha conseguido intimar mínimamente con ellos. La mayoría ni siquiera les ha escuchado hablar: “apenas saben nuestro idioma”, apuntan los vecinos.
Solitarios y con actitudes extrañas en el instituto
Los dos menores llevaban pocos meses escolarizados en un instituto cercano. Sus compañeros de clase también coinciden en que eran dos personas muy herméticas. Llamaba especialmente la atención la actitud, en ocasiones extraña, de Stefan el hermano mayor, de 16 años: “a veces se levantaba en medio de clase y se ponía a dar vueltas por el aula”, explican los alumnos de cuarto de la ESO. Durante el recreo nunca le vieron acompañado de ningún compañero “siempre estaba solo, como mucho lo veíamos junto a su hermana pero parece una persona muy solitaria”. Eso sí, Karolina, la joven víctima de este terrible suceso, sí había conseguido entablar alguna que otra amistad en los apenas tres meses que llevaba en su nuevo instituto. Le ilusionaba practicar su deporte favorito: la natación. “Acababa de llegar de Rusia donde había participado en una competición”, nos cuenta la madre de una compañera de Karolina.
Asesoraba a mujeres con problemas de infertilidad
La madre, Olga, también destacaba por su frialdad. En su canal de YouTube se presenta como psicóloga, entrenadora, especialista en psicología de la infertilidad y el embarazo y madre de cinco hijos. Al parecer tenía algún tipo de consulta en su propia vivienda en la que podría asesorar psicológicamente a mujeres que tuvieran problemas para quedarse embarazadas. Una extraña consulta o negocio del que los vecinos del edificio no tenían constancia. Una muestra más del hermetismo que envuelve a esta familia.
Olga tenía tres hijos más que vivían en Rusia, su país de origen. Según explican algunos residentes rusos de Mataró, el pasado viernes había viajado a Moscú precisamente para celebrar el cumpleaños de uno de sus hijos mayores. Un viaje por el que dejó solos en casa a Karolina y su hermano. Fue la última vez que los vio. El domingo, preocupada después de más de 24 horas sin haber podido contactar con sus hijos, avisó a unos amigos para que se acercaran a investigar a la vivienda. Allí encontraron el terrible hallazgo que ahora investigan los Mossos d’Esquadra. Misterio en torno a este crimen… el mismo que ha envuelto a la familia desde su llegada a Mataró.