Borja rectifica y acepta el dinero de Vox para la indemnización por matar a un atracador

El condenado rechazó la ayuda de Vox porque quería "afrontar la sentencia personalmente" y pagar la indemnización a razón de 250 euros al mes durante 60 años
El abogado de Borja asegura que al final acepta el dinero porque proviene de donaciones anónimas que no pueden devolverse
Vox ha esgrimido este caso para pedir cambios legales, suscitar un debate sobre la legítima defensa y proponer que se condecore al acusado
El joven malagueño Borja, condenado por matar a un atracador, ha aceptado finalmente los más de 110.000 euros recaudados por Vox para hacer frente a la indemnización de 180.000 a la que debe hacer frente.
En un principio, el acusado se negó a aceptar el dinero del partido de Santiago Abascal y propuso al tribunal pagar la suma a razón de 250 euros al mes durante los próximo 60 años. El joven aseguraba a través de su defensa que quería afrontar "las consecuencias de la sentencia personalmente" y que quería evitar que, con la intervención de un partido político, se "tergiversase" su caso.
Pero su letrado, Alfredo Herrera, asegura ahora que ha cambiado de opinión porque "no puede hacerse otra cosa", ya que se trata de donaciones anónimas que no pueden devolverse. Al final, Vox ingresará 112.000 euros y el resto lo pagará el propio Borja. "Él lo agradece —explica Herrera— [los dirigentes de Vox] han sido los únicos que se han movido".
La Fiscalía pide que Borja no entre en prisión
No es la única buena noticia para el acusado desde que Vox intercedió en su caso. La Fiscalía de Málaga ha solicitado que se suspenda la pena de dos años de cárcel que también le fue impuesta por un delito de homicidio por imprudencia grave. Se trata de una condena firme, confirmada por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, pero aún falta resolver sobre la solicitud de suspensión interpuesta por el condenado.
Mientras el juez resulve, Borja está en libertad; pero, según su abogado, el hecho de que no fuese capaz de abonar la indemnización era lo único que podía justificar la orden de ingreso en prisión, ya que su cliente cumple los otros dos requisitos para no entrar en la cárcel: no tiene antecedentes y su condena no supera los dos años de cárcel.
Este caso ha suscitado la puesta en marcha de una campaña, a la que ya se han adherido 11.400 personas, solicitando el indulto para Borja, una petición que también anunció ayer Vox que iba a solicitar ante el Ministerio de Justicia. En todo caso, el abogado de Borja, Alfredo Herrera, precisó a Europa Press que el joven no solicitará el indulto personalmente porque supondría asumir el delito y considera que se ha comportado correctamente. Sí se ha presentado un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional por falta de tutela judicial efectiva y alegando presunción de inocencia.
Los hechos, según la sentencia
En la sentencia se considera probado que el acusado y sus acompañantes acudieron en auxilio de una mujer que estaba siendo golpeada por dos personas para sustraerle el bolso y que posteriormente, para recuperarlo, Borja salió corriendo tras uno de los atracadores, con el que mantuvo un forcejeo.
"En el curso del cual el acusado, siendo consciente de las graves consecuencias que podría causar con su acción aunque sin pretender ni consentir la efectiva producción de las mismas, propinó a aquél dos puñetazos, uno de ellos en la cabeza y otro, bien en el mismo lugar, bien en el cuello o en el hombro, que determinó que cayera al suelo, sufriendo un traumatismo craneoencefálico con hemorragia cerebral que le provocó la muerte el día 10 de febrero de 2015".
Aunque el juez considera que los hechos no se pueden calificar de dolosos, tampoco son fortuitos porque:
- El acusado no tenía la necesidad de agredir al atracador. La víctima del robo ya no estaba en peligro y para recuperar el bolso había bastado con seguirlo y avisar a la Policía.
- No existe la legítima defensa porque Borja no muestra lesión alguna para poder concluir que la víctima actuara de forma violenta contra él.
- El acusado abandonó el lugar "despreocupándose" del estado del atracador agredido.